La Esmet Nº1, más cerca de tener un edificio propio: "Sería una alegría muy grande para todos"

Es la noticia más esperada desde que abrieron sus puertas. El sueño está cerca de hacerse realidad. Después de 30 años de pedidos y reclamos, la gestión que encabeza el intendente Guillermo Montenegro incluyó en el Presupuesto 2023 la obra para construir un edificio propio para la Escuela Municipal de Educación Técnica (Esmet) Nº1 de Mar del Plata.

El director del establecimiento, Manuel Paz, se enteró de la noticia ante la consulta de 0223. Si bien la ejecución de la obra dependerá de los vaivenes económicos y la coyuntura que ofrezca Argentina el año que viene, la comunidad educativa de la Esmet Nº1 espera con entusiasmo por la aprobación del Presupuesto 2023 en el Concejo Deliberante.

El Municipio planea desembolsar $300 millones para ejecutar la primera etapa de la construcción de la nueva Esmet Nº1, que actualmente funciona en un edificio alquilado ubicado en Juan B. Justo e Hipólito Yrigoyen. "Donde estamos no da para más. Estamos contentos de tener un techo pero es insuficiente", reconoció Paz.

"Si el Presupuesto se aprueba, va a ser un hecho que la escuela va a tener un edificio. La Esmet se merece un edificio propio. Sería una alegría muy grande para todos", expresó su director.

Paz resaltó el importante rol que cumple la escuela en la formación de cientos de jóvenes que se insertan en el mercado laboral: el 80% de los egresados trabajan en empresas de primer nivel.

"La escuela es muy requerida, es ordenada. Tiene un proyecto. Se trabaja para lograr buenos resultados y eso la gente lo valora mucho. Por eso muchos padres quieren traernos a sus hijos y a veces tenemos que decirles que no porque no tenemos capacidad para recibirlos", comentó el director. "Evidentemente todo eso ha movilizado a la Secretaría de Educación para incluirla en el Presupuesto 2023", agregó.

La Esmet Nº1 abrió sus puertas en 1993 y desde el principio iniciaron una lucha por tener un edificio propio que incluyó inumerables muestras de solidaridad de su comunidad para recolectar fondos, marchas y contramarchas con el alquiler del inmueble que hicieron tambalear el futuro de la escuela y hasta súplicas a funcionarios de turno para que intercedan ante la posible venta.

"Esta escuela es mi vida. Siempre luché por mejorar. El año que viene cumplimos 30 años de alegrías y tristezas. Parece que la gestión ahora ha valorado lo que hacemos. Es muy gratificante que alguien apueste por la educación. Me genera una alegría particular", completó.