El padre Grassi se recibió de abogado y saldría de la cárcel el mes que viene

El padre Julio César Grassi pasó de ser uno de los curas más reconocidos y populares del país a descender al infierno mediático y social cuando el 23 de octubre de 2002 salió a la luz un informe en "Telenoche Investiga". En varios videos, el cura fue señalado por varias víctimas como el responsable de abusarlos sexualmente cuando eran menores y estaban bajo su tutela en la Fundación Felices los Niños. Aunque la primera denuncia pública llevaba ya dos años, aquel noticiero fue el comienzo de su calvario, que lo llevaría a prisión recién en 2013, cuando quedó firme la sentencia por abuso sexual que le dictaron en 2009. Después de 10 años detenido, Grassi está a punto de recuperar su libertad.

Julio César Grassi lleva una década preso en una celda individual en el pabellón N° 6 de la Unidad Penitenciaria N° 41 de Campana, y aunque la condena que le dieron por dos casos de abuso sexual a un menor de edad agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y de la guarda de la víctima (fue absuelto por otros 15 delitos contra la integridad sexual) fue de 15 años, podría gozar de un beneficio a partir de mayo por el que pasaría el resto de la pena fuera de la cárcel, en su casa.

Grassi se recibió de abogado en la cárcel y el mes que viene podría salir de prisión, luego de cumplir 10 años de su condena a fines de mayo. La pena llega hasta el 30 de mayo de 2028,  ya que la Cámara de Apelaciones de Morón la amplió en junio del año pasado, luego de que le denegaran el beneficio del "2x1" (si se le aplicaba, su pena vencía el 7 de agosto de 2026). Es por eso que dentro de 40 días Grassi llega a las dos terceras partes de su condena, y está habilitado para salir del penal en libertad condicional, algo que pediría su abogado, Rodrigo González.

El beneficio que solicitará Grassi es un derecho que ya no se le puede otorgar a personas condenadas por delitos de índole sexual o por homicidios agravados, pero que está vigente para las personas que recibieron su pena antes del 2017, ya que el principio de la ley penal más benigna evita que la modificación del Código perjudique a las personas ya condenadas.

En la cárcel, Grassi estudió y se recibió de abogado en la Universidad Siglo XXI. Está alojado en el pabellón N°6 junto a otros presos con buena conducta y como no fue sancionado ni mantuvo conflictos con el resto de los detenidos, está en condiciones de que le otorguen la libertad condicional para irse a su casa a cumplir los 5 años que le quedan de condena. La decisión final la tendrá el juez que defina si le aprueba ese beneficio, con lo que implicará la noticia.