Historias de vida: el desafío de vivir en un mundo que no piensa en la talla baja

El 25 de octubre se celebra el Día Mundial de la Talla Baja. La fecha fue establecida en homenaje al actor estadounidense Billy Barty, precursor en la defensa de los derechos de su comunidad. Una de que 25 mil personas, al nacer, es de talla baja. Ver para Saber dialogó con Gabriel y Mariela. Los desafíos laborales, la discriminación y las oportunidades que encuentran (o no) en sus vidas.

"Nosotros sabemos que llamamos la atención, pero ya no nos interesa", dice Gabriel.

Gabriel trabaja como administrativo en el Congreso de la Nación. Tiene acondroplasia: es cuando los huesos de las piernas y brazos que habitualmente largos, son cortos. La condición no es hereditaria. La baja talla de Mariela se llama displasia espondilo epifisaria congénita, la cual afecta directamente al colágeno.

Mariela es psicóloga y propone desde la génesis del "enanismo", las instancias que históricamente valieron para discriminarlos. "Los bufones del rey, en épocas antiguas, eran los enanos. Los de la burla, los chistes. Por eso tomó una connotación negativa. No nos gusta el término "enanismo" porque está ligado a eso", explica sobre el estigma social que aún sufren en estos tiempos.

"Yo tuve oportunidades que, por ahí, mucha gente no tiene", valora Mariela.

La tolerancia y el respeto son pilares que, consideran, corren en los últimos años como común denominador de las sociedades. Eso les permitió acceder a lugares de trabajo que antes eran imposibles. Sin embargo, hay un recorrido que los discriminó en varias oportunidades y en algunos casos se conserva. "Es difícil conseguir trabajo cuando tenés una condición. Me ha pasado mil veces que me han rechazado", afirma Gabriel.

En la misma línea que el comienzo del párrafo anterior, Mariela considera que "como nos deconstruimos en temas de género, la educación de la sociedad es clave para hacerlo frente a nuestro aspecto". Y el amor para evaluar opiniones. O decisiones. Como Gabriel que se mudó de Córdoba a Buenos Aires para vincularse con Mariela.

El amor no tiene condiciones

"Nos conocimos por una página de internet. Yo pensaba que era de Córdoba, España", cuenta entre risas Mariela. Hace más de 15 años comenzaron a construir una vida que los unió y mantiene la relación. "Vivimos la vida, como cualquier persona. No nos importa si nos miran o no".