Basura costera: una colilla de cigarrillo contamina 50 litros de agua

Cada 26 de enero es el Día Mundial del Cuidado Ambiental, un aspecto fundamental para comprender la importancia de respetar el ambiente y contribuir a la conservación de los recursos naturales, para lograr sociedades sostenibles.

Sin embargo, los datos actuales son muy alarmantes. Se calcula que cada año terminan en los océanos del mundo más de 10 millones de toneladas de residuos plásticos. Esto equivale a un camión de basura lleno de plásticos que vuelca su carga completa una vez por minuto al océano.

De hecho, en el Censo Provincial de Basura Costera Marina del 2021 los contaminantes plásticos que más se encontraron fueron colillas en un 20%, le sigue fragmentos plásticos en un 18,7%, envoltorios 13,2% y bolsas en un 10%.

Según un estudio alemán, está comprobado que una sola colilla de cigarrillo puede contaminar hasta 50 litros de agua dulce y entre ocho y 10 litros de agua salada.

En Argentina, el 97% de las tortugas marinas atendidas en la Fundación Mundo Marino tiene plástico en su estómago o intestino. Mientras que un estudio realizado en Australia, asegura que por semana entran a nuestro organismo unas 2.000 pequeñas piezas de plástico, lo que equivale a comer una tarjeta de crédito semanalmente.

En el relleno sanitario de General Pueyrredon se entierran a diario unas 1200 toneladas de basura. Es decir, el Estadio José Maria Minella repleto de residuos a 1 metro de altura por día.

Por eso, es importante saber que el 85% de esos residuos que generamos se pueden recuperar: papel, cartón, metales, vidrios y plásticos hay que ponerlos en bolsas verdes y sacarla solo los martes y viernes en Mar del Plata. Las bolsas verdes son trasladadas a la Planta de Reciclaje donde trabaja la Cooperativa CURA.

Qué podemos hacer para contribuir con el cuidado medioambiental

Disminuir el consumo excesivo de plásticos: evitar sorbetes, cubiertos descartables. Tener bolsas reutilizables siempre a mano. Tirar la basura a los tachos y no en la playa. Tampoco las colillas de cigarrillo. Contribuir con el reciclaje y reutilizar materiales. Y lo más importante, en nuestra vida cotidiana separar la basura en origen. Simplemente, se vuelve un hábito. Y de esto dependerá que las futuras generaciones puedan disfrutar y vivir en un mundo mejor.