Luca Vildoza, con 0223: "Yo sabía que iba con un dolor a la NBA, quiero volver a probar que puedo estar ahí"

El talentoso basquetbolista marplatense está en la ciudad luego de tres años, recuperándose de una operación. En charla extensa con 0223, habló de su breve paso por New York Knicks, la historia de su lesión, la felicidad de volver a entrenar en Quilmes y su deseo de revancha en la mejor liga del mundo. 

Luca Vildoza, el lunes pasado, cuando fue a ver a Quilmes ante Villa Mitre en el Polideportivo y recibió el afecto de los hinchas. Fotos: Diego Berrutti.

20 de Enero de 2022 09:04

Luca Vildoza volvió a las fuentes para recargarse de energía en el tramo final de su recuperación de una operación en el pie derecho que lo tiene alejado de las canchas desde agosto y le impidió continuar en New York Knicks, la franquicia de la NBA a la que había llegado en mayo con toda la ilusión tras ser figura del básquetbol europeo con Baskonia de España. Desde hace dos semanas en la ciudad, y a diez días de emprender el regreso, el base del seleccionado argentino dialogó muy abiertamente ante 0223.

En un tono muy maduro en relación al pibe que dejó la ciudad a los 21 años en 2017, "Luquita" se refirió a cómo va su recuperación, la historia de su lesión que terminó en operación, la felicidad de volver a Quilmes para entrenar todas las mañanas de la estadía marplatense en los gimnasios donde hizo sus primeros dribblings, el afecto de hinchas y niños en su retorno al Polideportivo "Islas Malvinas" días atrás para ver al "Tricolor", sus meses en Nueva York y el deseo de revancha en la NBA. "Necesitaba volver. Tres años se me hicieron muy largos, necesitaba estar con mi gente, estar de vuelta en el club, sentir el cariño distinto que me dan ellos. También el clima de esta época me convencía, no estaba acá un verano desde hacía cinco años, y sabemos lo especial que es este tiempo en Mar del Plata mientras que en España es invierno. El día termina antes, la motivación para entrenar es diferente, entonces preferí estar acá. Entrenar desde temprano y ya después por la tarde disfrutar de la ciudad", expresó quien vivió un 2021 vertiginoso. 

Vildoza con Lucas Reale (directivo), Eduardo Dominé y Luis Fernández, el primer entrenador de Luca, tras entregarle una camiseta.

-Estando en el club sentís diariamente el afecto de los hinchas, y los más chiquitos, pero haber ido al Polideportivo a ver jugar a Quilmes, con tu abuela, ver a la hinchada y el reconocimiento habrá sido distinto y especial...

-Sí, fue especial. Cuando pisé de vuelta el Poli, me puse a ver la cancha, me di cuenta las cosas que había vivido ahí. Me pasó una sensación muy fuerte por el cuerpo, estaba entre eufórico y feliz. Realmente lo necesitaba estar rodeado por los niños que quieren ser como vos, de la gente que está siempre hace mil años alentando sea la categoría que sea. No te voy a decir que no me dieron ganas de jugar un ratito, pero solo para ellos.

-Vos fuiste uno de esos niños, y también veías pasar figuras del básquetbol por delante, ¿Cómo te llevas, hoy con 26 años, con eso de ser referente de un club y tantos jóvenes?

-Bien, bien. Ahora cambié mucho. La verdad que el irme y estar solo me hizo madurar mucho, me hizo dar cuenta realmente en el nivel que estoy, que no es poca cosa. Y sentir cómo un niño te mira a los ojos, y se le ilumina la cara, o jugadores de mi edad que se quieren sacar una foto conmigo, se siente y se nota ese orgullo. Realmente pertenecer a Quilmes para mí es impresionante. Yo me siento muy bien rodeado al lado de ellos.

-Un sentido de pertenencia muy fuerte...

-Sí, totalmente. Si bien últimamente no hay tanta rivalidad entre Quilmes y Peñarol, yo me siento muy parte de ello. Jugué desde los 8 a los 21 años en el club, y siempre intentaron darme el espacio para que yo pueda explotar, y realmente me siento importante en la historia deportiva marplatense. 

-Y si uno mira la última década y un poco más, la cantidad de jugadores de básquetbol que dio la ciudad -incluso Facundo Campazzo, formado en Peñarol-, es un orgullo para la gente del básquetbol que laburan todo el tiempo en los gimnasios y se ven los frutos de los chicos que pasaron y que seguirán saliendo...

