"Fuegos Eternos", un acto de justicia poética que se convirtió en libro

"Fuegos eternos"  es un libro de poesía que Osvaldo Rodríguez, escribió y guardó en un cajón. Después de su muerte, su hija hizo un compilado con parte de la obra y logró cumplir el sueño de su padre.

25 de Julio de 2021 16:33

Por Redacción 0223

PARA 0223

La escritura es muy elitista, muy de café. Mi viejo quiso publicar toda su vida y por cosas de la vida nunca pudo”, cuenta Mará del Mar Rodríguez a 0223 a manera de introducción a la presentación de “Fuegos eternos”, el libro de poesía que editó con textos que escribió Osvaldo, su padre y que en las últimas semanas llegó a las librerías.

“Fuegos eternos” de Editorial Hinvisible surgió, según explica la joven “como un acto de justicia poética”. Es que María encontró los textos luego del fallecimiento de su padre en 2009 y comenzó a leerlos como una forma de elaborar el duelo. “Mi viejo siempre quiso publicar pero no pudo por las crisis económicas y por su enfermedad”, explica

“Cuando murió y comencé a leer sus poemas como forma de elaborar el duelo y de encontrarme con él, publiqué uno de sus poemas en mi primer libro (Historias Lobas), pero me di cuenta que me faltaba algo con respecto a la historia de mi viejo y se me ocurrió publicar un libro con sus poemas como acto de justicia poética que se llama Fuegos Eternos”, recuerda.

Cuando el cuadro de salud de Osvaldo empeoró, dejó de escribir y en su casa del barrio Playa Los lobos quedaron pilas de cuadernos con prolijos manuscritos y algunos textos pasados a máquina. “Él era una persona desempleada que escribía y que con el paso del tiempo por su padecimiento mental no tuvo las herramientas”, dice María del Mar. Una década más tarde los textos vieron la luz.

Tras la publicación comenzó la tarea de difusión de la obra, que no fue fácil. “Comencé a difundirlo y fallece mi mamá por un cáncer de mama y no pude continuar”, lamenta la joven escritora la tiempo que relata que en ese entonces, solo pudo hacer una pequeña difusión y anunciar que la venta de los textos los realizaba ella misma. 

“Ahora que estoy un poco mejor estoy tratando de difundir la historia de un hombre común y corriente y por suerte llegó a  espacios de lectura y escritura y a una librería que es lo que él quería”, señala la joven que aclara que, pese a que el material está disponible en los canales tradicionales de compra, ella continúa con el sistema de venta artesanal