Tenía a la madre encerrada en la caja de un camión
Ocurrió en Cipoletti, Río Negro. Un hombre fue detenido tras enfrentarse con vecinos que lo denunciaron por maltrato y abandono de su madre a la que tenía encerrada en la jaula de un camión.
Por Redacción 0223
PARA 0223
Un hombre de 39 años fue detenido tras enfrentarse con vecinos de la ciudad rionegrina de Cipolletti que lo denunciaron por maltrato y abandono de su anciana madre a la que tenía encerrada en la jaula de un camión.
La mujer que vivía en tan precarias condiciones fue descubierta hace tres meses y su drama conmocionó a todo el asentamiento donde tiene origen esta historia: la toma 10 de Febrero, pero recién el domingo lograron liberarla.
"Tengo hambre", dijo la abuela Miriam, cuando Ana, su vecina, descubrió que comía pasto. Encerrada en una jaula en la caja de un desvencijado camión, forrado de cantones y nylon, logró verla la vecina por la hendija de un bin (cajón) de fruta.
La anciana de "70 y algo" de años -porque no lo sabe bien- no tenía otra cosa que comer, por eso los vecinos denunciaron a su hijo por maltrato y abandono. Descalza y sola, pasaba sus días recluida, con cuatro perros. Dormía sobre una tabla rasa, con apenas una sábana.
No podía salir de la precaria "vivienda" donde su hijo la dejaba con candado. Tampoco ver más allá de los bines que recubrían la estructura. Entonces, el contacto con el mundo exterior fue la voz de sus vecinos.
"Su hijo la dejaba encerrada con candado cuando se iba a trabajar. No le cocinaba, ni le dejaba un fósforo para que lo hiciera; y está sin bañarse hace tiempo. Ni ropa tiene para cambiarse. Vivía descalza, porque las uñas de sus pies están muy largas; y su cabecita parece un nido de pájaros", contó Ana a LM Cipolletti.
A falta de cuidado, los vecinos hicieron una posta para alimentar a la abuela. Querían extenderle un plato de comida, como lo merecía, pero no podían doblegar la situación de encierro en que vivía.
"Tuvimos que tirarle la comida por arriba de los bines, como si fuera un animal", contó la vecina.
Cansados de esta situación, el sábado, los vecinos se animaron a romper el candado que la confinaba, y un día después alrededor de 50 personas se apostaron frente a la casa de la abuela y esperaron que su hijo diera la cara.
Llegó en un taxi, limpio y bien vestido. Y, al verlo, fue inevitable iniciar una discusión y una vecina, enferma de bronca, lo trompeó.
Le exigieron que la liberara, pero el hombre, de 39 años -a quien llamaron Fabián-, se negó a hacerlo y les endilgó a ellos la responsabilidad de encerrarla. Tuvo que llegar e intervenir la Policía, que detuvo al hijo.
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