Fallos desalientan denuncias de abuso sexual, según psicólogo
25 de Junio de 2006 20:36
Por Redacción 0223
PARA 0223
Los profesionales que realizan peritajes judiciales a niños sexualmente abusados o se presentan como testigos en las causas son atacados en forma sistemática por sectores del poder judicial que, en "fallos ejemplificadores", desalientan la denuncia de este tipo de casos, afirmó el psicólogo Jorge Garaventa, especializado en violencia de género y abuso sexual infantil (ASI). Según el profesional, el fallo de la Justicia local en el caso Nuestra Señora del Camino estuvo "diseñado para arribar a una sentencia ejemplificadora que busca escarmentar y desalentar nuevas denuncias por abuso sexual infantil". Los profesionales que realizan peritajes judiciales a niños sexualmente abusados o se presentan como testigos en las causas son atacados en forma sistemática por sectores del poder judicial que, en "fallos ejemplificadores", desalientan la denuncia de este tipo de casos, afirmó el psicólogo Jorge Garaventa, especializado en violencia de género y abuso sexual infantil (ASI).
Para Garaventa -autor de "Vulnerabilidad, desvalimiento y maltrato infantil en organizaciones familiares", junto a la reconocida socióloga Eva Giberti, y perito de parte en varios juicios- las últimos fallos judiciales sobre ASI son "bastante desalentadores".
Una tendencia que para el psicólogo "no es casual", y que se profundiza "a pocos días de comenzar el juicio al sacerdote Julio César Grassi, que es un caso paradigmático que sacude a la sociedad y amenaza con quedar impune", dijo.
P: El polémico fallo de Mar del Plata que absolvió a un profesor de educación física acusado de abusar sexualmente a 21 de sus alumnos, ¿marca esta tendencia a desalentar denuncias que usted señala?
R: No sólo los fallos públicos como el de Mar del Plata, sino otros fallos menos conocidos que terminan subestimando las pericias judiciales y absuelven a los supuestos abusadores. El caso Mar del Plata es insólito y si uno hace una lectura profunda se cae, porque estuvo diseñado para arribar a una sentencia ejemplificadora que busca escarmentar y desalentar nuevas denuncias por abuso sexual infantil. Creo que no es casual, ni el fallo y ni la contundencia de un caso de ASI público, previo al juicio Grassi.
P: ¿Por qué dice que es un "fallo insólito"?
R: Lo que se lee en el fallo es una gran confabulación, muy poco creíble, entre los padres, los psicólogos que hicieron los peritajes, los abogados y todos los testigos. Se fundamenta en el síndrome de alienación parental (SAP), que es una conceptualización por la cual se supone que los chicos son programados para repetir determinadas historias inventadas por los adultos.
P: ¿Es posible que pase esto?
R: No. Hay elementos concretos que permiten determinar si un chico dice la verdad o no. Estos chicos tenían 3 y 4 años y a esa edad, no pueden hablar de cuestiones sexuales que desconocen mucho menos con la precisión con que lo hicieron. En sus testimonios, los nenes y las nenas de Mar del Plata hicieron alusiones a situaciones genitales concretas que son imposibles de ser fantaseadas y sostenidas en el tiempo.
P: Más allá de un caso puntual de Mar del Plata, usted sostiene que hay un ataque sistemático a los profesionales que realizan los peritajes, contienen a las presuntas víctimas o hacen denuncias por abuso sexual infantil.
R: Es lo que técnicamente se denomina 'backlash': la reacción violenta que apunta a desacreditar a todos aquellos que trabajan en el investigación del ASI. En Argentina tiene dos aristas. Una faceta teórica, impulsada por algunos exponentes del poder judicial, como el ex juez civil Eduardo Cárdenas, que sostienen que hay una gran cantidad de denuncias de ASI que son fraguadas por profesionales que buscan perjudicar a los acusados y buscar un rédito económico. Y una faceta más práctica, que se traduce en amenazas, asaltos sospechosos y aprietes a esos profesionales que trabajan en el tema. Pero más allá de la denuncia de los episodios violentos -que son graves y hay que hacerlas- creo que la batalla hay que darla a nivel conceptual, porque estos sectores forman profesionales para la aplicación del SAP y desarrollan argumentos conceptuales muy sólidos.
P: Algunos de los argumentos que justifican el síndrome de alienación parental están sustentados en las teorías de Richard Gardner, un psiquiatra estadounidense precursor de estos conceptos. ¿Qué validez teórica tienen, para usted, estas ideas?
