La tarde que Chávez enterró el Alca en el Mundialista de Mar del Plata

Noviembre de 2005. Hugo Chávez entra al estadio José María Minella de Mar del Plata junto a Diego Armando Maradona. La gente aplaude, grita, canta. La gente ruge. Aún no lo saben, pero el líder bolivariano inmortalizará una frase histórica para el desarrollo del continente, especialmente de Latinoamérica: "¡El Alca al carajo!", bramó Chávez. Y así fue: el Alca quedó enterrado en el césped del estadio marplatense.

Fiel a su estilo, el presidente venezolano fue el principal orador de aquella Cumbre de los Pueblos y encantó a todos los que se acercaron para escucharlo. 

Chávez había llegado a Mar del Plata para participar de la IV Cumbre de las Américas que tenía un valor muy importante porque debía resolverse el tratado de Libre Comercio que impulsaba Estados Unidos. Sin embargo, la Cumbre de los Pueblos tuvo casi más repercusión que la cumbre oficial. El carisma de Chávez, más la presencia de Maradona, jugaron un papel fundamental para que así fuera.

"Cada uno de nosotros trajo una pala, una pala de enterrador, porque aquí en Mar del Plata está la tumba del Alca. La tumba del Alca. Vamos a decirlo: Alca, Alca, al carajo", gritó Chávez. Y así fue.