María Alejandra Rossin, la investigadora que estudia animales con "mala fama"

La bióloga de Conicet Mar del Plata estudia parásitos, animales vinculados a enfermedades. Qué aportan a la fauna.  

La investigadora asegura que se sabe muy poco de los parásitos.

14 de Junio de 2021 08:57

Por Redacción 0223

PARA 0223

Como cada lunes, el Conicet Mar del Plata presenta Selficiencia, una propuesta para conocer a los científicos y científicas de nuestra ciudad en primera persona.

¿Quién sos?

-Mi nombre es María Alejandra Rossin, soy investigadora adjunta del Conicet en el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC-Conicet, Unmdp). Trabajo en el grupo de Ictioparasitología,  y soy egresada de la Unmdp. Estoy casada, tengo 46 años, con 2 hijos, y soy nacida en la ciudad de Tandil.

¿Qué hacés?

-Soy bióloga y me especialicé en parasitología. Hice mi tesis de grado y doctoral en  la Unmdp sobre parásitos de 2 especies de roedores del género Ctenomys, los topitos subterráneos llamados comúnmente tuco-tucos que habitan las dunas costeras de Mar de Cobo y Necochea. Actualmente estudio los parásitos de peces, en especial los peces de las lagunas pampeanas como los dientudos y las mojarras. También he trabajado en algunos peces de los grandes ríos como el Paraná, donde junto con colegas ictiólogos hemos estudiado la fauna parasitaria de las palometas o pirañas de varios géneros y del surubí. En general estudiamos todos los parásitos que encontramos en estos peces, tanto los microparásitos (solo se ven al microscopio) como los macroparásitos (pueden observarse con lupa o a simple vista). Estudiamos las relaciones existentes entre las poblaciones y comunidades de parásitos con sus hospedadores (peces), las diferentes condiciones ambientales, con los cambios generados en el ambiente, la calidad del agua, etc., utilizando a los parásitos como indicadores no como agentes de enfermedad y partiendo de la premisa general que un ambiente "sano" o con poco impacto es aquel que presenta mayor riqueza parasitaria (número de especies).

Por otra parte, a pesar de que las especies de peces que estudio son muy conocidas y familiares para todo aquel que gusta de pasar tiempo, ya sea pescando o paseando por algunas de las tantas lagunas que hay en la región pampeana, muy poco se conoce de las especies de parásitos que ellas albergan y por lo tanto he dedicado muchos de mis trabajos a  estudiar y describir estas especies de animales que son parte también de nuestro patrimonio biológico. Hasta el momento hemos descrito 12 especies nuevas de parásitos de peces de agua dulce de Argentina.

 

¿Por qué lo hacés?

-Porque creo que aún hay mucho por conocer. Estos animales, que históricamente han tenido mala fama por ser asociados a la enfermedad y su sola mención genera "asco" son una parte muy importante da la fauna natural. Quizás esto se deba a que la parasitología como disciplina de estudio, tiene sus orígenes en la medicina veterinaria y humana. Así, los esfuerzos han estado puestos en el estudio de los parásitos como agentes de enfermedad en humanos y animales domésticos y cómo hacer para controlarlos o erradicarlos tratando la enfermedad. Pero el fenómeno parasitológico en la naturaleza es mucho más que eso, es la relación entre 2 organismos en donde 1 obtiene algún tipo de beneficio del otro pudiendo generar algún tipo de perjuicio y no siempre enfermedad.

La estrategia del parásito es convivir con su hospedador, no es negocio para el parásito generar la muerte de su hospedador (que es su “hogar”) y para que este delicado equilibrio se mantenga, han sido necesarios millones de años de coevolución y coacomodacion entre ambos organismos. Esta asociación es tan común en la naturaleza que todo animal tiene asociado al menos 1 especie de parásito a lo largo de su vida y se cree que actualmente conocemos un bajísimo porcentaje de las especies de parásitos que habitan este planeta.

¿Cuál es el impacto de tu trabajo para la sociedad?

-Creo que mi trabajo hace un aporte al conocimiento de la fauna Argentina, como dicen los conservacionistas, no se puede cuidar o conservar lo que no se conoce y el acervo biológico de un país es parte de su patrimonio. El estudio de las especies de parásitos de peces de agua dulce también son el punto de partida para futuros proyectos de acuicultura ya que en condiciones de cultivo el estrés que pueden sufrir los peces puede generar explosiones demográficas de algunos de estos parásitos causando enfermedad y con ello pérdidas económicas y del recurso. Conocer su biología nos permite desarrollar estrategias y herramientas de manejo de este recurso. También conocer la fauna parasitaria de estos cuerpos de agua nos permiten monitorearlos ya que los parásitos son buenos centinelas (bioindicadores) de cambios en el hábitat que pueden ser imperceptibles en el ambiente a corto plazo provocando a largo plazo cambios drásticos como la disminución de la riqueza de especies o mortandad masiva de peces y otros organismos que habitan estos cuerpos de agua.

Si te interesa conocer más podés escribir a comunicacion@mardelplata-conicet.gob.ar o sumarte a las redes sociales.