Experiencia swinger: el morbo de ver a tu pareja con otra persona

Es una práctica instaladísima en Argentina desde hace casi tres décadas que no distingue edad. Se calcula que hay 10 mil parejas que lo llevan a cabo.

10 de Febrero de 2022 18:14

¿Alguna vez imaginaste a tu pareja teniendo sexo con otra persona? Esta fantasía llevada a la realidad tiene un nombre y se conoce como "experiencia swinger": consiste, precisamente, en el intercambio sexual consentido de parejas.
 
Es una práctica instaladísima en Argentina desde hace casi tres décadas que no distingue edad. Se calcula que hay 10 mil parejas que lo llevan a cabo. Son muchos matrimonios quienes se animan a hacerlo pero hoy en día también se da en parejas recientemente conformadas que no superan los 35 años.
 
Esta opción se elige como una manera de enriquecer el vínculo o de evitar la infidelidad. Obedece a nuevas lógicas del amor en la que se experimenta, se pone a prueba el compromiso y quizás también en busca de emociones más intensas.

Pero del dicho al hecho hay un largo trecho y las claves son:

  1. Que realmente sea consentido: Acordar con la pareja este tipo de prácticas con charlas previas.
  2. Pensar bien en los pro y los contra personales y vinculares.
  3. Pactar no comprometerse emocionalmente con la otra persona y que sea sólo sexual.
  4. Existen lugares de encuentros swinger.
  5. Uso obligatorio del preservativo o campo de látex.
  6. Podés pactar una señal o palabra clave con tu pareja para entenderse en los límites.

¿Podemos afirmar que la presencia de la propia pareja teniendo sexo ante nuestros ojos incrementa la excitación sexual? ¿Al ser algo consentido y compartido en pareja se logra una simbiosis de placer. Cuál es el papel de ser protagonista y el espectador de la escena sexual? Está relacionado con el exhibicionismo y el voyerismo, el hecho de sentir placer al observar prácticas sexuales. De hecho, hay un término llamado "compersión": es exactamente lo opuesto a los celos, es decir, te da satisfacción ver a tu pareja disfrutando con otra persona.

¿Pero y el amor hacia el otro? Durante años se puso a la monogamia en el mismo nivel que al amor pero amor y sexualidad no necesariamente tienen que estar unidos. Hay que aprender a disociar al que se ama, acompaña la vida cotidiana y proyectos comunes, para focalizar simplemente en el goce sexual.

Si bien lo mejor sería tomar la decisión con seguridad, la primera vez, se corre el riesgo de sentir celos, por lo que sería necesario tomar distancia de la práctica si no tiene el resultado que esperábamos. Y tratar de evitar reproches ni echar culpas porque se supone que fue parte de un proceso de experimentación consentido. Puede que luego prefieran dejarlo en el plano de la fantasía sin concretarlo en la realidad.
 
En una investigación hecha por Plumer, apud Giddens se pudieron identificar y clasificar cuatro categorías de participantes. Los ocasionales: El swinger ocasional es aquel que tiene un encuentro swinger eventual. Es el famoso “pintó una vez” por mera curiosidad. Los localizados: Lo hacen con regularidad pero en circunstancias muy específicas como en una fiesta.

El swinger personalizado es el que elige una pareja particular para hacerlo pero que están aislados de los grupos en los que aquellas se aceptan como normales. Hasta en muchos casos, hasta se oculta a los amigos porque es tabú y pueden ser juzgados moralmente

El swingerismo como estilo de vida se da en parejas que declaran “abiertamente” su condición swinger, que están en la movida, van a bares swinger y lo convirtieron en una parte crucial de su vida Es importante entender que son parejas monoamorosas emocionalmente pero abiertas sexualmente y de hecho es una forma más de obtener placer en la pareja pero no es la única.

En síntesis, la clave de las claves: la comunicación  previa y post experiencia para seguir relacionándose de manera honesta, responsable y consensuada.
 
 

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