"Quiero compensar todo el sacrificio que hicieron por mí": Mati Soulé habló de la casa que les regaló a sus padres

"Estás loco, Matías" le dice a su hijo Virginia Malvano. Antes, le da la mano, mientras Néstor Soulé se ríe y ni mira al futbolista. Matías, entre la emoción que no ve y la necesidad de que le crean, los persigue luego de mostrarles los ambientes de la propiedad. "Siempre hicieron mucho sacrificio por mi. Creo que es una manera de compensar", le dijo Mati Soulé a 0223.

El atacante de la Roma entrenó esta semana en Mar del Plata en las instalaciones de Newbery Athletic. Lo hizo junto a un grupo de sparrings de diferentes clubes locales y, de alguna manera, complementó su actividad con partidos en canchas de césped sintético. Como esos turnos que alquila cualquiera para jugar al fútbol. Ahí lo acompañaron ex compañeros de Kimberley y Argentinos del Sud. "Siempre que puedo vengo a Argentina y trato de ver a mis amigos", añade el marplatense.

En la capital italiana pasa la temporada completa, vive allá. Dice que es fundamental la compañía de sus compañeros argentinos: se junta por fuera de los entrenamientos con Leandro Paredes y Paulo Dybala. "Siempre estoy con ellos. La verdad es que gracias a ellos me pude adaptar de la mejor manera", cuenta luego de su traspaso de la Juventus a su actual club.

Matías Soulé cumple con una regla del alto rendimiento. Terminó hace menos de un mes la competencia de la pasada temporada, falta más de un mes para iniciar oficialmente la pretemporada siguiente con la Roma, pero entrena en sus vacaciones. No hay tiempo para relajarse. Finalizó en buena forma su actuación individual, pero no tiene entrenador confirmado y sabe que debe luchar por sus sueños: afianzarse con 22 años en un grande de Italia y volver a la Selección Argentina.