ARA San Luis, el submarino que partió de Mar del Plata para ser parte de la flota de guerra

El submarino zarpó de la Base Naval de la ciudad el 11 de abril de 1982 con destino a la zona de patrullas del norte de la Isla Soledad, pese a presentar fallas en el control de tiro.

El Ara San Luis presentaba fallas en el control de tiro, pero igual fue designado al área de patrullas del norte de la Isla Soledad. Foto: Ministerio de Defensa. Foto de archivo.

2 de Abril de 2024 09:02

Cuando estalló oficialmente el conflicto por la soberanía de la Islas Malvinas, los tripulantes del submarino ARA San Luis supieron que era inminente la posibilidad de ser llamados para formar parte de la tripulación que enfrente a los británicos.

Según consta en los registros del Ministerio de Defensa de la Nación, el 11 de abril de 1982, al mando del Capitán de Fragata Fernando Azcueta, el Submarino ARA San Luis zarpó desde la Base Naval Mar del Plata con rumbo sur. Seis días más tarde, hizo estación en el Golfo San Jorge, entonces, la tripulación detectó que la computadora de control tiro presentaba fallas, lo que significaba que, en caso de combate, los torpedos solo podrían dispararse con el control manual de emergencia. A pesar de ello, el 28 de abril ingresó en su área de patrulla, al norte de la Isla Soledad.

El 1º de mayo, los sonaristas del San Luis advirtieron rumores hidrofónicos de buques de guerra. El Capitán Azcueta ordenó cubrir puestos de combate y, pasadas las 10, se efectuó el lanzamiento de un torpedo SST-4 sobre un blanco clasificado como un destructor. Cuatro minutos más tarde el submarino perdió contacto con el torpedo y no se escuchó ninguna explosión. El ataque no fue exitoso, pero el submarino no fue detectado tras esa maniobra.

De acuerdo a los registros y tal como consta en el libro "Solo contra el Imperio", del marplatense Pablo Merala, la respuesta enemiga llegó a las 13 con un torpedo antisubmarino lanzado desde un helicóptero británico. La agresión fue evadida y el submarino argentino emprendió su derrota hacia las costas malvinenses. Tres horas después, encontró refugio en un fondo pedregoso, donde aguardó en total silencio mientras los británicos continuaban con su búsqueda y atacando con cargas de profundidad.

La hostilidad británica mermó pasadas las 21 del 1º de mayo. Entonces, el buque de guerra emprendió su navegación hacia aguas abiertas. Navegación que se truncó con la reanudación del ataque inglés que hizo que los tripulantes del San Luis "busquen fondo" nuevamente para operar en silencio.

Así estuvieron durante una semana, hasta que el 8 de mayo el submarino de bandera detectó un nuevo rumor hidrofónico y minutos antes de las 22 lanzó un torpedo antisubmarino MK–37. El disparo explotó y el blanco cambió el rumbo hacia la costa. Dos días después, el “San Luis” interceptó la trayectoria de una nave enemiga y, en la madrugada del 11 de mayo, el Capitán Azcueta ordenó el disparo de un torpedo SST-4 que, si bien no hizo impacto, las naves enemigas se retiraron del lugar sin intentar ningún contraataque.

Finalmente, tras recibir la orden del comando superior, el 19 de mayo luego de 39 días de patrulla y 36 de inmersión, el ARA San Luis llegó a la Base Naval Puerto Belgrano para reparar la computadora de control de tiro. El cese de hostilidades lo encontró en tierra.

"A pesar de la falta de efectividad de los torpedos del San Luis, la actuación en combate del submarino causó conmoción en los altos mandos de la flota británica, ya que, aunque contaba con los más modernos y poderosos medios para la detección submarina, nunca pudieron localizar al sigiloso submarino argentino", cierran desde la cartera Nacional.