Fue a visitar a su tía dos semanas y no pudo volver: hace cinco meses que está varado en Chile

Iván Cagni tiene 28 años y a principios de marzo cruzó de Mar del Plata a la localidad trasandina de Entre Lagos. Su estadía se extendió más de lo pensado y perdió el trabajo que tenía en el Puerto. La odisea por volver a casa.

Iván Cagni es un marplatense que está varado en Chile hace cinco meses.

12 de Agosto de 2020 16:05

Por Redacción 0223

PARA 0223

El cierre de las fronteras y la suspensión de los servicios de transporte que decretó el Gobierno de la Nación por el avance de la pandemia de coronavirus dejó a miles de argentinos varados en el exterior. A cinco meses de que comenzara el aislamiento, todavía hay personas que esperan volver a casa. Entre ellos, un marplatense que a principios de marzo fue a visitar a su tía a Chile y aún no regresó.

Iván Cagni tiene 28 años. Antes de que comenzara la pandemia que frenó al mundo trabajaba en una empresa del Puerto de Mar del Plata. Por un problema familiar, pidió permiso y cruzó el país para visitar a su tía que vive en Entre Lagos, una pequeña localidad situada en el sur de Chile, a la altura de San Carlos de Bariloche.

"Llegué el 12 de marzo y a los pocos días se cerraron las fronteras. Mi idea era quedarme dos semanas, pero ya hace cinco meses que estoy varado", reconoció a 0223. Si bien Chile es uno de los países más afectados de Sudamérica por el virus, en Entre Lagos no hay personas infectadas. Allí todos utilizan barbijo y mantienen las principales medidas de prevención, pero la cuarentena "no es tán estricta como en otros lugares". "Es un pueblo que está en una zona rural. Es muy tranquilo el lugar", aseguró.

"Entre Lagos es una zona rural y muy tranquila", describió el joven marplatense de 28 años.

Del otro lado de la cordillera de los Andes vive con su tía, de 60 años, y una "prima lejana" de 34. Cagni quiere regresar a Mar del Plata porque admite que significa "una carga económica" para ellas. Su familia, desde Argentina, con mucho esfuerzo, le envía dinero de vez en cuanto para ayudar a mantenerlo. "Me quedé sin dinero y cuando pueden me mandan algo, pero no puedo permitirme seguir siendo una carga económica", sostuvo.

Su estadía en Chile se extendió más de lo pensado y en mayo su empleador en Mar del Plata le dijo que no lo podía "bancar más", así que cuando regrese deberá buscar otro trabajo. "La primera etapa fue de expectativa e incertidumbre, pero después de di cuenta que era para largo. Ahora ya no aguantamos más, estamos en el olvido", expresó el joven de 28 años.

En el transcurso de su permanencia en Entre Lagos, gracias a su tía, Cagni consiguió una changa en el campo para sobrellevar el día a día. "Acá todos se conocen con todos y yo quería conseguir algo para tratar de ayudar. Mi tía habló con un conocido que le hizo la gauchada y me tomó para que haga algunos labores", explicó. Pero el hombre no lo pudo ayudar más y hace algunos meses debió dejar su trabajo. "A veces me hago mala sangre, pero trato de ser fuerte", reconoció.

Entre Lagos se ubica en la región de Los Lagos, donde hay alrededor de 300 argentinos varados.

Según contó, en la región chilena de Los Lagos hay alrededor de 300 argentinos varados y el consulado argentino en Puerto Montt apenas realizó una sola maniobra para rescatar a los compatriotas en la que no fue incluido. "En el centro y en el norte se movieron mucho, pero en el sur solo hicieron un operativo de repatriación en mayo", confió.

"Nos dicen lo mismo de siempre, que van a realizar un segundo operativo, pero nunca pasa nada", agregó. Incluso, por la falta de avances en las gestiones para regresar al país intentó comunicarse con el intendente Guillermo Montenegro, pero no obtuvo mayores respuestas. "Uno la pilotea como puede, pero hay muchos argentinos que piden en la calle o en la iglesia. La gente chile se copó en ayudar, pero en cambio los argentinos no", lamentó.

Ahora, aguarda por un presunto operativo que se haría cargo la administración provincial para rescatar solo a los bonaerenses. "Hay gente que tenemos que apoyar anímicamente y psicológicamente porque algunos se caen de ánimo. Tenemos derecho a volver a nuestro hogar. No somos delincuentes", reclamó al finalizar.