Papelón histórico: Boca mostró su peor cara en la despedida del Mundial de Clubes

Boca es autodestructivo. Todo lo bueno que generó frente a Benfica y Bayern Múnich, que ilusionaba con una reconstrucción a futuro, lo dejó caer con una lamentable actuación ante Auckland City y, más allá de la eliminación, una imagen que dejó mucho que desear y volvió a mostrar las miserias de un plantel que no representa a los hinchas. Fue 1 a 1 y despedida de un Mundial de Clubes del que se iba con balance positivo y ahora vuelve a foja cero.

La imagen del final lo dice todo. Los neocelandeses fueron el único equipo amateur del Mundial de Clubes y festejaron el empate como si fueran campeones del torneo. Del otro lado, cabizbajos, desilusionados con ellos mismos, los jugadores de Boca se fueron de Estados Unidos con más dudas que certezas. Porque el rival expuso a un equipo sin alma, sin juego, sin ideas.

Boca tenía todo ganado. Aunque ya estaba afuera, los partidos contra Benfica y Bayern Múnich había estado a la altura y había un "veranito" con sus hinchas. Pero se vino el nubarrón, la tormenta, sólo tenía que ganar, ser ampliamente superior a su rival, mostrar algo de juego e irse con la tranquilidad de algo nuevo que podía empezar. Pero de todo eso, lo único que fue cierto es que fue más que Auckland, pero por peso específico y porque los oceánicos se dedicaron a cerrarse y esperar.

El resto faltó por completo. Boca no ganó y mostró una falta de juego alarmante, se repitió en centros intrascendentes a la cabeza de los defensores, no tuvo movilidad, no tuvo sorpresas, se fue apagando y no pasó del 1 a 1 que lo hace perder prestigio y plata.