Invertir en ladrillo, la clave en la búsqueda por blindar ahorros

Resguardar el capital sigue siendo una obsesión para quienes tienen la posibilidad de hacerlo. La inversión en ladrillos vuelve a asomar como la mas elegida en un contexto mundial riesgoso y de desaceleración del crecimiento para las principales potencias.

Retracción de la demanda, ley de alquileres que complicó y paralizó operaciones tanto para propietarios como para inquilinos, valuaciones que se retrajeron a niveles de hace diez años son algunos de los puntos que marcaron últimos años complejos para el sector inmobiliario. Sin embargo, algunos operadores hablan ya de precios que encontraron su piso y una demanda que empieza a despabilarse de la mano de inversores que buscan, no solo oportunidad, sino, sobre todo, tranquilidad.

Si hablamos de tranquilidad en contextos inciertos se asoman dos tradiciones: los dólares líquidos para atesorar y las propiedades como un refugio y cobertura de valor para inversores conservadores ya que su apreciación sube con el correr del tiempo, fundamentalmente en los países desarrollados, aún en ciclos inflacionarios.

Pero la economía nacional atraviesa tiempos de alta tensión y los argentinos buscan distintos caminos para proteger sus ingresos. La cotización del dólar, que alcanzó niveles históricos en el mes de julio, continúa inestable y la inflación mensual oscila entre el 7% y 7,5% acumulando un 46% desde enero y casi 70% en los últimos 12 meses. La búsqueda por blindar los ahorros está más activa que nunca.

Si nos concentramos en el ámbito del Real State, hay proyectos y alternativas para diferentes bolsillos y perfiles dentro y fuera del país: inmuebles usados (que es dónde más bajaron los precios), desarrollos nuevos, zonas standard y premium o alternativas del otro lado de la frontera para quienes esquivan el riesgo local. Y algo no menor es el aporte de los avances tecnológicos y digitales que brindan nuevas opciones como por ejemplo las plataformas de crowdfunding inmobiliario que ofrecen un “plus” que los argentinos están buscando: invertir montos relativamente bajos con retornos en dólares, con el objetivo de ganarle a la inflación de cualquier moneda del mundo.

Atravesamos momentos vibrantes en la economía mundial que sitúan a la necesidad de cobertura en el centro de las búsquedas, siendo un fenómeno a escala global. La ecuación es sobre todo resguardar el valor del dinero en un activo que tradicionalmente cotiza en dólares y obtener una renta sea mensual en moneda local o extranjera por alquiler o una rentabilidad final por venta que abre la puerta a volver a concretar nuevas operaciones en el mercado.

La rentabilidad que se podrá obtener dependerá, obviamente, del tipo de proyecto, la ubicación, el valor de entrada y el plazo para esa inversión. En unidades usadas, de uno o dos ambientes, con buena ubicación, la inversión inicial arranca desde los US$70.000 y a partir de allí escala. En caso de ingresar desde el pozo, la ventaja es que se puede entrar con un anticipo en dólares y pagar luego cuotas en pesos ajustadas por el Índice de la Construcción.

Para inversores de menor escala y disponibilidad, existe la posibilidad de participar a través del crowdfunding inmobiliario, que es una especie de fondo de inversión con bajo ticket entrada (generalmente el mínimo es de US$1000), que posibilita invertir en real estate a quienes no podrían comprar un departamento entero, y también la posibilidad de diversificar el riesgo, aportando capital en más de un proyecto.

Lo fundamental, siempre, en cada una de estas decisiones es concretar operaciones con desarrolladores o profesionales de confianza y trayectoria en el mercado.