Mar del Plata no está ajena a un caso Febres
18 de Diciembre de 2007 21:34
Por Redacción 0223
PARA 0223
"Desocúpenme el casino de oficiales que voy a ir con mi familia!", era una de las habituales órdenes que impartía el represor Héctor Febres mientras estuvo detenido en la sede Delta de la Prefectura Naval Argentina, según públicó este martes el diario Pagina/12. Varios casos similares se habrían vivido en la delegación de la Policía Federal de Mar del Plata donde se alojaron y alojan en la actualidad represores, pero uno en particular sucedido el pasado 12 de Octubre fue certificado por varios funcionarios judiciales, donde dos presos, uno de ellos por delitos de lesa humanidad, festejaron con sus familias el cumpleaños de un nieto. “Desocúpenme el casino de oficiales que voy a ir con mi familia!”, era una de las habituales órdenes que impartía el represor Héctor Febres mientras estuvo detenido en la sede Delta de la Prefectura Naval Argentina, según públicó este martes el diario Pagina/12. Y el genocida volvió a hacerlo dos semanas antes de su muerte, para festejar allí el bautismo de una de sus nietas.
Durante el allanamiento a la casa del hijo de Febres la Justicia encontró pruebas del acontecimiento familiar celebrado en un edificio público que debía servir como cárcel para este Prefecto, enjuiciado por delitos de lesa humanidad.
Los investigadores del caso afirmaron que en su vida vieron condiciones de detención “tan irregulares”, y uno de ellos consideró que el Prefecto que murió envenenado con cianuro “entraba y salía” de su prisión vip. Esta situación, que calificaron de “escandalosa”, podría motivar en breve la citación a prestar declaración indagatoria del recién destituido jefe de la Prefectura Carlos Fernández. En la causa hay dos de sus ex subordinados detenidos.
La sospecha es que hubo hechos de corrupción por parte de quienes dirigían la sede Delta que hicieron posibles las relajadas condiciones de detención de Febres. Según informó este martes ese matutino porteño.
FEBRES VERNÁCULOS
En la Delegación de la Policía Federal Argentina en Mar del Plata fueron y están siendo alojados represores de la última dictadura. Según un informe del mes de octubre pasado, algunos hechos similares a los acontecidos en el Caso Febres habrían sido cometidos en esa dependencia.
Según pudo saber 0223.com.ar, en horas de la noche del pasado viernes 12 de octubre, se hizo presente en la Fiscalía General de Cámaras Federal de Apelaciones el Dr. César Sivo, quien puso en conocimiento del Fiscal Adler que en la nombrada Delegación, “sin ningún tipo de registración, se estaría llevando a cabo una cena con familiares de los presos y los policías, estando detenidos en la misma diferentes personas que se encuentran procesadas por delitos de lesa humanidad”.
Al respecto también manifestó, “que esta situación irregular reviste peligrosidad en tanto no se sabe quiénes y con qué fines ingresan a la Delegación, lo cual, en atención a lo sucedido a diversos testigos que en este medio y otros han recibido amenazas no debería ser permitido”, requiriendo, en suma, la constitución de la Fiscalía en la referida dependencia policial, a los efectos de verificar la irregularidad apuntada
Inmediatamente a las 23:15 horas de ese mismo día, los Dres. Sivo (denunciante), Gutiérrez (Fiscal en turno), Darmandrail y Rodríguez (Secretarios) y el Fiscal General Daniel Adler, se constituyeron en la mencionada sede policial, siendo recibidos allí por el Sargento Jorge Rodríguez, a cargo de la guardia, a quien se le requirió que los conduzca al sector de calabozos para verificar la situación denunciada.
En la ocasión, se pudo observar que en el quincho existente en el fondo del patio de la dependencia, se encontraban los detenidos Nicolás Caffarello y Oscar Costa Platini, quienes acababan de compartir la cena con la hija y nieta del segundo nombrado. Caffarello está detenido por presuntos hechos de lesa humanidad.
Es decir, se constató que existió una cena entre los presos y los familiares del detenido Costa Platini, pero no que hayan participado de la misma los policías.
A las pocas horas, el Fiscal Adler resolvió poner en conocimiento de este hecho al Presidente de la Cámara Federal de esta ciudad y al Procurador General de la Nación, con el fin que se evite el alojamiento de detenidos en establecimientos no penitenciarios, es decir, en comisarías y dependencias policiales y pertenecientes a fuerzas de seguridad.
