Distintos sectores repudiaron las dichos misóginos del intendente

El intendente de Mar del Plata, Carlos Arroyo, empezó el año con el pie izquierdo. "Vamos a mandar a alguna chica bonita a convencer empresarios que vengan a invertir a Mar del Plata", dijo durante el recibimiento de los primeros turistas que llegaron a la ciudad y su nuevo exabrupto tuvo repercusión a nivel nacional. Si bien el secretario de Gobierno, Alejandro Vicente, buscó bajarle el tono a la frase, los dichos de Arroyo cosechan repudios con el transcurso de las horas.

Noelia Barbas, referente del colectivo Mumalá, reconoció que "ya no sorprenden" este tipo de manifestaciones y reparó en que "este tipo de frases terminan legitimando la violencia hacia las mujeres y la concepción que se tiene de nosotras".

"Que cualquier persona lo diga es absolutamente repudiable pero más aún que quieren lo diga sea el intendente", sostuvo en declaraciones a Radio 10 Mar del Plata. 

El concejal y presidente de Acción Marplatense, Santiago Bonifatti, también se sumó a las críticas al intendente y consideró que Arroyo “debe pedir disculpas y llamarse a la reflexión”.

“Es un pensamiento retrógrado de una persona troglodita. Duele escucharlo en boca de cualquier hombre pero preocupa y mucho que sea en la de un Intendente, que es quien, con su gestión, decide las políticas públicas y el destino de la ciudad. Ofende la triste frase que termina de constituir su forma de pensar y eso es lo que no podemos pasar por alto. Vemos como   él piensa a las mujeres, claramente  como si fueran cosas”, opinó el edil.

Desde Suteba, en tanto, sostuvieron que con sus declaraciones misóginas, el intendente “manifiesta (otra vez) su concepto sobre la mujer como un objeto de placer que pone su cuerpo al servicio del mercado, con el agravante de ser la cabeza del Ejecutivo de la ciudad que cuenta con unas de las mayores cantidades de víctimas de violencia de género”.

Además, desde el gremio docente también repararon en que desde hace tiempo denuncian el “desmantelamiento a nivel nacional de las políticas de ESI (Educación Sexual Integral)”, con lo cual se “dificulta aún más la erradicación de este tipo de pensamiento retrógrado”.