-Ojalá, ojalá. Al final ahora nos tienen a nosotros de referencia. Yo no tuve la oportunidad de llegar a jugar en la NBA pero está ´Facu´ (Campazzo) de referencia, de que con el trabajo todo se puede. Sabiendo que ´Facu´ nunca fue físicamente ni técnicamente el mejor, y eso lo sabe hasta él. Pero de la manera de trabajar que tenía, la cabeza que tiene, terminó siendo el mejor de Argentina. Eso es siempre una motivación para los chicos. Realmente haber compartido tanto tiempo con Facu, desde los clásicos que sabías que terminaban ´picados´, para mí son cosas que uno termina contando cuando ya es grande.

Luca, la lesión y la llegada a los New York Knicks: "Yo sabía que iba con un dolor a la NBA"

Luca Vildoza fue operado en octubre pasado de un sobrehueso en uno de sus pies. Según le contó a 0223, todo comenzó en febrero de 2021 tras sentir un golpe jugando para Baskonia. Entre tratamientos y búsqueda de mejoras, la lesión fue empeorando al punto de "no poder ni caminar" durante los Juegos Olímpicos de Tokio, donde su estado físico le impidió rendir con normalidad en el seleccionado. 

-¿Cómo estás de la recuperación de la operación del pie y cómo serán los próximos pasos?

-Estoy bien. Ahora recuperando sensaciones, fuerza en el tendón de Aquiles y en el gemelo sobre todo, que estuvieron mucho tiempo sin actividad, mucho con la bota ortopédica puesta y eso me perjudicó. Pero de a poco. La semana que viene tal vez pueda hacer contacto con jugadores de las inferiores del club, para sentir un poco de roce físico. Pero me estoy sintiendo bien, más allá de algunas molestias normales. Son ocho meses casi de no hacer nada. Pero estoy contento de estar de nuevo.

-¿Podrías explicar cómo fue la lesión?

-Todo comenzó por una sesamoiditis, un hueso que está debajo del dedo gordo del pie. Me lo había golpeado en Baskonia y se terminó calcificando más de la cuenta. Después me dolía mucho la parte de atrás del pie, en la inserción entre el tendón de Aquiles y el calcáneo, que es el hueso del talón. Ahí tenía un sobrehueso y decidieron terminar limándolo para que no haya tanta compresión del tendón. Al final el pie estaba inmovilizado. 

-¿La molestia comenzó antes de los Juegos Olímpicos?

-Sí, sí. La lesión fue mucho antes. En realidad la calcificación esa, no me dolía tanto en la parte de adelante. Yo me golpeé en febrero con Baskonia, frené un tiempo y después fiché para los Knicks. Ahí empezaron los dolores atrás del pie en el tendón, y en los Juegos Olímpicos básicamente a la mañana no podía ni caminar. Me levantaba a la mañana rengueando, y la pasaba mal. Pero quería estar ahí.

"En los Juegos Olímpicos básicamente a la mañana no podía ni caminar. Me levantaba a la mañana rengueando, y la pasaba mal. Pero quería estar ahí. 

-¿Te tratas con médicos de la Confederación Argentina de Básquetbol o de España? 

-Tenía un protocolo a seguir del cirujano que me operó. Me estaba tratando con un chico que conozco desde hace mucho en Vitoria, el fisioterapeuta justamente de Baskonia, y acá en Mar del Plata me estoy tratando con Fabián Plaza Palacios, que lo conozco desde hace mil años. Me hacía las plantillas, me trataba cada vez que tenía algún problema -y tuve varios-. Y ahora en el club estoy entrenando con Luis Fernández, que fue el entrenador de siempre y me conoce, sabe hasta dónde puedo dar. Tengo la confianza para decirle ´hasta acá sí, hasta acá no´. Entonces me motivo al entrenar con él.

-¿Qué panorama te dan los médicos? ¿Es una lesión que tras la operación es un caso terminado, o tenes que tener ciertos recaudos a futuro?

-No, ya es caso terminado. Tengo que cuidarme, sí. No me tengo que pasar. Ya el alta casi está. Tengo que recuperar fuerza en el tendón, se tienen que ir ciertos dolores alrededor del pie, pero ya casi estoy y se aproxima la vuelta.

