Los poetas de los barrios marplatenses que protestan con su arte

La Cultura está en el barrio es una banda de rap que se formó entre músicos y pibes y pibas de distintos barrios de Mar del Plata que encontraron en la música una forma de canalizar sus emociones y, también, sus reclamos. El 21 de septiembre a las 20.30 se presentarán en la Sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium y prometen un show único.

Los pibes y pibas de La Cultura está en el barrio se preparan con todo para la presentación del miércoles 21 a las 20.30 en la sala Astor Piazzolla del Auditorium. Fotos: Diego Berrutti

16 de Septiembre de 2022 17:39

Fue en 2016 ó 2017 cuando se corrió la bola: en el Envión del barrio Dorrego (un programa que promueve la integración social plena de chicos de entre 12 y 21 años en situación de vulnerabilidad) había un loco que daba clases de guitarra y le hacía pistas a los pibes que rapeaban. El loco era Benjamín Gasé -el Benja-, un guitarrista de gran trayectoria y docente de Mar del Plata. El que rapeaba era El Buda (Nicolás Mansilla), que en ese entonces tenía apenas 12 años. 

El comentario llegó a oídos de FlowStyle (Lautaro Mansilla) y de Palo Mc (Jonathan Nicolás Palomeque), que por ese entonces ya se juntaban a rapear en la esquina de Alvarado y 190, en pleno Belisario Roldán, y habían convertido ese lugar en un punto de atracción. Estaban los que paraban a escucharlos y, por supuesto, los que los miraban con desconfianza. 

Nadie sospechaba todavía que ambos caminos se entrelazarían y marcarían el comienzo de la historia de La cultura está en el barrio, una banda de rap que trae las historias de la Mar del Plata profunda, ahí donde las necesidades son moneda corriente, hay códigos distintos; sobran familias y amigos de víctimas de gatillo fácil que caminan a ciegas en busca de justicia; en donde la pelea contra la estigmatización es diaria y cuerpo a cuerpo.

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Hasta llegar a la conformación actual, por La Cultura pasaron muchos pibes y pibas. Hoy son una banda de once -tecladista, baterista y guitarrista, más ocho cantantes- que andan con su música a cuestas por bares, teatros, escuelas o encuentros organizados en defensa de los derechos humanos y otras causas sociales. Incluso, aseguran con orgullo, son materia de estudio en la Universidad Nacional de Mar del Plata, en donde siguen de cerca el fenómeno del rap y el compromiso de los jóvenes.

En 2021, después de meses de intenso trabajo y en medio de la peor parte de la pandemia, lanzaron “Artivistas”, su primer disco. Es un compilado de catorce canciones que abre con “Barriors”, un tema que arranca con una trompada certera: Mar del Plata ciudad de trampas, llena de viejos fachos y de polichantas. El quinto track, “Conceptos”, es una poesía que define no sólo al disco, sino también el espíritu de la banda: hay amistad/ hermandad, un minuto de silencio por los que cayeron, la muerte de frente, la calle fría, los manijas y los inocentes, la comida que se tira y los que no tienen comida; #NiUnaMenos y el repudio a los genocidas. También hay enojos, tristezas y rencores.

Palo Mc, Anzeztra y Benjamín Gasé (guitarrista). Juan Miguel Carotenuto (baterista), Cran y Cia'a Girl. Fotos: Diego Berrutti

“Nosotros hacemos rap consciencia y nos definimos como artivistas porque protestamos con arte, que es lo que podemos hacer”, aclara el Nero (Javier Ezequiel, 23 años), uno de los fundadores de La Cultura, peluquero -de los mejores que hay en el barrio Jorge Newbery, dicen- y cocinero de la cooperativa MásAmor. “Es que el arte sana, amigo”, agrega el Buda.

