Gabriel Mestre: "Para bajar la pobreza necesitamos trabajo genuino”

El obispo de Mar del Plata conversó largamente con 0223 sobre los temas más importantes para la Iglesia Católica. Su opinión de la crisis y la reunión que tendrá en mayo con el Papa Francisco.

2 de Abril de 2019 20:31

Por Redacción 0223

PARA 0223

Gabriel Mestre es obispo de la ciudad de Mar del Plata hace un año y medio. Si bien pudo haber hecho una campaña enfocada en un recorrido más intelectual decidió inclinarse por la Pastoral para dedicarle mas tiempo al “trabajo de campo” en los barrios.

Desde que asumió su rol, se lo vio activo en un rol de mediación en conflictos como que el de fin de año entre el gobierno municipal y el Sindicato de Trabajadores Municipales, forma parte de la mesa del Basural y participa de espacios de discusión con diversos sectores de la sociedad. Además le gusta nadar y hacer deporte.

En este marco, visitó los estudios de 0223 Radio para conversar con el programa ATR en donde analizó el aumento de la pobreza, la situación social y anunció que se reunirá con el Papa Francisco el mes que viene. Tampoco le esquivó al debate por la legalización del aborto, las denuncias por abuso a menores y el rol de la Iglesia durante la dictadura. 

- ¿Esperabas esta intensidad en la agenda como Obispo?

- En realidad no. La fe cristiana católica bien entendida tiene que tener un compromiso con lo histórico y lo temporal, eso lo tuve siempre. La fe no es una cosa de la estratósfera, si uno ve la fe de esa manera no es fiel a Cristo. Jesús fue un tipo muy comprometido, dios y señor, mesías y salvador, pero bien comprometido con su tiempo. Entonces, yo desde mi rol pastoral tuve compromiso con la realidad concreta e histórica. Cuando fui párroco de Villa Gesell, el párroco en una localidad de interior es el único líder religioso con presencia fuerte. Cuando apareció lo del Episcopado en Mar del Plata, la verdad es que no pensé que iba a ser tan intensa, en lo que podríamos decir una agenda social, política, no involucrado directamente en la cuestión partidaria porque no le corresponde a un Obispo pero sí en diálogo con los actores partidarios en el día a día que tiene que ver con la ciudad, la provincia y algunos otros municipios de los 9 que comprenden la diócesis de Mar del Plata. 

- ¿La Iglesia cumple la función de unir sectores que están muy divididos?

- En un punto sí, aunque muchas veces no es fácil y muchas otras no se logra. Yo pensaba en el Papa Francisco reconociendo que la diplomacia vaticana no pudo ayudar en la situación en Venezuela, por ejemplo, y el Papa lo reconoce con dolor. A mí me pasó cuando me pidieron que haga de mediador entre el Ejecutivo y el Sindicato de Trabajadores Municipales. Estuve dos días diciendo internamente que no a mis colaboradores porque entendía que no iba a poder aportar. Gracias a dios, para esa situación problemática particular que se dio en diciembre, el aporte fue positivo, si bien hay muchas cosas pendientes de resolver a nivel municipal. Sí, la Iglesia tiene esta vocación por esencia, el Papa Francisco la define con categorías interesantes: diálogo, amistad social y cultura del encuentro. Creo que realmente es el aporte que la Iglesia, los pastores, Obispos y la Conferencia Episcopal tenemos que hacer eso, no quedando identificado nunca con un lugar particular concreto. Todavía tenemos el peso de ciertos hombres de iglesia que no estuvieron a la altura de la circunstancias, por ejemplo, en la época de la dictadura donde quedo una imagen de la Iglesia en su totalidad comprometida con la dictadura, eso no fue real pero si hubieron personajes que no estuvieron a la altura de aportar no ubicándose de un lado o del otro sino tratando de marcar la justicia, la paz y el respeto a los Derechos Humanos que estaban en juego. Creo que hay un lugar de cierta garantía, mas allá de las debilidades  de las personas, yo soy el primero que soy débil y pecador, de tratar de buscar eso. En un conflicto no tengo que ganar votos, no estoy en ese juego, entonces tal  vez en esa dinámica puedo hacer algún aporte. 

