“Un.abril” presentó su live session

Juntarnos en persona está prohibido en este contexto, parece de otra vida poder reunirse alrededor de un fuego, o de un cardumen de gente cantando una canción. Entonces, ¿a dónde van las canciones sin antenas?

Iván Sorokin y Joaquín Bañuelos integran Un.abril

10 de Septiembre de 2020 10:26

Por Redacción 0223

PARA 0223

Juntarnos en persona está prohibido en este contexto, parece de otra vida poder reunirse alrededor de un fuego, o de un cardumen de gente cantando una canción. Entonces, ¿a dónde van las canciones sin antenas?

En esta suerte de show de cuarentena, Un.abril estrena su nuevo single "Peces" e incluye sus dos primeros lanzamientos: "Tragos a la carta" y "Puedo" en vivo. Los tres temas se encuentran disponibles en Youtube, completando una propuesta sólida y sencilla de un espectáculo acústico para disfrutar desde cualquier lugar.

“Son canciones que cualquiera puede tocar y cantar, ya que de eso se trata todo esto: democratizarlas para que vuelvan a las calles, a los parques, a los hospitales y a cada rincón del planeta”, afirman.

La filmación fue realizada en el estudio de Darwin Records, por Federico Sichel, Guido Carmona y David Villacontinente. “Una guitarra y un piano bastan para que podamos cantar” plantean los integrantes del dúo quienes se encuentran en esta ocasión acompañados por Rodrigo Humeres, tocando una sutil batería de tambores grabada con un único micrófono.

“Un.abril” es el nuevo proyecto de Iván Sorokin y Joaquín Bañuelos gestado en plena pandemia, en medio de la peor crisis sanitaria de la humanidad. Ambos músicos se juntaron con una única premisa: las canciones se tienen que sostener por sí solas y no esconderse detrás de un acorazado de complejidades y arreglos, de computadoras y sonidos.

Bajo la idea “que vuelvan las canciones” se propusieron componer como lo hacían sus padres: sobre el papel. Suena casi irónico rememorar ese espíritu que traen las canciones, el fuego y las reuniones alrededor de ellas. La intención de sus temas es muy clara: quieren reunir alrededor de ellos a los amigos, las familias, las parejas; que canten, que toquen, que jueguen con ellas.

Así fueron completando ese cuaderno entre acordes y palabras. Se volvió fundamental prescindir de todo, despojarse y abrazar fuerte una melodía y los acordes de una guitarra que puedan acompañarla. El riesgo, esta vez, estaba en animarse a la sencillez, que es a veces lo más difícil.


 

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