IRREGULARIDADES
En su resolución, el Fiscal señaló que “de todos modos qué es lo regular y que no en un ámbito donde todo es irregular, pues los presos no deben estar en comisarías, se torna bastante difuso. Pudimos comprobar, pues se les preguntó expresamente, que las personas privadas de libertad se encontraban en perfecto estado de salud, manifestándose conformes con la atención recibida; si deben o no compartir una cena con sus familiares es algo que deberá establecerlo la autoridad administrativa, pero a la luz de lo actuado y de los derechos que asisten a los procesados, no parecería que el buen trato dispensado por las autoridades de la Policía Federal a las personas privadas de libertad pueda constituir delito alguno o falta alguna”.
En el texto resolutorio, al cual 0223.com.ar tuvo acceso, se remarca que “habiendo sido requerido en la guardia el libro de ingreso de visitas de detenidos se puso a nuestra disposición el respectivo registro. Se constató que se trataba de un cuaderno que era foliado sobre el margen superior derecho con un sello foliador de la Policía Federal, que era asentado sin mayores formalidades, obteniéndose fotocopias certificadas del mismo correspondientes a las visitas de este año”. Y se afirma “la registración del libro de visitas no era del todo completa, no existiendo, conforme se nos informara, un criterio preestablecido de asiento de las visitas, es decir, se asentaban algunas y otras no, aduciéndose multiplicidad de tareas en la guardia y falta de personal para llevar el libro con mayor regularidad. Todo muy propio de lo irregular de la situación, en tanto, insisto y volveré sobre la cuestión, no deben alojarse presos en comisarías”.
PRIVILEGIOS PARA REPRESORES
Cabe señalar que también se hospedaron en esos calabozos, el contraalmirante retirado Juan Carlos Malugani (Jefe de la Base Naval de Mar del Plata durante 1976), el Capitán de Fragata Rafael Alberto Guiñazú (Sub-Jefe de la Base durante el año 1977, y Jefe de la Agrupación de Buzos Tácticos durante los años 1975, 1976 y 1978) y el general retirado Alfredo Manuel Arrillaga, entre otros. Según los libros de actas abiertos al efecto de esta dependencia Federal, la gran mayoría recibieron la visita de esposas, hijos, amigos en un curioso peregrinar y hasta se leería en sus folios el nombre de algún periodista.
“La ´detención domiciliaria´ relativiza el esfuerzo del Estado Argentino –a través de todos sus órganos estatales- de procesar y castigar a personas sobre las que existe una fundada probabilidad de que hayan participado –ya sea planificando, decidiendo y/o ejecutando- en hechos delictivos cuya magnitud y extrema gravedad avasallan normas jurídicas que reflejan los valores más fundamentales de la humanidad” escribió en otra oportunidad el Fiscal Adler al apelar la prisión domiciliaria del represor Malugani.
Al igual que con Febres en Mar del Plata podría haber ocurrido u ocurrir en el futuro inmediato algo similar si los genocidas no son alojados en cárceles comunes con códigos disciplinarios propios y de extrema seguridad.
AUTOR / FUENTE: Carlos Vazquez
Durante el allanamiento a la casa del hijo de Febres la Justicia encontró pruebas del acontecimiento familiar celebrado en un edificio público que debía servir como cárcel para este Prefecto, enjuiciado por delitos de lesa humanidad.
Los investigadores del caso afirmaron que en su vida vieron condiciones de detención “tan irregulares”, y uno de ellos consideró que el Prefecto que murió envenenado con cianuro “entraba y salía” de su prisión vip. Esta situación, que calificaron de “escandalosa”, podría motivar en breve la citación a prestar declaración indagatoria del recién destituido jefe de la Prefectura Carlos Fernández. En la causa hay dos de sus ex subordinados detenidos.
La sospecha es que hubo hechos de corrupción por parte de quienes dirigían la sede Delta que hicieron posibles las relajadas condiciones de detención de Febres. Según informó este martes ese matutino porteño.
FEBRES VERNÁCULOS
En la Delegación de la Policía Federal Argentina en Mar del Plata fueron y están siendo alojados represores de la última dictadura. Según un informe del mes de octubre pasado, algunos hechos similares a los acontecidos en el Caso Febres habrían sido cometidos en esa dependencia.
Según pudo saber 0223.com.ar, en horas de la noche del pasado viernes 12 de octubre, se hizo presente en la Fiscalía General de Cámaras Federal de Apelaciones el Dr. César Sivo, quien puso en conocimiento del Fiscal Adler que en la nombrada Delegación, “sin ningún tipo de registración, se estaría llevando a cabo una cena con familiares de los presos y los policías, estando detenidos en la misma diferentes personas que se encuentran procesadas por delitos de lesa humanidad”.
