Se cumplen 27 años del asesinato del reportero José Luis Cabezas, un crimen que conmocionó al país 

El 25 de enero de 1997, el reportero de la revista Noticias fue asesinado por una banda vinculada a Alfredo Yabrán, quien había sido retratado por Cabezas. 

Se cumplen 27 años del crimen que marcó el periodismo argentino

25 de Enero de 2024 14:40

Por Redacción 0223

PARA 0223

 

El reportero gráfico José Luis Cabezas fue asesinado hace 27 años en la localidad bonaerense de Pinamar. El hecho fue perpetrado por una banda vinculada al empresario Alfredo Yabrán, en un contexto de disputa política entre Eduardo Duhalde y Carlos Menem, por lo que el crimen conmocionó al periodismo argentino y la opinión pública. 

Un año antes de ser torturado y asesinado, Cabezas había fotografiado a Yabrán, empresario propietario de la empresa OCA, quien mantenía una imagen resguardada. La fotografía fue tomada durante la cobertura de verano que realizaba el reportero junto al periodista Gabriel Michi para Noticias, y fue la que desató la persecución de Cabezas. 

La emblemática foto de Yabrán caminando por la playa fue publicada en la tapa de la revista Noticias en marzo de 1996, y la investigación judicial posterior reveló que ese fue el detonante que desencadenó el crimen.

"Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente. Ni los servicios de inteligencia tienen una foto mía", era la frase que se le atribuía a Yabrán, el poderoso empresario. 

Después de la publicación, el fotógrafo y su pareja, Cristina Robledo, comenzaron a recibir amenazas telefónicas y un año después, un funcionario cercano a la gestión del entonces intendente de Pinamar, Blas Altieri, le confió a Cabezas que "gente de Yabrán" había indagado sobre la dirección donde se alojaría durante la cobertura de la temporada.

El crimen fue cometido en el contexto de una fuerte disputa política que mantenían Eduardo Duhalde, el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, y Carlos Menem, quien estaba a cargo de la jefatura del Estado. 

 

Ambos dirigentes buscaban obtener el liderazgo del Partido Justicialista, y eventualmente la sucesión a la presidencia. Menem, por su parte, ejercía su segundo mandato y aspiraba a mantener su cargo por tercera vez.

Al darse a conocer la noticia del asesinato, Duhalde se desligó del casó y afirmó que "le habían tirado un muerto" para obstruir su carrera hacia la presidencia, por lo que, a medida que iba avanzando la investigación por el asesinato, la rivalidad con Menem se profundizaba cada vez más.

El entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, había denunciado que Yabrán "lideraba una mafia enquistada en el poder", durante una exposición ante la Cámara de Diputados. Por su parte, Duhalde consideraba que Yabrán era "sospechoso" del crimen de Cabezas, y Menem sostenía en cambio que este era "sólo un empresario más". 

Un mes antes del crimen, el policía de la bonaerense Gustavo Prellezo, condenado como uno de los autores materiales de hecho, se reunió con Yabrán en Buenos Aires, en las oficinas que el empresario tenía en Carlos Pellegrini al 1100. En esa reunión, Yabrán le confió que quería pasar un "verano tranquilo sin fotógrafos ni periodistas", tal como declaró el oficial ante la justicia más adelante.

Por otro lado, Michi aseguró que, junto a José Luis, tenían el objetivo de entrevistar a Yabrán. En ese marco, ambos concurrieron a una fiesta en Pinamar organizada por el empresario Oscar Andreani, el 24 de enero de 1997.

 

A las 4 de la mañana, el periodista se retiró y el fotógrafo se quedó unas horas más en la fiesta, de la cual se fue en el vehículo en el que se desplazaban. A la mañana siguiente, el cuerpo de Cabezas apareció adentro del Ford Fiesta quemado con alcohol en una cava de las afueras de Pinamar.

El asesinato del reportero dio lugar a que salieran a la luz distintos vínculos entre el gobierno, políticos y empresarios. Cinco meses después del crimen el entonces ministro de Justicia, Elías Hassan, debió renunciar a su cargo por haber mantenido más de cien contactos telefónicos con Yabrán, a quien le había otorgado el reparto de la correspondencia de la cartera a su cargo. 

Así, el crimen se volvió tapa de todos los diarios y revistas, junto a la leyenda "No se olviden de Cabezas", que se convirtió en un símbolo de denuncia. Por su parte, Yabrán quedó bajo prisión preventiva y, tras unos días prófugo, el empresario se suicidó en Entre Ríos, donde permanecía oculto.