Dolor en el velorio de Walter Barrera, el policía asesinado

Camila, la novia de Walter Barrera, estaba en la puerta de la casa velotoria cuando Rodolfo Romano, el jefe de la Departamental, se acercó y le pidió paciencia. “Esto se va a resolver, vos estate tranquila”, dijo y se despidió: estaba a cargo de la recibida de la cúpula policial de La Plata, que bajó a la ciudad para dar el presente en el velorio del sargento asesinado este miércoles en Peralta Ramos y Tripulantes del Fournier.

Mientras el comisario se alejaba en el auto oficial, el velorio seguía, desgarrador como todos. A la derecha e izquierda de Camila y Claudia, la suegra de Barrera, policías, bomberos, prefectos, militares, amigos y compañeros de trabajo hablaban de Walter. Contaban quién era, qué le gustaba y qué soñaban hacer. En eso, un efectivo de la comisaría 8va confirmó que el 1º de diciembre el sargento tenía planeado viajar a La Plata para rendir un examen y alcanzar el cargo de oficial. “Tenía ganas de crecer el pibe”, dijo y otro asintió. Barrera tenía 34 años.

La puerta de la cochería Roldán permaneció abierta toda la noche. Al sargento lo velaron en el primer piso del edificio de Juan B. Justo al 500 hasta su traslado al cementerio privado “Colinas de Paz”. Antes y después de esa escalera, flores y coronas de decenas de instituciones públicas y privadas.