- Hace unas semanas realizaron una jornada de reflexión con buena parte de la dirigencia política marplatense en pleno año electoral. ¿Con qué te encontraste en ese espacio?

- La llamamos jornada de reflexión porque lamentablemente el retiro espiritual ha quedado asociada a los retiros de Cambiemos en Chapadmalal. Una palabra como "retiro" utilizada mucho por la Iglesia Católica, cuando teníamos que ponerle el título con la gente de pastoral  social dijimos Vamos a darle otro titulo porque sino van a pensar que es una jornada de cambiemos. Me pareció positivo que vinieran de varios sectores porque sino se hubiera desnaturalizado y, por otro lado, el objetivo era ayudar al dirigente político, social y sindical que está en ejercicio o el que se prepara de manera particular para una carrera electoral en este año. 

- ¿Qué tipo de ayuda?

- Ayudar a mirar un poco más para adentro y revisar su propia actitud y su propia disposición al servicio político. No era para tratar temas coyunturales, ni siquiera para abordar cuestiones teóricas porque para eso hay otros ámbitos, de hecho, la democracia ofrece los espacios propios. En este caso, la convocatoria era abierta, más allá de las creencias porque a nadie se le pretendía convencer de ser cristiano, había cristianos católicos practicantes, no practicantes, evangélicos y agnósticos. Mirar en la interioridad para conectarse con aquellas buenas intenciones que tal vez 10, 15, 20 o 30 años atrás lo llevaron a a optar por una vocación política. Y después, tomando un texto del antiguo testamento del primer libro de los reyes y revisando la figura Salomón, uno de los grandes reyes de Israel, utilizar estos dos verbos que eran como el subtítulo del encuentro: escuchar y comprender  a nuestro pueblo. Bueno, que tenemos que escuchar de nuestro pueblo y qué tenemos comprender del pueblo que de manera particular están sirviendo o preparando para servir.

-¿Cómo es el día a día de un Obispo?

- Cambiante, lo que tengo que garantizar siempre como buen discípulo de Jesús es tener un buen tiempo de oración a la mañana, rezar, mirar mi interioridad y revisar mis actitudes. Después la agenda es muy variada porque hay actividades que puedo planificar yo atendiendo gente o visitando comunidades y hay otras que tienen que ver con pedidos de la gente y los pedidos de las comunidades que implica viajar al lugar mas lejos de la diócesis, como es el caso Claras, una pequeña población del Partido de Necochea que esta a 235 km o todas las barriadas de Mar del Plata que están mas cerca y reclaman presencia.

- ¿Todos los días vas a un barrio?

- Sí, este lunes voy Otamendi. Trato de tener contacto con la distintas comunidades. Me parece fundamental tener contacto y no quedarse encerrado, además, me levanto muy temprano y me acuesto muy tarde, trato de dormir una siesta, me gusta nadar a las 7 de la mañana en un ambiente muy distinto para hacer deporte.

- ¿Saben que sos Obispo?

- Sí, sabían que era cura antes y ahora que soy Obispo, cargadas de  todo tipo en un ambiente diferente y relajado.

- ¿Qué tipo de cargada?

- De todo tipo y ante cualquier temática. "Rezate un padre nuestro y nadá hasta al fondo" (risas)... ese tipo de cosas. Siempre en un marco de respeto y pluralismo, incluso con las temáticas que engrietan nuestra sociedad, como el aborto. Saben mi postura, charlamos y no genera un bloqueo el debate. Así como lo hago cuando entro en contacto con sectores sociales y políticos que tienen una postura contraria con respecto a este tema pero en otros aspectos de campo tenemos coincidencias.

- ¿Cómo lleva tu familia la exposición?

- Bien, en este año y medio largo lo han llevado muy bien. Tengo una hermana, dos sobrinos y mis padres, no han tenido hasta ahora ninguna problema, ni pequeños escraches  ni nada de eso que pasa cuando estas en una función publica con gente que no entiende o no comparte algunas cosas, por ejemplo, en el tema del aborto que es complejo, a los escándalos de abuso sexual en el clero. Lo viven con naturalidad, sin conflicto porque también es parte de la dinámica familiar.