Para Nero, más allá de que los temas “puedan sonar bien”, no dejan de ser cuestiones “crudas” las que abordan en sus canciones. “No sólo transmutamos violencia, también la transmitimos”, dice. Benja suma: “Poder transformar el dolor en canción ayuda”. Palo Mc, el “más hardcore” a la hora de escribir, termina de redondear la idea. “Me di cuenta de que es necesario canalizar la violencia porque cuando te gana, no pensás en nada; te pudrís. Me hace bien descargarlo de esa forma. La violencia está en muchos aspectos pero nosotros sabemos que hay cosas nos pasan porque somos negros”, dispara.

-En las letras hay calles de tierra o asfalto, no aparece el mar. 

Nero: -Nos interesa hablar de la parte más marginada, de lo más recóndito de Mar del Plata; de lo real, de lo que se vive cuando no hay temporada, gente ni trabajo. 

Buda: -Nosotros seríamos la uña de la mano.

Palo Mc: -O la mugre de la uña.

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Benjamín Gasé -que junto a Nacho Santos (bajo), Juan Miguel Carotenuto (percusión) y Eduardo Palomo (teclados), es uno de los integrantes más grandes de La Cultura-, hace hincapié en la estigmatización que recae sobre los pibes de los barrios populosos y lo que implica para ellos y sus vidas transformar sus vivencias en música. “Cuando vamos a ciertos lugares se siente la mirada. Nos ha pasado de ir a tocar y tener que justificar por qué estábamos ahí. Por eso me parece que el arte le ofreció a La Cultura un lugar simbólico: no cambió la realidad económica a cada uno de ellos; es más, varios no la pasan bien. Pero sí están ubicados desde otro lugar, se pueden definir a sí mismos como poetas y eso es un paso muy importante. A veces no tienen ni un mango ni para tomar un mate o se les hace difícil tomar un bondi. Pero te ubica en otro lugar”, cuenta.

Una de esas veces en las que debieron explicar quiénes eran y por qué estaban en ese lugar, fue durante el verano, minutos antes de subir al escenario del Unzué al que habían sido invitados. Al llegar, la seguridad del espacio los frenó en seco: ustedes quiénes son, qué hacen acá; qué instrumentos tocan, a ver, mostráme. Le contestaron de la única forma posible: rapeando sobre una base de beatbox del Cran (Benjamín Matías Brizuela, 15 años).

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Es sábado a la tarde en esta sala de ensayo montada en el fondo de una casa del barrio La Perla y no cabe un alfiler. Los pibes de La Cultura se rotan entre los dos únicos micrófonos que hay para cantar su parte. Hay arreglos, sugerencias al baterista y estribillos o finales que se repiten hasta que cierran bien. Alguien pasa una botella de agua, otros buscan aire fresco en la puerta o revisan la lista de canciones que tienen previsto tocar el próximo 21 de septiembre en la sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium

Los músicos de La Cultura lanzaron en 2021 "Artivistas", su primer disco. Fotos: Diego Berrutti

Anzeztra (Camila Costadura) se ubica frente al micrófono. Sola. Arrancan los primeros acordes de “Jonathan Manuel Costadura”, el tema que escribió dos días después de que mataran a su tío, a principios de agosto del 2021, para robarle la moto en el barrio Los Pinares. Pero se le quiebra la voz

Va de nuevo.

Una brisa fría acarició mi pelo, atendí una llamada para ver caer el cielo

De un segundo a otro perdí mis grandes anhelos,

que poco les vale la vida que poseemos.

No puede avanzar mucho más. Los músicos continúan, sus compañeros toman la posta y cantan a toda voz los versos que Cami escribió en las horas más dramáticas en homenaje a su tío. Cia’a Girl (Aldana Álvarez) la sostiene en un abrazo interminable.

Creo que es un sueño, me sudan las manos

la voz al teléfono murmura; está llorando. 

Deseando que sea mentira lo que está narrando, 

el corazón se me agita, el fuego me está quemando. 

Por qué razón se adueñan de la vida, dejando un vacío en nuestras vidas. 

Jamás te olvidaré, tu luz me guía.

