Se multiplica la demanda en comedores y merenderos: algunos tienen que abrir de noche

En toda Mar del Plata funcionan alrededor de 300 comedores y merenderos. Estiman que la mitad abrieron en los últimos dos años. Incluso se instalaron en barrios en los que antes no existían. Ante la demanda, algunos abren a la noche.

Los últimos comedores se abrieron en barrios de la zona sur de Mar del Plata. Foto: archivo 0223

23 de Julio de 2018 19:54

En medio de la fuerte crisis económica que afecta al país, los comedores y merenderos barriales se transformaron en la única posibilidad que tienen miles de familias enteras para acceder a un plato de comida. En Mar del Plata se estima que ya funcionan alrededor de 300 y que la mitad fueron abiertos durante los últimos dos años.

“Estamos en el momento más crítico”, admitió Rodrigo Hernández, referente de Barrios de Pie, organización que coordina 51 comedores y merenderos distribuidos en toda la ciudad y que asisten con viandas, en promedio, a 60 personas por día.

Hace apenas dos años, dijo, eran 19 los puntos en los que se brindaba un plato de comida caliente o copa de leche para los chicos. “Hoy van familias enteras y lo novedoso es que tristemente hemos tenido que inaugurar comedores en barrios en los que no existían”, advirtió el dirigente social al ser consultado por 0223. Ese es el caso de Las Avenidas, El Progreso, Puerto, San Martín, Nuevo Golf, Termas Huinco y la zona sur –Santa Rosa del Mar y Playa Serena, por ejemplo-, en donde abrieron los últimos 18. “Eran lugares en los que las sociedades de fomento daban contención a la gente que más necesitaba pero no alcanza más”, aseveró.

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A su entender, el aumento de la demanda en el extremo sur marplatense está directamente ligado a la paralización de la actividad portuaria y la “pulverización” del sistema de “changas”, producto del plan económico recesivo del gobierno de Mauricio Macri. “La gente ya no puede pagar más al muchacho que le corta el pasto, no contrata a nadie para que le haga algún trabajito de pintura o de electricidad. Lamentablemente, la crisis es tan profunda que nos  ha empujado a abrir lugares en los que la gente se amontona por un plato de comida”, aseguró Hernández.

Incluso, reparó que en los comedores de El Martillo y La Serranita, en Batán, abren al mediodía y a la noche, algo inusual. “Si eso no se replica en otros es porque no tenemos qué dar”, aseguró el referente de Barrios de Pie.    

Pese al aumento de la demanda, la asistencia que reciben por parte del Estado cada uno de estos lugares es la misma desde hace un año y medio: el municipio brinda leche, harina y galletitas, mientras que desde la Provincia bajan los denominados productos secos (fideos, polenta, arroz, lentejas y enlatados). “No hay carnes ni verduras que permitan planificar una dieta variada. Es decir, hay una generación que está creciendo mal alimentada y eso es muy grave”, subrayó por último.

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