De médico tradicional a acupunturista: “Con los años logré unificar los dos enfoques”

3 de Septiembre de 2017 14:06

Cada vez son más las personas que se resisten a recibir únicamente de un médico recetas para comprar remedios, y buscan alternativas de tratamientos menos invasivos. Una de esas opciones que se elige cada vez con mayor frecuencia en Argentina es la acupuntura. Puede utilizarse en cualquier tipo de pacientes y su mayor ventaja es que no tiene efectos secundarios sobre la salud.

En una entrevista con 0223, el doctor Roberto Torterolo, neonatólogo jubilado del Hospital Materno Infantil de Mar del Plata, explicó por qué eligió dedicarse a la Medicina China. En ella encontró un modo diferente de analizar la realidad, y con los años pudo lograr “unificar los dos enfoques”.

-¿Cómo podría definirse a  la acupuntura?

-Es una de las prácticas de la Medicina Tradicional China (MTC) que consiste en la colocación de agujas clavadas en la superficie de la piel, a diversas profundidades, en sitios determinados (puntos) para lograr un efecto terapéutico. Es solo una parte de la MTC que también utiliza la fito, zoo y mineraloterapia, el qi gong y tuina (masaje).

-¿Qué la diferencia de la medicina occidental?

-Es muy diferente el modo que tienen de ver las cosas una de la otra, de hecho geográficamente están en la otra punta del globo y evolucionaron en un tiempo muy distinto. En el modelo europeo-norteamericano, el método científico es lo que rige el destino de todas las evoluciones de la medicina.

En Oriente, los médicos aceptan las cosas atendiendo a cómo están ocurriendo, sintiéndolas, no importa si no le tienen una explicación total a eso. Tiene que ver con lo empírico, con lo intuitivo, pero sin desechar todo lo que es concreto y está demostrado. Hacen un diagnóstico general, entienden a la persona y lo que estudiaron les sirve para ultimar un diagnóstico, pero en principio no todo lo que científicamente está comprobado que hace bien, le sirve a todo el mundo.

-Entonces, ¿no están peleadas una con la otra?

-No. Es más, los orientales tienen un arsenal terapéutico compuesto por diferentes productos procedentes del reino vegetal, mineral y animal que lo utilizan como instrumentos terapéuticos. Por ejemplo utilizan los huesos de perro como bueno para la osteoporósis y a nosotros eso ni se nos ocurriría.

-¿Usted cómo tomó contacto con la MTC?

-Tenía cierta afinidad, pero cuando mi mujer quedó embarazada de la nena ocurrió algo impactante. Era nuestro cuarto hijo y el médico le quiso hacer cesárea porque venía de cola y supuestamente ya no se iba a dar vuelta. Como no era lo que queríamos, mi esposa empezó a tomar clases de yoga en una fundación oriental. El día del parto, cuando la anestesista entró al cuarto para ponerle la peridural, mi mujer ya estaba con mi hija en brazos. No se había escuchado ni un llanto.

-Digamos que esa fue la primera vez que veía que la medicina tradicional no respondía todas sus preguntas...

-Claro, en ese momento ocurrió algo que tenía que ver con otra manera de ver las cosas. Además, a través de la fundación que habíamos empezado a concurrir, tomé contacto con un médico que venía de España a difundir el mensaje de la medicina china, y me enganché.

A su vez yo tenía un problema pulmonar que la medicina tradicional no me resolvía, me habían hecho todos los estudios y seguía con los problemas. Se lo planteé a este médico, y comencé un tratamiento que me resolvió todo definitivamente. Entonces le pregunté: “¿Y esto cómo es?”. “Magia”, me respondió. Se convirtió en mi primer instructor.

 

-Cuando eligió dedicarse a la acupuntura, ¿sintió algún rechazo de sus antiguos colegas?

-Al principio sí, pero después ya no, la información cada vez llega más rápido y son más las personas que han probado que esto les hace bien aunque no saben por qué. De hecho ahora está la Sociedad Argentina de Acupuntura con neurofisiólogos que han publicado libros donde demuestran científicamente los efectos de la acupuntura, miden los cambios bioeléctricos, las conducciones y los cambios químicos.

-¿Dónde puede estudiarse acupuntura?

-Yo empecé a estudiarla hace unos 20 años, en la Fundación Neijing, en Buenos Aires. Luego me fui nutriendo de información en cursos y seminarios, mucha lectura y en contacto con diferentes asociaciones. En Mar del Plata, hay entidades que tienen diseñado un programa de formación, o al menos de introducción a la acupuntura; inclusive on line o a distancia. De ahí a que eso habilite a ejercer la práctica es otra cosa.

-¿Es necesario un título para ejercer?

-Tener un título oficial de lo que sea, en cualquier disciplina, no es sinónimo de excelencia. Al final es cuestión de seguir un camino de formación permanente y elegir los maestros adecuados. En el caso de la MTC el vínculo con la cultura que le dio origen es imprescindible, y el estudio e investigación sobre los textos tradicionales es lo más adecuado.

Sentir sin explicar. Eso resumen a la Medicina China y a la acupuntura en particular, que no trata de igual manera a dos pacientes con la misma patología ni pone dos agujas en el mismo lugar. Entiende a la persona de manera global y sobre todo “va tonificando lo bueno, más que peleando contra lo malo”.