Cigarrillo electrónico: "Es tóxico, ya está demostrado que hace mal"
Algunos dicen que sirve como un paso previo para dejar de fumar, otros, que no es fumar sino vapear. La realidad indica que es nocivo como el cigarrillo común e igualmente letal.
Desde hace algún tiempo, el cigarrillo electrónico se instaló en la sociedad, en principio como una suerte de tratamiento paulatino para dejar de fumar, pero también hay quienes creen que es una alternativa, que es algo distinto y que no se está fumando, sino que se está "vapeando", basándose en un principio de vaporización. En dialogo con 0223, el especialista en neumonología de Inareps, Alejandro Frino, analizó a fondo este dispositivo y advirtió: "Sabemos que hace mal, está confirmado que hay muertes".
Hoy suele ser bastante común ver a la gente fumando estos cigarrillos electrónicos, se ven por la calle o inclusive en lugares cerrados, esas bocanadas generalmente exageradas. En varios locales céntricos se exhiben en las vidriera junto a una considerable variedad de líquidos, en muchos casos saborizados, para completar el combo.
En su consultorio del Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur, el médico explicó que "el cigarrillo electrónico es un invento de un chino (Hon Lik, farmacéutico) al que se le ocurrió buscar una manera diferente de dar nicotina, que es lo que la gente demanda, que es la droga que tiene el cigarrillo, es lo que nos pide el cuerpo cuando hacemos abstinencia y es lo que realmente nos obliga a fumar".
"A esta persona se le ocurre, -prosiguió el especialista- piensa, que puede hacer otra forma de dar nicotina, lo cual no es algo nuevo, algo novedoso. ¿Por qué? Porque ya había otras maneras de darla". "Históricamente hubo gente que masticaba el tabaco, había también unas pequeñas bolsitas que se consiguen en Suecia, que son muy comunes allá, que se ponen en las encías, por detrás, llamadas "Snus". Lo usan en los países nórdicos, o sea que había otras maneras de dar nicotina", aseguró Frino.
También están los tratamientos médicos como el chicle o el caramelo de nicotina, y el parche de nicotina, que es conocido pero, "el problema con la nicotina es que es un producto tóxico, la produce una planta como auto defensa ante los insectos", afirmó. "La industria farmacéutica, para la aplicación en medicina, buscó la manera de hacer un producto controlado que no haga mal, como los descritos", señaló el neumonólogo.
En relación a la terminología utilizada, la palabra vapear, el Dr. Frino fue categórico: "Cuando salió el cigarrillo electrónico, el objeto no era atender a las personas, sino que fumen de otra manera. Incluso hoy pedimos que no se use la palabra 'vapeo', porque están fumando. Será electrónico, será eléctrico o como quieran llamarle, pero están fumando. El concepto de la persona que lo inventó fue hacer un cigarrillo a pila y no un tratamiento para dejar de fumar, que es la diferencia con el parche o el caramelo de nicotina".
"Cuando las industrias tabacaleras ven el cigarrillo electrónico, ven una posibilidad nueva de trabajo para ellos, una nueva posibilidad de entrar en la gente que no quiere fumar cigarrillos. Es así, que compran patentes y arman empresas para fabricar e investigar el electrónico. Es una puerta de entrada nueva a fumar", resaltó.
Otra cuestión del electrónico es que genera ganas de fumar también los cigarrillos comunes, según Frino, "la gente no pierde las ganas". "Encontramos que son muy pocas las personas que dejaron de fumar con el electrónico, tan pocas que uno teme de este dispositivo como mecanismo para dejar de fumar, es como cambiar de marca de cigarrillos, pero se sigue fumando", sostuvo el especialista a 0223.
Consecuencias conocidas hasta el momento.
"Como todo lo que es nuevo, -explicó el doctor- hasta que uno no lo experimenta bastante no sabemos si hace mal, por lo cual comienza la etapa de investigaciones y estudios. Un estudio publicado recientemente encontró que ciertos componentes del cigarrillo dañan los pulmones, genera unas manchas blancas cuando el uso es prolongado en el tiempo".
"Como el electrónico tiene menos componentes que el cigarrillo común, se pensaba que esto podía no pasar, pero incluso tiene solventes y elementos químicos agregados para la extracción de la nicotina, que genera impurezas. Hay otra cuestión relacionada con el filamento incandescente, al estilo de las viejas lamparitas de tungsteno, ese filamento, también se va desintegrando y se van aspirando pequeños pedacitos de metal que no son sanos", explicó.
"En estos momentos, en Estados Unidos, que es donde comenzó esta tendencia, hay más de 200 personas con graves problemas pulmonares e inclusive muertos. En chicos jóvenes, adolescentes, que usan el electrónico, hay muchos casos de convulsiones seguidas de muerte, otros, estuvieron con convulsiones serias durante varios días y sobrevivieron. O sea que el electrónico no es un producto seguro".
"En nuestro país, -continuó- el organismo que regula los productos de uso médico que es la ANMAT, fue precavida ya que no se sabía si lo podían permitir porque todavía no hay estudios y no conocían si era un producto bueno. La ANMAT fue más precavida que la FDA (su par de EEUU) que no dijo nada en su momento, en EEUU es legal la venta, a diferencia de Argentina en donde no es legal, no está autorizado el producto. Esto acarrea otro problema: lo que no está autorizado no se controla, si no hay permiso de venta, no hay controles de calidad. No se sabe ni siquiera lo que se está fumando".
El especialista indicó que "acá está prohibido pero el problema es que nadie corta la venta, vos vas por el centro y hay negocios que lo tienen en vidriera. Ahora sabemos que hace mal, está confirmado que hay muertes, convulsiones e insuficiencias respiratorias, habría que pensar distinto y actuar para que esto no siga dañando".
Con respecto a las grande bocanadas de humo que se advierte en los usuarios de este producto, Frino explicó que "el cigarrillo electrónico original no emitía humo, lo que hicieron fue agregarle un alcohol, que es un glicerol, y otros agregados, que generan la humareda visual. Eso fue una idea de las tabacaleras para que de alguna manera genere la idea en el usuario de que está fumando, es casi una publicidad".
Por último, Alejandro Frino remarcó: "el hecho de instalar la palabra vapeo, que es lo que queremos quitar porque se está fumando, parece incluso poder bloquear las directivas de no fumar en determinados sectores en donde rige una prohibición como los lugares cerrados. Hubo que modificar leyes que incluyan al electrónico para frenarlo porque el producto es tóxico, ya está demostrado que hace mal".
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