Quilmes fue una trituradora de la mano de Vildoza

Quilmes obtuvo una victoria resonante y ante un rival clave en la lucha por la permanencia. El "Cervecero" apabulló nuevamente a Lanús, como en enero pasado, pero ahora en su retorno a Once Unidos tras dos semanas: contundente 94 a 68, para quedar a un partido del "Granate" en la lucha por salir del último puesto de la Conferencia Sur de la Liga Nacional de Básquetbol.

Partido redondo del elenco de Ramella, de la mano de un lúcido Luca Vildoza, en la mejor noche de su corta carrera: autor de 32 puntos, con 5/7 en triples. El "pibe" ingresó en el segundo cuarto y le cambió la cara al equipo, que había tenido un mal primer segmento. El elenco marplatense terminó llegando a sacar 30 puntos de ventaja y con tres juveniles en cancha.

Un cuarto inicial desprolijo, con mucha paridad y temores, defensas ajustadas. Lanús arrancó con una leve ventaja, buscando a Cantón en la zona pintada (4-7). Pero una andanada de Cequeira con cuatro puntos en serie dejó al frente por primera vez a Quilmes (10-9). La visita lució más segura en su juego, y el conjunto de Ramella más apurado en cada avance, dependiendo del destello individual de Baxley (10 puntos). Con John Millsap Jr. (9 puntos en el cuarto), la conducción de Cantero, Lanús se mantuvo al frente. Con tantos del extranjero y un triple de "Pato" Rodríguez, el "Granate" sacó un parcial de 6-0 que provocó el time out de Ramella (14-20, a 2m14s). Vildoza suplantó a un Cequeira errático en sus decisiones, pero entre el buen ingreso de Stewart y un contragolpe de Millsap, Lanús se quedó con el primer chico 24 a 20.

Salió más decidido Quilmes al segundo cuarto, con una defensa que solo permitió 11 puntos de su rival. Vildoza se mantuvo como base y su injerencia fue totalmente decisiva para levantar el nivel colectivo del equipo. El joven base anotó 17 de los 26 puntos de su equipo en el parcial, con 3 triples y solo habiendo fallado un tiro. De arranque se abrió el tiro exterior con dos lanzamientos de Luca y Maciel (tras un 1/5 en el cuarto anterior), para igualar en 26 al minuto. Pero Lanús supo aprovechar las distracciones defensivas locales. Patricio Rodríguez, con un triple y un contragolpe devolvió al frente a su equipo (28-31).

Mientras que en medio de las irregularidades, el "Cervecero" estampó un parcial de 6-0 de la mano de Vildoza, Maciel y Baxley (primeros puntos del segmento) para una leve ventaja de 34-31. Lanús fue perdiendo la línea, ante una defensa más dura del local. Millsap perdió protagonismo. El equipo de Demti acudió sin eficacia al tiro externo, ya que la pintura estaba bien custodiada por Gallizzi-Romero y Spalla. Hasta el 36-35 se mantuvo a raya. Pero Quilmes tuvo un cierre de cuarto a pura orquesta de la mano del jefe musical Luca Vildoza: un doble por aquí (38-35), un triple por acá (43-35), y otro magnífico lanzamiento exterior consumiendo los segundos, anotando sobre la chicharra y con talento. Agrandadísimo pasaje del pibe. Así el "Tricolor" destrabó el juego a su favor (46-35).

Quilmes supo sostener la ventaja y ampliarla en el final del tercer cuarto. Buen regreso de Luis Cequeira para un triple y un alley oop a Gallizzi para comenzar a estirar el marcador (56-40). Lanús siguió frustrándose ante la firmeza defensiva que se mantuvo en el equipo de Ramella. Los marplatenses ni precisaron del aporte de Baxley (solo 4 libres en el segmento). A 3m36s Demti pidió tiempo muerto porque su equipo no reaccionaba 56-42). Enzo Ruiz hizo su aporte con asistencias, Romero entró bien, y el cierre de Quilmes volvió a ser perfecto con un Vildoza mágico anotando un doblazo en los segundos finales (69-51).

El último segmento casi que sobró. Quilmes llegó a sacar 31 puntos de distancia, con sobriedad, una concentración que no mermó y un ataque que siguió anotando. Luca Vildoza siguió su concierto, hasta llegar a las 32 anotaciones e irse ovacionado por todo Once Unidos, reemplazado por Juan De la Fuente, otro pibe del club e hijo de un histórico. También ingresó Elias Iñiguez. Quilmes y su gente se fueron eufóricos, porque el juego, la defensa y la contundencia aparecieron en un momento caliente, donde la derrota hubiera sido un golpe duro de asimilar.