Al respecto también manifestó, “que esta situación irregular reviste peligrosidad en tanto no se sabe quiénes y con qué fines ingresan a la Delegación, lo cual, en atención a lo sucedido a diversos testigos que en este medio y otros han recibido amenazas no debería ser permitido”, requiriendo, en suma, la constitución de la Fiscalía en la referida dependencia policial, a los efectos de verificar la irregularidad apuntada
Inmediatamente a las 23:15 horas de ese mismo día, los Dres. Sivo (denunciante), Gutiérrez (Fiscal en turno), Darmandrail y Rodríguez (Secretarios) y el Fiscal General Daniel Adler, se constituyeron en la mencionada sede policial, siendo recibidos allí por el Sargento Jorge Rodríguez, a cargo de la guardia, a quien se le requirió que los conduzca al sector de calabozos para verificar la situación denunciada.
En la ocasión, se pudo observar que en el quincho existente en el fondo del patio de la dependencia, se encontraban los detenidos Nicolás Caffarello y Oscar Costa Platini, quienes acababan de compartir la cena con la hija y nieta del segundo nombrado. Caffarello está detenido por presuntos hechos de lesa humanidad.
Es decir, se constató que existió una cena entre los presos y los familiares del detenido Costa Platini, pero no que hayan participado de la misma los policías.
A las pocas horas, el Fiscal Adler resolvió poner en conocimiento de este hecho al Presidente de la Cámara Federal de esta ciudad y al Procurador General de la Nación, con el fin que se evite el alojamiento de detenidos en establecimientos no penitenciarios, es decir, en comisarías y dependencias policiales y pertenecientes a fuerzas de seguridad.
IRREGULARIDADES
En su resolución, el Fiscal señaló que “de todos modos qué es lo regular y que no en un ámbito donde todo es irregular, pues los presos no deben estar en comisarías, se torna bastante difuso. Pudimos comprobar, pues se les preguntó expresamente, que las personas privadas de libertad se encontraban en perfecto estado de salud, manifestándose conformes con la atención recibida; si deben o no compartir una cena con sus familiares es algo que deberá establecerlo la autoridad administrativa, pero a la luz de lo actuado y de los derechos que asisten a los procesados, no parecería que el buen trato dispensado por las autoridades de la Policía Federal a las personas privadas de libertad pueda constituir delito alguno o falta alguna”.
En el texto resolutorio, al cual 0223.com.ar tuvo acceso, se remarca que “habiendo sido requerido en la guardia el libro de ingreso de visitas de detenidos se puso a nuestra disposición el respectivo registro. Se constató que se trataba de un cuaderno que era foliado sobre el margen superior derecho con un sello foliador de la Policía Federal, que era asentado sin mayores formalidades, obteniéndose fotocopias certificadas del mismo correspondientes a las visitas de este año”. Y se afirma “la registración del libro de visitas no era del todo completa, no existiendo, conforme se nos informara, un criterio preestablecido de asiento de las visitas, es decir, se asentaban algunas y otras no, aduciéndose multiplicidad de tareas en la guardia y falta de personal para llevar el libro con mayor regularidad. Todo muy propio de lo irregular de la situación, en tanto, insisto y volveré sobre la cuestión, no deben alojarse presos en comisarías”.
PRIVILEGIOS PARA REPRESORES
Cabe señalar que también se hospedaron en esos calabozos, el contraalmirante retirado Juan Carlos Malugani (Jefe de la Base Naval de Mar del Plata durante 1976), el Capitán de Fragata Rafael Alberto Guiñazú (Sub-Jefe de la Base durante el año 1977, y Jefe de la Agrupación de Buzos Tácticos durante los años 1975, 1976 y 1978) y el general retirado Alfredo Manuel Arrillaga, entre otros. Según los libros de actas abiertos al efecto de esta dependencia Federal, la gran mayoría recibieron la visita de esposas, hijos, amigos en un curioso peregrinar y hasta se leería en sus folios el nombre de algún periodista.
“La ´detención domiciliaria´ relativiza el esfuerzo del Estado Argentino –a través de todos sus órganos estatales- de procesar y castigar a personas sobre las que existe una fundada probabilidad de que hayan participado –ya sea planificando, decidiendo y/o ejecutando- en hechos delictivos cuya magnitud y extrema gravedad avasallan normas jurídicas que reflejan los valores más fundamentales de la humanidad” escribió en otra oportunidad el Fiscal Adler al apelar la prisión domiciliaria del represor Malugani.
Al igual que con Febres en Mar del Plata podría haber ocurrido u ocurrir en el futuro inmediato algo similar si los genocidas no son alojados en cárceles comunes con códigos disciplinarios propios y de extrema seguridad.
AUTOR / FUENTE: Carlos Vazquez
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