Mar del Plata tendrá una novedosa planta de proteínas recombinantes para hacer vacunas

En el marco del desarrollo de una de las vacunas argentinas contra el coronavirus, Gihon Laboratorios invertirá más de $200 millones para generar instalaciones con tecnología de punta dentro del Parque Industrial General Savio.  

Esperan que en 4 meses ya comiencen los primeros estudios en humanos de la "Argenvac 221". Foto ilustrativa: archivo 0223.

20 de Enero de 2022 08:07

El desarrollo de la Argenvac 221, una de las cuatro vacunas nacionales que se buscan desarrollar contra el coronavirus, avanza a paso firme y en Gihon Laboratorios SRL, el laboratorio marplatense que la producirá, ya proyectan una inversión de casi $300 millones para que se pueda poner en marcha en los próximos meses una novedosa planta de proteínas recombinantes

Una vez inaugurada, la fábrica de producción de biotecnológicos se convertirá en una de las primeras instalaciones de estas características en el país, con tecnología de punta. “Nosotros ya estamos trabajando en el escalado que se va a poner a punto en Gihon y en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti) y a partir de eso estamos pidiendo cotizaciones para la producción del antígeno de la vacuna, que puede ser el antígeno de la Argenvac o de otra versión de la vacuna, y también la primera planta productora de proteínas recombinantes en Mar del Plata y toda la región”, reveló a 0223 Alberto Chevalier, el titular de la prestigiosa química instalada en el Parque Industrial General Savio.

Al igual que "Arvac Cecilia Grierson", el desarrollo que muestra mayores avances entre los cuatro proyectos argentinos que se estudian hasta esta fecha, la vacuna que se hará en Mar del Plata funcionará a base de proteínas recombinantes, una plataforma que, según definió el Doctor en Ciencias Químicas, “se usa mucho y es muy segura y muy reproducible”. “Estas proteínas sirven para un montón de cosas, no solo para vacunas. La verdad es que se adaptan con bastante facilidad a distintas variantes”, destacó.

Teniendo en cuenta que Gihon ya cuenta con una planta, terrenos y un laboratorio de control de calidad propio, Chevalier estimó que la inversión demandará, por lo menos, entre 200 y 300 millones de pesos. “Nosotros estamos decididos a invertir pero también necesitamos financiación a tasa subsidiada porque hacer una vacuna que está siendo apoyada por el Estado también requiere que haya condiciones especiales”, dijo, y agregó: “Las vacunas pueden salir bien o mal. Aunque siempre van a ser seguras, su eficacia de inmunización puede estar por encima o por debajo del 50%, y si está por debajo, entonces se discontinúa el desarrollo como ya pasó con la vacuna alemana CureVac”.

“El financiamiento que da el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación a través de la Agencia I+D+i es para la parte pública. Eso es importante saberlo porque no se financia con aportes reembolsables a la parte privada, que sería nuestro caso. Nuestra financiación la vamos a tener que buscar por otro lado, con alguna tasa subsidiada, por supuesto a través del Ministerio de Desarrollo Productivo o agencias o la vía que sea”, aclaró al respecto el co-fundador de Gihon Laboratorios.

Pese a los condicionantes de la financiación, el científico de Mar del Plata se mostró confiado en que a mitad de año ya se encuentre en funcionamiento la novedosa planta productiva que significará un aporte clave para el desarrollo de cualquier vacuna. “Hay que ver si ese plazo engancha con las aprobaciones previas que tenga que recibir Argenvac”, dijo.

“Son muchas piezas que se mueven en el sistema de aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para que lleguen juntas. Nosotros, como productores, tenemos que estar preparados antes para que si la vacuna se aprueba, se pueda producir pero mientras tanto podemos producir lotes para los ensayos preclínicos y los estudios clínicos. Así que estamos trabajando en eso y estamos totalmente comprometidos con el proyecto”, aseveró Chevalier.