-Has tenido otras lesiones en tu carrera, desde muy joven y estás "curtido" si se quiere. Pero, ¿cómo afrontaste psicológicamente que esta lesión sucediera justo en tu mejor momento, llegando a una franquicia de la NBA?¿Te costó asimilarlo o estabas preparado?

-No. Yo sabía que iba con un dolor a la NBA. En realidad cuando fui a la Liga de Verano, ya sabía que el pie al fin y al cabo iba a terminar en algo importante. Ya sea una lesión o un pinchazo que haga recuperar esas células, e iba a llevar tiempo. Yo estaba mentalizado. Y me mentalicé también en disfrutar lo que tenía alrededor. Esto terminaba al fin y al cabo en una operación pero yo quería disfrutar de estar al lado de Derrick Rose, Kemba Walker, y al final estar adentro de un campo de NBA fue impresionante. También tuve mucho tiempo libre, sabiendo que no podía viajar por la cicatriz, y pude conocer bien Nueva York que es una ciudad espectacular. Sí, me hubiese gustado quedarme. Pero para mí fue una experiencia muy bonita.

Vildoza en los Knicks alcanzó a jugar un partido de la Liga de Verano, en agosto. 

-En estos días disfrutas mucho de Angélica, tu abuela, ¿le pudiste contar vos la noticia de tu llegada a la NBA?

-No. Se enteró cuando explotó todo. Es que yo no le había contado nada a nadie. Recibí una llamada como a las once o doce de la noche, le conté a mis viejos, a mi novia que estaba conmigo, y me fui a dormir. Y al otro día no dije nada hasta que explotó y tuve que poner el teléfono en avión. No había manera de estar aguantando tantos mensajes. Si bien eran todos super cariñosos, el teléfono no se podía aguantar. Y se enteraron todos por los medios.

Lo que me sorprendía de la NBA era cada vez que me daban una camiseta de los Knicks. De chico a mí me encantaban, tenía hasta una campera. Entonces, de golpe tener dos bolsos llenos de camisetas, sudareras, camperas...cada vez que me ponía algo, me sentía feliz.

-En concentraciones en la Selección, charlas con compañeros que jugaron en la NBA, habrás preguntado cómo era estar allí, ¿te superó las expectativas en lo que pudiste vivir? La atención al jugador, etc, más allá de no haber llegado a debutar...

-Y...al final, hasta que no lo ves, no lo crees. Sí, había cosas que me contaban cuando me ficharon, pero hasta que no estás en primera persona no te das cuenta de dónde estás, cómo atienden al jugador. Es todo primer nivel. Todo lo que se te ocurra, es primer nivel. Están un paso adelante de todas las cosas. El jugador ahí disfruta. Se siente ser las estrellas realmente. 

-¿Recordas algo puntual en la NBA del primer tiempo, que hayas dicho ´¡qué increíble esto!´?

-No. En realidad, cuando fui la primera vez a Nueva York para conocer a la franquicia, las empecé a asimilar. En realidad a mí me sorprendía cada vez que me daban una camiseta de los Knicks. Desde chico a mí me encantaban los Knicks, hay dando vueltas una foto mía de chico que se hizo viral donde tengo puesta una campera de los Knicks. Y siempre fue el club histórico adonde jugar. Entonces, tener dos bolsos llenos de camisetas, sudaderas, camperas, pantalones...cada vez que me ponía algo, me sentía feliz.

-Lo que te habrán ´mangueado´ acá tus amigos ahora que viniste, ¿no?

-Sí, sí. En realidad de las tres maletas que traje, dos fueron para ellos. 

-También regalaste varias cosas al club para que sorteara, ¿cierto?

-Exactamente. Les di unas zapatillas que están editadas con los colores del club, y la camiseta argentina que usé en los Juegos Olímpicos. También algunas cosas de los Knicks. Di un par de cosas más, pero ojalá que el que lo gane se sorprenda y se sienta bien.

-Cuando te operaste en octubre, en tus redes escribiste "Esta salida de la NBA es solo un hasta luego, haré lo imposible por volver", ¿estás mentalizado en tener esa revancha en la NBA?

-Sí. No sé si ahora, o cuándo se dará, pero realmente quiero probar de que puedo estar ahí. Me estoy preparando para eso, estoy entrenando suficiente y hasta bastante porque tengo en mi cabeza volver al mejor nivel. Entonces, ojalá que se me de.