- ¿Son cristianos practicantes también?

- En este momento sí, no de nacimiento, vengo de un ambiente católico de mínima tradición no de práctica sacramental e incluso con una tendencia anticlerical porque mi abuelo paterno venia del anarquismo y el materno era de carácter socialista. No somos una familia católica tradicional sino más bien de redescubrimiento de fe durante la adolescencia.

- El debate sobre la legalización del aborto a generado importantes movilizaciones de los dos lados. ¿La masividad de las movilizaciones es positiva o puede implicar un riesgo de enfrentamiento?

- Lo analizo paso a paso. El año pasado hubo cuatro marchas en Mar del Plata y yo fui a dos. Voy haciendo una suerte de discernimiento, lo que sí creo es que cualquier planteo debe ser en clave pacifica, mas allá de lo firme, claro y decidido. Como nos pide Francisco tiene que estar marcado por una actitud pacífica, querer plantear el No al aborto de manera violenta es claramente un contrasentido. De cara a lo eclesial hay un compromiso interno de poder educar y re educar en los valores que nosotros desde la perspectiva cristiana católica consideramos importantes. Tenemos gente del ámbito de laicado que esta dubitativa con el tema, no es una realidad monolítica el planteo y la vivencia en la realidad de los laicos en la vida de la iglesia. La clave es el discernimiento y la actitud de planteo pacifico, no es personal y  no te enfrenta. Por ejemplo, la mesa del basural la convocan instituciones que tienen una postura pro aborto, sin embargo, en los tres o cuatro temas en los que nos ponemos de acuerdo, vamos en conjunto, o la semana pasada que me reuní con organismos de Derechos Humanos para organizar una misa en honor al Monseñor Angeleli para mayo. Entre los que vinieron tienen postura abortista, en ese tema no estamos de acuerdo, en otros sí.

- La semana pasada se conocieron los datos oficiales pobreza. En Mar del Plata 1 de 4 personas son pobres. ¿Qué pensás?

- Ratificamos esos datos en el día a día en una tarea que tenemos de contención, una palabra fuerte, sea en la asistencia directa en lo que se necesita para la canasta básica de la familia como de otros programas que tenemos, por ejemplo, vamos a abrir dos hogares de Cristo en mayo, dos lugares para tratamiento de adicciones severas totalmente gratuitos en barrio Autódromo, Santa Rita y Acantilados. La contención es un elemento importante y, por otro lado, esta el trabajo en el ámbito de la Pastoral Social donde tratamos de dialogar y hacer aportes, decir palabras y dejar en claro cuestiones. Hace dos semanas nos reunimos los Obispos y pusimos dos palabras claves ante esta realidad: trabajo y educación. Trabajo genuino es lo que necesitamos para bajar esos indices de pobreza e indigencia que realmente son alarmantes. Y la educación en el amplio sentido de la palabra no sólo en lo formal que claramente hace falta acompañar. Hay una suerte de denuncia en diálogo con las autoridades siempre dejando en claro esto, la iglesia no hace política partidaria, la política partidaria la hacen los laicos y nosotros tenemos laicos católicos en diferentes sectores, desde en la izquierda saludable hasta la derecha saludable que respete los derechos humanos. 

Entonces, contención, denuncia y una actitud de reflexión para cortar en estas dos palabras que para mí son claves: trabajo y educación.

- Remarcás que la  Iglesia no hace política partidaria pero es una actor político. ¿Qué es lo que más preocupa del actual rumbo de cosas?

- Estas dos palabras (trabajo y educación) sintetizan en un marco teórico pero en lo concreto cuando me encuentro con una persona en un barrio, un enfermo, una persona mayor, un niño o un joven y lo que veo es la falta de posibilidades. Lo que me duele es eso, ¿por qué tiene que haber niños, ancianos y jóvenes sin posibilidades de desarrollarse, eduacarse y trabajar con dignidad?. En los sectores más vulnerables veo falta de posibilidades.

