Para arreglar Rumencó, arruinan otro barrio

Los camiones de la empresa Coarco utilizan la calle Cerrito para descargar tierra destinada a Rumencó.

5 de Junio de 2013 16:54

Por Redacción 0223

PARA 0223

Por Luciana Acosta

Desde que comenzó la construcción de Rumencó, que ya cuenta con varias propiedades en su interior, los vecinos de Quebradas de Peralta Ramos sufren las consecuencias de vivir al lado de un barrio privado. 

Primero, con la instalación de un alambrado interrumpía el cauce natural de un arroyo y se inundaba gran parte de las 18 quintas que hay en el lugar. Y si bien, con la intervención de la Justicia, lograron que lo retiraran, ahora deben soportar un nuevo atropello: Cerrito, la calle principal del sector, es utilizada a diario como pasarela exclusiva y hasta como plataforma de descarga de 30 camiones con aproximadamente 25 toneladas de tierra colorada destinada a la mejora de la parte trasera del country. En muchos casos, debido al gran tamaño del transporte, el material es descargado en plena vía pública y levantado más tarde por unidades de menor porte que completan el recorrido.

El tránsito pesado, además de interrumpir el paso de vehículos por una de las dos arterias por las que se accede al barrio, generó la rotura de veredas, de raíces de árboles, y el desgaste del ya por sí liviano mantenimiento de engransado que realiza la municipalidad. Esto ocurre desde hace por lo menos tres meses.

Pero eso no es todo: los administradores de Rumencó colocaron un cerco perimetral electrificado y, más allá del peligro que ello implica, cada vez que una comadreja o pájaro queda atrapado entre los alambres, la gente de Quebradas se queda sin luz ante la debilidad del transformador de Edea que abastece a la zona. 

Para Pablo Álvarez, vecinalista de Quebradas de Peralta Ramos, todas estas maniobras tienen como único objetivo “desvalorizar” al barrio para que “después vengan a comprar los lotes por monedas”.

En diálogo con 0223, el tesorero de la sociedad de fomento sostuvo que los responsables del country no tienen “ningún tipo de respeto” por los vecinos y, en consecuencia, “se manejan con total impunidad dentro de espacio público en el que vivimos todos”.

“Ellos no quieren que pasen los camiones por el medio de su barrio, entonces nos estropean el nuestro. Uno entiende que ellos necesiten realizar la obra, pero jamás nadie vino a avisarnos o a comentarnos nada. Esta gente se cree con derecho a avanzar sobre lo público, intimidándonos y como si fueran los dueños de todo”, aseguró.

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