Pocas olas, pero un gran espectáculo al fin

Tremendo. El Flyboard, una exhibición que atrapó a todos en Playa Grande (foto: Leandro Barsocchini).

18 de Abril de 2014 02:45

Por Redacción 0223

PARA 0223

¿Quién podría pensar que el mejor surf internacional no sería extrañado? Pero así pasó este jueves en Mar del Plata. Olas hubo pocas, por eso la competencia se tomó descanso. La ronda de los 64 mejores quedó para el viernes, a la espera de un mejor pronóstico, pero el Rip Curl Pro Stamina no se detuvo. Y la gente disfrutó de las actividades del día en Playa Grande.

Primero se metieron al agua cuatro de los mejores surfistas (Martín Passeri, Lele Usuna, Agustín Bolllini y el brasileño Joao Andre) para divertir con sus maniobras y usar la nueva cámara de deportes extremos de Sony. El que filmaba la mejor acción, ganaba. Y así estuvieron 20 minutos dando cátedra. 

Cuando ellos lo hacían, casi en el final, apareció la vedette del día en el mar: el flyboard. Ese nuevo deporte que permite que una persona, a través de dos chorros de agua que son generados por la potencia de una moto de agua (a través de una manguera), se eleve hasta 12 metros de altura y juegue a zambullirse en el agua como un delfín. Todo Playa Grande se acercó a la orilla y el conductor del flyboard se lució y hasta interactuó desde el aire con los surfistas.

Mientras, en la playa, comenzaba la demo de Slackline, ese deporte de equilibrio que cautiva cuando sus artistas saltan y hacen piruetas mientras caminan por una cinta atada a dos postes en los extremos. Fueron cinco los protagonistas. Luis People, Diego García, Joel Martín, Enrique Ruete y Jonathan Berger deleitaron a la gente. "Hace cinco años que estamos con esto e incluso organizamos torneos nacionales e internacionales, con invitados de todo el mundo", contó Ruete sobre el crecimiento de la actividad.

En la tarde/noche fue el turno Rondamón, el grupo de reggae que se presentó en Biología Club y que cerró un día que no tuvo competencia pero sí una serie de eventos que permitió disfrutar un día nublado en Mardel. La competencia pudo esperar.