Inventó un ventilador electromecánico para asistir a pacientes con covid: lo analiza la Anmat

Javier Casalins, oriundo de Chascomús, ya realiza los trámites ante la Anmat para lograr la aprobación de un aparato portátil con el que se podría tratar provisoriamente a pacientes de patologías respiratorias.

El ventilador creado por el inventor chascomusense que podría servir para situaciones críticas de falta de oxígeno.

30 de Abril de 2021 16:06

Por Redacción 0223

PARA 0223

Durante los últimos nueves meses, en su casa de la ciudad de Buenos Aires, el chascomusense Javiers Casalins se dedicó a generar una solución a la problemática que atraviesa el mundo con la pandemia, vinculada a la demanda de asistencia respiratoria de pacientes con covid.

Javier, hijo del médico Carlos Casalins, es un inventor de cosas desde la infancia y produjo un ventilador electromecanico no invasivo, portátil, auxiliar y provisorio para pacientes con covid-19 u otras patologías respiratorias que tiene como objetivo poder liberar recursos por un tiempo, ya sea humanos o de ambulancias, camas y/o respiradores.

Según explicó este técnico especializado en networking y seguridad informática en contacto con la agencia ANTInoticia, el aparato “puede brindar ventilación mecánica asistida y controlada por volumen; es para suplir la escasez de dispositivos por un limitado lapso de tiempo, hasta tener disponibles dispositivos de alta gama”.

Destinado para ser utilizado en adultos y adolescentes, de 15 o 16 años en adelante, Casalins ahondó sobre su desarrollo y aclaró: “Se trata de un recurso básico, facilitando así el manejo y configuración de los parámetros especificados por el profesional de la salud. No está apuntado a terapia intensiva; es para una casa, para una ambulancia; para poder esperar o liberar dispositivos complejos”, insistió.

Casalins anticipó que donará uno de esos ventiladores pulmonares para que funcione en Chascomús y especificó que el mismo “puede ser manejado de hecho por el mismo paciente, en caso de que la asistencia sea parcial, esto es cuando no está sedado”.

“Es muy poderoso por el tipo y tamaño de motor. Es muy sólido, pese a ser más chiquito y menos costoso. Es muy sencillo, con un botón de power, otro de reset y una perilla para definir los parámetros, debido que se puede regular de acuerdo al paciente, tanto en la cantidad de aire (400ml a 500ml) y en ciclos por minutos (entre 13 y 22)”, detalló el inventor chascomusense.

Génesis

Sobre el origen del producto, Casalins comentó: “Surgió a raíz de la pandemia. Sabía que haría falta, por lo cual empecé a probar e innovar. Luego de muchas correcciones, sobre todo luego de la consulta a un profesional de la salud, está terminado. Fue un trabajo muy largo que realicé solo, con diferentes tecnologías: impresión 3d, electrónica, física y programación”, pormenorizó.

Con el proceso en plena marcha, le llegó a Javier la motivación final necesaria: “Mientras desarrollaba este ventilador no invasivo supe por el padre de una compañera de mi hijo, gastroenterólogo, con asistencia de un terapista, que cuando no hay respiradores para asistir un paciente con covid que lo necesita, tiene que estar un trabajador de la salud durante dos horas apretando un ambu (resucitador manual) y luego viene otro a realizar la misma tarea, así hasta conseguir cama y respirador”, remarcó el inventor.

El proceso incluyó primero lograr precisión en la impresión 3d, después probar diferentes materiales -algunos rígidos y otros flexibles- y seguidamente realizar testeos de motores, según explicó Casalins, “buscando que tengan el torque suficiente para presionar el ambu con la mayor facilidad posible”.

Para terminar su invento Javier se enfocó en “la medición de los tiempos de inhalacion y exhalacion con una precisión tomada en el orden de los milisegundos con un margen de error de +- 5 milisgundos, como asi tambien la medicion del volumen del aire, 500 a 400 mililitros configurables segun la necesidad del paciente; a prueba de diferentes protocolos de comunicación entre las dos placas internas que tiene, y finalmente acomodar todos los valores a los parámetros que un profesional de la salud pasó dentro de los rangos más o menos normales”.

Patentamiento

Luego de la producción y las pruebas, ahora el inventor sabe que es momento de que lo testeen las autoridades idóneas en el tema. En ese sentido, insistió: “Aunque lo puse 24 horas funcionando sin parar y garantizo que puede estarlo durante 72 días, este ventilador no invasivo es dar una solución durante 48 o 72 horas, hasta que llegue la ambulancia, durante el trayecto a un hospital o a la espera que se libere una cama, un respirador”.

Por último, Casalins confirmó que inició los trámites ante la Anmat para lograr su aprobación: “Lo voy a patentar nacional e internacionalmente, sobre todo porque en Latinoamérica será un recurso importante”, anheló.

Respecto a su posible producción a mayor escala, Javier aclaró: “Estará atada a la demanda. La estrategia comercial, no está definida. Tal vez busque un socio capitalista, o pida un préstamo al BID, o quizás lo produzca de la manera que pueda”, concluyó.