El comienzo de las pruebas en humanos

Hasta el momento, las evaluaciones de la Argenvac 221 en las fases preclínicas han dado “buenos resultados” y en la química del Parque Industrial prevén que en cuatro meses ya se pueda pasar a la primera etapa de pruebas en personas, en caso de que no surjan mayores eventualidades con la disponibilidad de recursos para avanzar en tiempo y forma  con los plazos del proyecto científico.

“Cuando se puedan aprueban los estudios preclínicos, que son los que se hacen en ‘ratoncitos’ especiales, se pasa a los estudios clínicos que se hacen directamente en humanos. Lo bueno es que ahora, con tanto desarrollo de vacuna a nivel mundial, los estudios preclínicos y clínicos no tardan tanto ni necesitan 50 o 60 mil personas como se necesitaron al principio, en el 2020, porque ya hay muchos antecedentes científicos probados”, explicó Chevalier.

El científico, que también preside la asociación civil administradora del Parque Industrial, reveló que ya se  están haciendo acuerdos con hospitales públicos y la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos Malbrán” para poder hacer las pruebas clínicas necesarias que permitan determinar si la “vacuna marplatense” es efectiva o no para batallar contra los efectos adversos en la salud que genera el Covid-19. “La idea es que estas pruebas puedan ser condensadas y monitoreadas por la Anmat así cuando terminan se produzca la aprobación lo antes posible si todo sale bien”, adelantó.

Generación de conocimiento 100% nacional

Para este desarrollo científico de altísima complejidad, se conformó el consorcio “Argenvac”, donde - además del laboratorio de la ciudad – intervienen expertos de prestigiosas instituciones del país, como la Universidad de La Plata, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), la Anlis Malbrán, la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (Anlap).

Gihon, en este caso, se encarga de la producción de proteínas bajo normas GMP - por sus siglas en inglés, good manufacturing practice (buenas prácticas de fabricación) - y de nanopartículas que se van a utilizar en la vacuna como adyuvantes, algo que también resulta novedoso porque de esta manera se pretende "aumentar la respuesta inmunológica" de la Argenvac 221.

Pero al generarse una sinergia directa entre actores públicos y privados, Chevalier hizo gran énfasis en las características del modelo de trabajo que se plasmó para la Argenvac 221 y ponderó el beneficio que generará a futuro a la hora de generar conocimiento genuino para Argentina. “Independientemente del coronavirus, pensamos que hay empezar a generar conocimiento e instalaciones que atiendan a estos casos y no nos agarren por sorpresa. Hace dos años que empezó la pandemia y Argentina no produce ninguna vacuna realmente de desarrollo”, señaló.

“Estos cuatro proyectos de vacuna que hoy hay en el país servirán para esta pandemia sino generarán conocimiento, tanto en la parte pública como en la parte privada, para enfrentar mejor alguna otra pandemia o endemia”, confió el hombre de Gihon Laboratorios, y expresó: “Acá hay un objetivo de largo plazo de generar conocimiento, facilidades e instalaciones donde se puedan hacer este tipo de desarrollos y no esperar a ver dónde sobran vacunas en el mundo para poder comprarlas”.

Chevalier, en el mismo sentido, resaltó el proceso de transferencia de tecnología que se genera entre ambos ámbitos a partir de desarrollos de este tipo. “Queremos que también se generen capacidades en Argentina para hacer vacunas. El modelo que apoyamos  y que nosotros buscamos es el del consorcio público privado donde hay una transferencia de tecnología desde la parte pública de investigadores argentinos a una parte privada de empresas tecnológicas”, ratificó.

Un salto de calidad más

El laboratorio de Chevalier es una empresa de Base Tecnológica (EBT) con más de 25 años de historia en General Pueyrredon que se destaca, entre sus productos, por fabricar la molécula Thimerosal, el conservante más utilizado en todo tipo de vacunas, debido a su eficiencia, eficacia y bajo costo. Gihon es el único productor de este insumo a nivel mundial que cumple con todas las farmacopeas y especificaciones internacionales.

Además del obtener el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Gihon Laboratorios firmó en 2016 un contrato con la Fundación Bill Gates para garantizar el suministro de este conservante para la vacunación de cualquier enfermedad, sobre todo en los países de escasos recursos o en vías de desarrollo.