R: Lo que Gadner sostiene, básicamente, es que en un litigio de divorcio se puede programar a los pibes para que odien a sus padres y los acusen de ASI. Esto fue refutado científicamente, a punto tal que ni siquiera entró en los grandes manuales de psiquiatría. Con la globalización esta teoría, que no tuvo trascendencia en Estados Unidos, se trasladó a España, hasta que se declaró anticonstitucional. En Argentina entró de la mano de asociaciones de padres alejados de sus hijos por cuestiones legales, y todavía nos debemos un pronunciamiento categórico como el español. (TELAM-SIN 044)
AUTOR / FUENTE: Agencia Télam
Para Garaventa -autor de "Vulnerabilidad, desvalimiento y maltrato infantil en organizaciones familiares", junto a la reconocida socióloga Eva Giberti, y perito de parte en varios juicios- las últimos fallos judiciales sobre ASI son "bastante desalentadores".
Una tendencia que para el psicólogo "no es casual", y que se profundiza "a pocos días de comenzar el juicio al sacerdote Julio César Grassi, que es un caso paradigmático que sacude a la sociedad y amenaza con quedar impune", dijo.
P: El polémico fallo de Mar del Plata que absolvió a un profesor de educación física acusado de abusar sexualmente a 21 de sus alumnos, ¿marca esta tendencia a desalentar denuncias que usted señala?
R: No sólo los fallos públicos como el de Mar del Plata, sino otros fallos menos conocidos que terminan subestimando las pericias judiciales y absuelven a los supuestos abusadores. El caso Mar del Plata es insólito y si uno hace una lectura profunda se cae, porque estuvo diseñado para arribar a una sentencia ejemplificadora que busca escarmentar y desalentar nuevas denuncias por abuso sexual infantil. Creo que no es casual, ni el fallo y ni la contundencia de un caso de ASI público, previo al juicio Grassi.
P: ¿Por qué dice que es un "fallo insólito"?
R: Lo que se lee en el fallo es una gran confabulación, muy poco creíble, entre los padres, los psicólogos que hicieron los peritajes, los abogados y todos los testigos. Se fundamenta en el síndrome de alienación parental (SAP), que es una conceptualización por la cual se supone que los chicos son programados para repetir determinadas historias inventadas por los adultos.
P: ¿Es posible que pase esto?
R: No. Hay elementos concretos que permiten determinar si un chico dice la verdad o no. Estos chicos tenían 3 y 4 años y a esa edad, no pueden hablar de cuestiones sexuales que desconocen mucho menos con la precisión con que lo hicieron. En sus testimonios, los nenes y las nenas de Mar del Plata hicieron alusiones a situaciones genitales concretas que son imposibles de ser fantaseadas y sostenidas en el tiempo.
P: Más allá de un caso puntual de Mar del Plata, usted sostiene que hay un ataque sistemático a los profesionales que realizan los peritajes, contienen a las presuntas víctimas o hacen denuncias por abuso sexual infantil.
R: Es lo que técnicamente se denomina 'backlash': la reacción violenta que apunta a desacreditar a todos aquellos que trabajan en el investigación del ASI. En Argentina tiene dos aristas. Una faceta teórica, impulsada por algunos exponentes del poder judicial, como el ex juez civil Eduardo Cárdenas, que sostienen que hay una gran cantidad de denuncias de ASI que son fraguadas por profesionales que buscan perjudicar a los acusados y buscar un rédito económico. Y una faceta más práctica, que se traduce en amenazas, asaltos sospechosos y aprietes a esos profesionales que trabajan en el tema. Pero más allá de la denuncia de los episodios violentos -que son graves y hay que hacerlas- creo que la batalla hay que darla a nivel conceptual, porque estos sectores forman profesionales para la aplicación del SAP y desarrollan argumentos conceptuales muy sólidos.
P: Algunos de los argumentos que justifican el síndrome de alienación parental están sustentados en las teorías de Richard Gardner, un psiquiatra estadounidense precursor de estos conceptos. ¿Qué validez teórica tienen, para usted, estas ideas?
R: Lo que Gadner sostiene, básicamente, es que en un litigio de divorcio se puede programar a los pibes para que odien a sus padres y los acusen de ASI. Esto fue refutado científicamente, a punto tal que ni siquiera entró en los grandes manuales de psiquiatría. Con la globalización esta teoría, que no tuvo trascendencia en Estados Unidos, se trasladó a España, hasta que se declaró anticonstitucional. En Argentina entró de la mano de asociaciones de padres alejados de sus hijos por cuestiones legales, y todavía nos debemos un pronunciamiento categórico como el español. (TELAM-SIN 044)
AUTOR / FUENTE: Agencia Télam
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