El boxeo marplatense recuerda al "Nene" Dipilato

"Se fue el último maestro, un pedazo de historia", expresó a 0223 Rubén "Siru" Acosta, expupilo del fallecido entrenador. También los testimonios de Miguel Páez (h), Mario Briñón y Néstor Gambini. 

Dipilato con sus trofeos y fotos históricas, con la camiseta de Lanús, club del cual era hincha (foto: facebook).

21 de Febrero de 2019 09:55

El miércoles por la mañana el boxeo marplatense y nacional amaneció con la triste noticia del fallecimiento de Héctor "Nene" Dipilato (87 años), prestigioso preparador y entrenador de boxeadores que fueron campeones argentinos y sudamericanos. Fueron variados los reconocimientos de los pupilos que durante casi seis décadas pisaron su ya desaparecido gimnasio "Raúl Santos Villalba" de la esquina de Jara y San Martín. 

0223 charló con personas que estuvieron vinculadas de algún modo a Dipilato. Rubén Eduardo "Siru" Acosta recordó con mucha emoción a Héctor Dipilato: "Se fue el último maestro, un pedazo de historia", dijo sin dudar. "Estuve casi 8 años con él. Una persona totalmente especial, que te aconsejaba siempre pero más que nada para que uno se manejara bien abajo del ring, no arriba. Afuera es lo más peligroso para un deportista que por ahí le va bien tras una pelea importante. Siempre te decía ´comprate una casita, fijate en la familia´", expresó. El pugilista, marplatense por adopción y que fue campeón argentino y sudamericano con Dipilato, agregó: "El ´Nene´ ha sido una persona excelente, intachable, nadie conoció nunca nada malo de él. Siempre con respeto, tratándote de ´usted´, nunca de ´vos´.". 

"Se fue el último maestro, un pedazo de historia. La esquina de Jara y San Martín será recordada de por vida" ("Siru" Acosta)

"Siru" recordó buenos momentos junto al fallecido entrenador: "Tengo anécdotas muy lindas con él en las concentraciones y los viajes, pudimos viajar juntos a Cancún, Alemania y recorrer todo el país. Hemos compartido muchas cosas lindas, ha dejado muchos aprendizajes". Y rememoró cuando le ganó por puntos a Francisco Mora y se coronó como el nuevo campeón latino supermediano, versión Organización Mundial de Boxeo en el mítico Luna Park de Buenos Aires: "me pude consagrar después de una buena preparación y plan de pelea. Era muy sabio. Y quedé asombrado porque el único reconocimiento que se hizo en el Luna fue un saludo a Héctor", contó. 

"Acompaño en el sentimiento a toda la familia. Se fue el último maestro que quedó en Mar del Plata. Se fue un pedazo de historia. La esquina de Jara y San Martín será recordada de por vida", finalizó "Siru" a 0223

Mario Briñón fue boxeador aficionado en la década del ´60, y entre 1970 y 1972 dio sus primeros pasos como preparador junto a Héctor Dipilato: "Para el boxeo nacional fue un hombre muy querido, nombrado, prestigioso. Era el último de los viejos entrenadores, los verdaderos maestros. Estuvo en los rincones de todos los campeones argentinos", sostuvo a los pocos minutos de conocer el fallecimiento de su colega. "Siempre tuvimos una excelente relación, me recibía en su casa. Lamentablemente muchos pupilos se le fueron en su momento, y lo dejaron en ´banda´", recuerda quien está a cargo del gimnasio del Sindicato de Guardavidas. 

"Cuando dejé de boxear me dijo ´Mario por qué no me viene a ayudar a mí´. Estuve un año y medio con él, pero como tenía a varios ayudantes, le comenté que me iba a ayudar a Ubaldo Francisco Sacco (con quien compartió rincón durante 30 años). Y me entendió, siempre con su respeto habitual". 

Respecto a cómo era el "Nene" como entrenador, Mario "Mono" Briñón detalló: "era un hombre muy exigente, que se tomaba todo profesionalmente, todo lo que hacía era a full. Mejor preparador físico que Dipilato no había ninguno". 

"Era un hombre muy exigente que se tomaba todo profesionalmente" (Mario Briñón)

Miguel Páez es hijo del recordado Miguel Ángel Páez, boxeador marplatense dos veces campeón argentino de los mediopesados y una de los pesados, y que también con Dipilato en el rincón enfrentó al mismísimo Muhammad Alí en una exhibición en el estadio de Atlanta, en 1971 .Ante 0223, recordó a su "tío": "Héctor fue una parte de mi infancia y preadolescencia. En la década del `70 cuando mi papá estaba en el auge del boxeo argentino y mundial, era el ´Tío Dipilato´, así le decíamos. Lo veíamos todos los días, yo andaba siempre con ellos para todos lados". Y comentó sobre el fallecido entrenador: "Lo que recuerdo de Héctor es que tenía una personalidad muy correcta y prolija, cariñosa. Me trataba muy bien. La verdad que era un tipo muy bueno. Lo venía a buscar temprano a mi papá y se iban a correr a Camet. Daban dos vueltas al parque y yo me quedaba jugando".

"Héctor tenía una personalidad muy correcta, prolija y cariñosa" (Miguel Páez -h-)

Páez recordó una anécdota entra tantas: "Una cosa muy graciosa entre el ´Nene´ y mi papá era que competían para ver quién era más conocido. Siempre en joda. Entonces pasaban y los saludaban. Pero se peleaban ´¡me saludó a mí!´, ´no, a mí!´. Y por ahí en el auto iban contando quién saludaba a quién. Mi papá era un tipo muy divertido también. Al volver me preguntaban ´¿Miguelito a quién saludaron más?´, contó entre ristas. " Una lástima que ha partido Héctor, nos llega a todos, pero dejó una gran enseñanza. Podría contar muchas cosas más", finalizó. 

Por último, Néstor "Pati" Gambini -periodista, presentador de veladas boxísticas y hoy jefe de prensa de Aldosivi-, brindó su semblanza de Dipilato ante 0223: "Formó parte de los tres grandes entrenadores de Mar del Plata, junto a Ubaldo Sacco y Ever Agüero, fallecido recientemente. Fue un obsesivo del entrenamiento y el gimnasio. Los pupilos del ´Nene´ podían perder una pelea porque el rival era superior pero no porque les faltara estado físico", comentó.

"Los pupilos del ´Nene´ podían perder una pelea porque el rival superior, pero no por que les faltara estado físico" (Néstor Gambini)

"Tuvo un montón de campeones. Fernando Sosa, Daniel Neto, Oscar Chamorro, Carlos ´el Gato´ Olivera, Héctor Patri, Luis Lazarte, Miguel Ángel Páez, José Georgetti.... Era un hombre que vivía por y para el boxeo. Era su pasión y su manera de vivirlo. Sin dudas, se va un grande de una época linda del boxeo, que también incursionó en otros deportes como el fútbol y el patín carrera. Un personaje, un hombre que siempre con una sonrisa y dándole para adelante, al boxeador más humilde le hacía creer que era el campeón del mundo y le sacaba rédito, ser un guapo capaz de ganarle a cualquiera", culminó. 

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