Orgullo: marplatense ganó un premio nacional por desarrollar un material que inactiva el Covid-19

Vera Alejandra Alvarez fue distinguida con el prestigioso Premio L’Oréal-Unesco “Por las Mujeres en la Ciencia”. "Este premio permite visibilizar desigualdades que frecuentemente se pasan por alto", celebró.

13 de Noviembre de 2020 18:42

Por Redacción 0223

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Vera Alejandra Alvarez, investigadora principal de Conicet en el Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (Intema) de Mar del Plata, fue la ganadora del Premio L’Oréal-Unesco “Por las Mujeres en la Ciencia” por su labor dedicada al desarrollo de geles, films y recubrimientos poliméricos para la elaboración de materiales de protección que inactivan el coronavirus en distintas superficies.

“Aunque a lo largo de mi carrera he recibido varios premios, este es especial por dos motivos. Por un lado, porque, aunque me lo den a mí, lo que se reconoce es un proyecto de un equipo de trabajo que busca dar respuesta a una problemática sanitaria tanto nacional como mundial", destacó, en primer lugar, la marplatense después de recibir el prestigioso galardón.

Alvarez, a su vez, destacó que la distinción recibida "apunta a revalorizar el lugar de las mujeres en la ciencia, lo que permite visibilizar ciertas desigualdades que frecuentemente se pasan por alto". "Hay que decir que los embarazos y la crianza de hijos e hijas sigue retrasando las carreras de gran cantidad de científicas, y eso es algo que en general no se tiene en cuenta, al igual que las situaciones de violencia de género que se viven en distintas instituciones científicas muchas veces pasan inadvertidas", denunció.

"En Argentina tenemos un número muy importante de investigadoras que no se corresponde con su baja representación en los órganos de toma decisiones y gestión. En general, las mujeres tenemos menor acceso al financiamiento que nuestro pares varones. Son cosas sobre las que todavía hay que trabajar mucho", exigió la investigadora.

La iniciativa del Premio Nacional L’Oréal-Unesco “Por las Mujeres en la Ciencia”, que se desarrolla en colaboración con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, tiene como objetivo premiar la excelencia científica, a la vez que promueve y estimula la participación de las mujeres en el ámbito científico. El año pasado también había sido distinguida la marplatense María Florencia Cayrol por un desarrollo que apuntaba a hacer más efectivas terapias antitumorales en los tratamientos oncológicos.

El proyecto de Vera Alvarez, planteado en conjunto con el equipo que coordina Verónica Lassalle en el Instituto de Química del Sur, pretende a aprovechar las propiedades antivirales, pero también antifúngicas y antimicrobianas, de un biopolímero conocido como quitosano. El objetivo es producir materiales híbridos que permitan proteger diferentes tipos de superficies del SARS-CoV-2 y otros patógenos, haciendo que se inactiven -es decir, pierdan posibilidad de replicarse y de contagiar- al entrar en contacto con ellas.

A diferencia de desinfectantes como la lavandina, que al usarse como productos de limpieza permiten eliminar el Covid-19, estos materiales lo que hacen es cubrir o impregnarse en superficies y mantenerlas protegidas. Cuando a comienzos de este año, Alvarez y Lassalle leyeron artículos que hacían referencia a la capacidad del quitosano de inactivar distintos coronavirus, pensaron que podían aprovechar su vasta experiencia en el desarrollo de materiales en base a ese biopolímero, para hacer su aporte al combate contra la pandemia.

Una de las primeras medidas que tomaron las investigadoras fue presentar su idea al concurso extraordinario lanzado a fines de marzo por la Agencia I+D+i con el objetivo de financiar proyectos orientados a mejorar la capacidad nacional de respuesta a la pandemia, y resultaron seleccionadas. Pero a lo largo de su breve aunque intenso desarrollo, el proyecto fue incorporando nuevos actores, tanto del campo científico como del productivo.

Los ensayos para poner a prueba la capacidad de los materiales desarrollados para inactivar coronavirus (específicamente coronavirus bovino) fueron realizados en el Civetan. De todas formas, también se hizo un acuerdo con el Anlis Malbrán para testearlos en SARS-CoV-2, algo que, según aclaró la investigadora, no es un requisito para tener las autorizaciones de comercialización de la Anmat.

“De hecho, todos los productos que hoy están en el mercado, tanto en Argentina como en el resto del mundo fueron probados con coronavirus bovino o canino. Pero nosotras quisimos testear el producto también con el virus humano y la gente del Malbrán respondió positivamente a nuestra propuesta. De todas maneras, los materiales que desarrollamos han probado su capacidad de inactivar al virus del herpes, tanto bovino como humano, que es mucho más robusto que los coronavirus. Si impide que el herpes pueda replicarse y contagiar, es esperable que tenga el mismo efecto en cualquier coronavirus”, señaló Alvarez.

Por otra parte, la resistencia de las propiedades antivirales en las telas ha sido probada en hasta diez lavados. “Ese es el objetivo y por ahora lo estamos cumpliendo, pero el material es versátil y en función de cómo uno lo diseñe podríamos cambiar ese requisito y ampliarlo en función de la demanda”, explicó la investigadora, y destacó que más allá de la situación de pandemia actual, los posibles usos de los materiales trascienden la coyuntura, dado que muestran una importante capacidad de inhibir también bacterias, hongos y otros virus.

Un espray para vidrio, madera, metal y plástico

Aunque en principio el proyecto apuntaba al desarrollo de geles, films y recubrimientos poliméricos para la elaboración de insumos de protección para el sector sanitario, para lo que se buscó que las formulaciones antivirales en base a quitosano pudieran impregnarse a las telas –al igual que un pigmento o un colorante- sin tener que alterar el proceso de producción industrial, se decidió también incorporar el desarrollo de un espray que podría aplicarse también a otras superficies, como madera, vidrio, metal y plástico, y formar un film protector que tenga cierta perdurabilidad.

“Un uso posible para este espray sería aplicarlo sobre los pupitres escolares al terminar la actividad en el aula, de modo de dar tiempo a que se forme el film protector para la jornada del día siguiente”, señaló Vera Alvarez.

Hasta ahora, el espray fue testeado en superficies vidriadas y de plástico con herpes humano, y mostró que es capaz de inactivar al virus y mantenerlo inactivado en el término de al menos ocho horas.

“Un aspecto que me gustaría destacar de estos desarrollo es la forma en la que se integraron diferentes conocimientos para hacerlos posibles: de distintas disciplinas científicas, pero también del lado de los saberes industriales. Por eso es que prefiero hablar de vinculación tecnológica antes que de transferencia, como si el sector productivo fuera un mero receptor pasivo de lo que nosotros le trasladamos Se trata, en realidad, de un diálogo mucho más rico, que marca un camino para que la ciencia pueda ayudar a resolver problemas en nuestro país y ganar soberanía científica y tecnológica”, afirmó la joven marplatense.