- ¿En mayo te reunís con Francisco?

- Cada cinco años los Obispos tenemos que ir a presentarle al Papa y a las comisiones del Vatican  la situación de la diócesis y a esperar que nos de una linea de acción. Por motivos económicos y de agenda, pasaron diez años sin hacerse. Ahora vamos en tres grupos y me toca la región platense que comprende el litoral y el noreste argentino. Estaremos una semana instalados con dos encuentros con el Papa y varios encuentros con oficinas para analizar la realidad. El tema de la doctrina de la fe, la comisión de abusos de menores, desarrollo integral con la pastoral de la salud y el tema de la pastoral de los migrantes. Vamos presentando informes y recibiendo sugerencias.

- El papado de Francisco ha puesto de relevancia a pastores y Obispos con más presencia territorial. ¿Hay divisiones entre los que hacen campo y los que no?

- Hay Obispos con perfil más pastoral y Obispos con perfil más intelectual. En una época se priorizaba lo intelectual para que cuide la doctrina, lo cual no esta mal, pero  se ponía más el acento en ese sentido. El Papa Francisco ha optado por esta frase que ya decía siendo Arzobispo de la ciudad  de Buenos Aires y la pone ahora en roma: “Pastores con olor a oveja”,  es una metáfora que plantea que si estas en el barrio y te metes en las condiciones sociales del pueblo que tenes que acompañar, vas  a conocer a y tener el olor a tus ovejas. Antes se daba pero no con tanta claridad y Francisco pone el acento en esa perspectiva, cada Pastor teniendo el olor a sus ovejas no desde una lógica populista. Yo el sábado estuve en una villa a la tarde y la anoche en el Rotary en una cena, como pastor tengo que estar presente. El pastor tiene que estar involucrado en la totalidad de su gente, sentirse cómodo con el pobre más pobre o con el intelectual más poderoso.

- ¿Hay discusión interna sobre el rol de la Iglesia durante la dictadura? 

- El tema dictadura y Derechos Humanos es un tema positivamente zanjado, no hay lugar a dudas, es una suerte de tener que hacerse cargo de las circunstancias  de algunas personas de iglesia que en el pasado no estuvieron a la altura y claramente, en los últimos años, incluso previo al papado de Francisco, hay un compromiso claro. Es una cuestión de cuidar, generar las políticas y alentar que el Nunca Más sea de verdad el mensaje evangélico de los cristianos católicos y no solamente un slogan. 

- Los abusos a menores siempre ha sido un tabú. Sin embargo, ahora el Vaticano parece pronunciarse más claramente. ¿Cómo se aborda el tema?

- Es complejo, tiene una gravedad en sí misma con una política de encubrimiento mas o menos graves en distintos lugares de la Iglesia y que claramente, si bien había comenzado con Benedicto, se abordó profundamente con Francisco, se lo tomó de frente. Creo que el Papa fue marcando las lineas principales que en cada una de las Conferencias Episcopales tenemos que seguir. ¿Por qué es complejo? Porque la legislación de cada país es distinta, en lo canónico está claro y es apartado, pero la legislación de cada pais  es diferente, si el Obispo y el superior tiene que entregarlo a la justicia o tiene que ser la familia. Lo más liberador es que el Obispo tenga la posibilidad de entregarse a la justicia, cosa que en Argentina no tenemos. El Papa tira líneas fundamentales, creo que va llevar tiempo desterrarlo y es clave que haya una suerte de Nunca Más en este tema.

- Este año hay elecciones, ¿qué le dirías a los candidatos?

- Que tomen contacto con la realidad real, y lo digo de esta manera a propósito y me refiero a las personas que no tienen capacidad de crecimiento por una situación socio económica asfixiante. Hay que tener esto como punto de partida, no quisiera caer en lugares comunes como  decir que no usen el cargo para el propio interés porque entiendo que discursivamente lo van a decir sino que propongo el ejercicio de ponerse realmente en el lugar del otro. Esto es lo que intento día a día y creo que si los políticos que quieren hacer las cosas bien lo toman, podrían hacer las cosas mucho mejor.