“Campeones del da lo mismo”: la carta de un socio de River decepcionado

Un profesor de educación física marplatense, socio del Millonario desde hace muchos años, padeció el mal manejo de la institución en el ingreso al partido contra Racing y con entradas en la mano se quedó sin poder ver al equipo de Gallardo.

Instantánea del ingreso al Monumental de Nuñez el jueves pasado, cuando cientos de socios quedaron fuera del estadio. (Foto Télam)

27 de Noviembre de 2021 16:27

Por Redacción 0223

PARA 0223

La fiesta del River campeón del jueves por la noche no fue para todos sus hinchas lo que debería haber sido. Centenares de simpatizantes del “Millonario”, con sus entradas, no pudieron ingresar al estadio Monumental de Nuñez y vivieron una auténtica pesadilla en la antesala del clásico ante Racing que coronó al equipo de Marcelo Gallardo.

Santiago Mancuso es un reconocido profesor de educación física de la ciudad y socio de River desde hace largo tiempo. Sus viajes para ver al equipo de la banda roja son innumerables y el último de ellos, el más reciente, terminó por ser un auténtico “fastidio”.

En contacto con 0223, Mancuso contó que viajó con su hijo a la ciudad de Buenos Aires con sus respectivos tickets de ingreso y que al llegar al estadio Antonio Vespusio Liberti, a poco más de 30 minutos del inicio del partido, se encontró con la imposibilidad de ingresar.

“La cancha ya estaba llena y la policía no nos dejó pasar. Terminamos viendo el partido en una pizzería. Fue una falta de respeto total, miles de socios quedaron afuera. Una vergüenza el manejo, dejar entrar a cualquiera sin control, con chequeos livianos y nadie que te pida un carnet”, graficó el docente marplatense al respecto del mal momento vivido. 

Con la cuota social al día, el registro para su lugar en el estadio activo y el aviso necesario vía la página oficial del club para participar de los sorteos previos por el aforo, Mancuso respetó todos los pasos y requisitos para ir a la cancha, tenía su entrada y se quedó sin poder disfrutar de un momento único.

Con un inmenso desagrado por lo sucedido, después de perder tiempo y dinero y perjudicado también por el accionar policial, Mancuso escribió una carta en la que detalló, paso por paso, la cronología de la problemática jornada porteña que lo dejó sin partido en vivo y con un malestar incalculable.

Uno de los controles de ingreso al estadio de River el jueves pasado. (Foto Télam)

Campeones del da lo mismo

Salimos a las 16 horas desde Mar del Plata hacia el estadio Antonio Vespusio Liberti. En el comienzo de la semana pensábamos ir con los micros de la filial Enzo Francescolli pero ante la posibilidad de que mi hijo pudiera venir decidimos viajar en auto así lo pasábamos a buscar y podía venir. Sabíamos que teníamos el tiempo justo pero siempre vale la pena estar juntos en la cancha.

A las 20.50 estábamos ante el primer control policial en la Avenida Udaondo y Libertador. Nos costó mucho dejar el auto. Había más gente que de costumbre. Solo comparable a la cantidad de público que estaba en las inmediaciones del monumental el día de la final fallida por copa Libertadores 2018.

Siempre vamos a la cancha desde hace muchísimos años y percibíamos un clima raro, tenso como esperando el estallido.

20.51 La primera valla era decorativa. Los policías que allí estaban no nos pidieron nada, creo que ni nos miraron. La gente ingresaba como si no hubiese nadie en ese control inicial.

A los 100 metros ya había un cordón de policías con cascos, escudos y palos que contenían el paso de la gente pero sin pedir entradas ni carnet de socios ni nada. Estaban como una barrera de contención.

Los socios criticaron la modalidad de ingreso al estadio Antonio Vespusio Liberti.

El segundo control siempre es un cacheo. Era esa barrera de policías armados que describí anteriormente. Ahí nos retuvieron más de 15 minutos y nos permitieron pasar a algunos hacia la próxima barrera de policías que nos esperaban con más efectivos y vallas más altas y pesadas.

21.15 Estábamos frente al tercer control con mucha tensión, se acercaba el horario de inicio del partido.

21.25 Nos queda lejos todavía el estadio, faltaba bastante distancia para llegar. Queríamos entrar a la cancha. Estábamos ansiosos y transpirados por forcejar para no retroceder y para cuidar nuestras pertenencias. No avanzábamos, veíamos a la distancia a los molinetes de ingreso que no estaban funcionando. El control era manual y tardaba demasiado. Lo podíamos ver desde la distancia ya que nos faltaba un control más  para llegar a los benditos molinetes donde debíamos apoyar el carnet que todavía nadie nos había solicitado.

21.30 Vemos y escuchamos en el cielo los fuegos artificiales que aparecen cuando el equipo ingresa a la cancha. Nadie nos daba explicaciones sobre lo que pasaba y porque no podíamos avanzar estábamos trabados y cada vez con más nerviosismo.

21.40 Vemos venir de frente 10 motos con policías armados que aceleran sus vehículos sin avanzar. La policía dice que nos vayamos porque no hay más lugar adentro de la cancha.

21.41 Los uniformados avanzan empujando a la gente hacia la Avenida Libertador, pegan con sus palos, tiran gases y balas de goma, vuelan piedras, caen vallas, se desata el caos.

Afuera nos gritan. No pueden entrar.

Nos mandaron para casa. Estábamos a 400 kilómetros teniendo todo en regla para ingresar. Otra vez ganó el desorden y generalmente perjudica a los que tenemos mucho que perder, tiempo, dinero, salud y esta vez éramos los socios los que perdíamos mientras otros amparados por el pésimo control policial disfrutaban del campeonato número 36 de nuestro querido River Plate.

Porque da lo mismo cumplir que no cumplir. Da lo mismo respetar que transgredir. Da lo mismo hablar que pegar. Da lo mismo construir que romper. Da lo mismo. Todo da lo mismo.

Por eso salimos campeones no solo los hinchas del más grande de la Argentina sino que todo el pueblo argentino dio la vuelta olímpica festejando el enésimo campeonato del DA LO MISMO.

¿Quién nos explicará que pasó? ¿Quién se hará cargo de nuestro disgusto, de nuestros gastos, de nuestros moretones por los palazos, de los ojos irritados por el gas, de las marcas de balas de goma, del dinero perdido, de nuestro tiempo?

Espero respuesta de la institución.