-Deben haber charlas de tus agentes, manteniéndote aún en el radar de algunas franquicias, ¿hay algo concreto?

-Sí. Creo que en el radar estaré, pero como lo hablé apenas me lesioné con mis agentes. No queríamos saber nada de nadie, entre comillas, hasta no estar sano del pie. Al final lo más importante era estar sano físicamente, y obviamente después ver las ofertas y los intereses que hay. Pero principalmente lo físico era lo esencial. 

Luca Vildoza, en la platea rebatible, viendo a Quilmes con su abuela Angélica.

-Con todo lo vivido en Baskonia, ¿es una posibilidad volver a España o intentarás mantener una oportunidad NBA?

-No lo sé, no lo pensé. Han salido rumores, pero lamentablemente no son ciertos. Pero sí, yo siento un cariño por Baskonia, y en algún momento de mi vida me encantaría volver. Sé que ellos tienen mis derechos pero ahora no está en mis planes quizás volver a Baskonia. Podría decir realmente que es mi tercera casa, sabiendo que Quilmes es la segunda. Si vieras cómo me recibieron cuando fui ahí, la verdad que fue muy bonito. En los lugares que estuve me sentí muy querido, muy afortunado. Todavía no hay nada, pero mi primera opción no sería ahora Baskonia.

-Sabes bien que el alto nivel, en este caso la NBA, como te da también, el jugador termina siendo un producto....

-Es un negocio, sí...

-Exacto, claramente. Como pasó con Gabriel Deck, que no tuvo las oportunidades merecidas y se tuvo que ir. En definitiva, tenes en claro que la NBA tiene ese grado de crueldad también de alguna forma, ¿no? 

-Sí. Es que nosotros, cuando fichamos sabíamos a dónde íbamos. Sabíamos lo que quizás cruel que puede ser también, pero sabes que es un negocio y al final, el negocio es atraer a la gente. Y en la cancha juegan los mejores. Entonces, siempre tenes que luchar por un puesto. Por más que lo hayas ganado para un partido, siempre llega un roockie o traspasan a alguien que está en tu puesto, y tenes que competir todos los días. Entrenar y hacer buena letra diariamente. Es la mejor liga del mundo por algo. A mí me duele un poco lo de Tortuga (Gabriel Deck), sabiendo que quizás no tuvo realmente las chances de mostrar lo que vale. Pero al final, no está en la mejor liga del mundo, pero está en Real Madrid, que es la mejor institución realmente del mundo. Hay poco que decir.

Eduardo Dominé, gloria quilmeña y hoy directivo, saluda a Vildoza.

-En esta madurez que mencionaste al comienzo, ¿aprendiste también a disfrutar más de los buenos momentos? De joven, tal vez la inconciencia, no permite eso.

-Yo creo que disfrutaba más antes que ahora, que casi toco el techo con lo de la NBA. Si bien estuve ahí y no pude jugar, sé que ahora quizás las cosas que pasaron antes, no me resultan tan ´guau´ como la primera vez. Sí tengo recuerdos que para mí valen oro. Entonces, sí, me motivo mucho al saber todo lo que logré como jugador y lo que logramos con mi familia. Porque al final somos cuatro con mi abuela y todo lo que hacemos, lo logramos juntos. Se aprecia mucho eso.

-Cuando pisas en estos días el gimnasio José Martínez, o el otro día el Polideportivo, ¿pensaste en todo lo que pasó en el medio, lo que pudiste lograr? Porque si bien pasó tiempo, no es tanto (se fue de Mar del Plata en junio de 2017). En realidad el mundo deportivo es tan vertiginoso que pasa volando, Juegos Olímpicos, Mundial...

-Sí. Esta vuelta a casa me mentalicé en darme cuenta realmente lo que había logrado. Y cada vez que piso el Martínez o el Villar, para mí es impresionante. Yo pasé horas y horas ahí. La pasaba realmente bien. Si no estaba entrenando, estaba jodiendo por los pasillos jugando a la escondida, tirando pelotas a cualquier lugar o picándola. Realmente eso es lo que me dan ganas de volver al club, porque es mi familia también. Como decís, el tiempo deportivo corre muy rápido y no te das cuenta hasta que pasó. Entonces, creo que el momento de mi retiro, que ojalá sea en muchos años, me daré cuenta de lo que logré y logramos los de esta generación.