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En La Cultura, todos escriben, todo el tiempo; de hecho, en los shows suelen mostrar material que no fue grabado. En general, cada uno canta su tema. Pero también hay canciones que se componen a cuatro o seis manos. Primero aparece la letra, la graban sobre alguna base sintética que bajan de internet y después muestran lo que tienen a los músicos, para que ellos hagan su magia. “La banda arma una pista orgánica, con emoción y ahí empiezan a jugar las energías; se da la unión de espíritus”, dice Palo Mc.

Los escraches frente a la casa del represor Miguel Osvaldo Etechecolatz, a quien la justicia había autorizado a cumplir sus condenas por crímenes de lesa humanidad en el Bosque Peralta Ramos; las actividades organizadas por las Abuelas de Plaza de Mayo en el Faro de la Memoria, o los reclamos por un juicio y castigo a los responsables de la muerte de Lucía Pérez, fueron algunos de los escenarios que los convocó en estos años. 

El Buda y FlowStyle forman parte de La Cultura desde sus inicios. Palo Mc, Anzeztra y Benjamín Gasé (guitarrista). Juan Miguel Carotenuto (baterista), Cran y Cia'a Girl. Fotos: Diego Berrutti

Fue en una de las manifestaciones contra el genocida Etchecolatz que se sumó Anzeztra y, junto a Cia’a Girl, conforman la dupla femenina que le puso letra y voz a “Ellas”, un tema que habla del peligro y, sobre todo, del miedo que siente una piba o mujer cada vez que camina sola por cualquier barrio apenas baja el sol.

En julio pasado, además, viajaron a Jujuy para participar de la ya tradicional Marcha del Apagón, en la que se recuerda y repudia los cortes de electricidad que se registraron entre el 20 y el 27 de julio de 1976 en Calilegua, El Talar, Libertador y otras localidades del departamento jujeño de Ledesma, y que significaron la antesala para la detención ilegal de 400 personas (trabajadores, abogados, dirigentes, estudiantes y docentes), de los cuales 33 aún siguen desaparecidos.

Para la banda, fue el segundo viaje que hicieron a Jujuy. El primero había sido en 2018 y eso marcó una bisagra para la historia de La Cultura. “Salía mucha plata, éramos siete y era una guita que ellos nunca habían visto y la generamos tocando. Eso nos comprometió a que sonara mejor porque si queríamos cobrar una entrada, teníamos que saltar el contexto de taller”, dice Benjamín.

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Los integrantes de La Cultura y, en particular, sus historias, son una radiografía de la realidad que se vive en la Mar del Plata alejada del mar, de los lobos de piedras y las luces del centro. Los cantantes, excepto uno, son trabajadores precarizados que hacen largas jornadas para juntar un mango. Cuando hay, claro. Son laburantes de la construcción, muralistas, gastronómicos, niñeras y pintores de brocha gorda que viven en barriadas populosas como Jorge Newbery, Las Lilas, El Martillo Belisario Roldán, que cada sábado hacen lo imposible para juntarse y ensayar las dos horas que ya tienen acordadas y que son inamovibles. 

Juan Miguel Carotenuto (baterista), Cran y Cia'a Girl. Fotos: Diego Berrutti

Los resultados de ese compromiso están a la vista: hoy, un año después del lanzamiento de “Artivistas”, sienten que la banda “suena mejor que nunca”. “Cuando grabamos el disco imaginábamos que iba a sonar bien, pero no como suena ahora. El siguiente nivel fue llevar eso mismo a un escenario en vivo”, advierte Cia’a a pocos días de tocar en la Sala Astor Piazzolla, una de las más importantes de la ciudad. 

Si bien la fecha en el teatro provincial supone un hecho especial para la trayectoria de los artistas de La Cultura, también son conscientes de que su presentación prevista para el próximo miércoles a las 20.30, significará para varios de sus seguidores la primera vez que asistan a un teatro de esas características. “Es una sala única, que pagamos todos y a la que también tendríamos que acceder todos, y vamos a tener la posibilidad de mostrar ahí que nos llamamos La Cultura está en el barrio porque eso es así. No es que alguien va al barrio y te lleva la cultura. La cultura está, la hacemos nosotros, es propia”, define Nero.

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