La emotiva carta de despedida de Gerardo Rozín que publicó su familia a un año de su muerte

El conductor dejó una conmovedora carta que sus dos hijos, y sus exesposas, compartieron en las redes al cumplirse un año de su partida.

11 de Marzo de 2023 13:47

Por Redacción 0223

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A un año de la muerte de Gerardo Rozín que conmovió a la televisión argentina, sus ex esposas, Carmela Bárbaro y Mariana Basualdo, publicaron la extensa carta que escribió antes de partir, cuando le dieron el diagnóstico que anunciaba su muerte temprana. El conductor expuso sus sentimientos, reflexionó sobre la vida y agradeció por los grandes momentos transitados junto a sus seres más queridos antes de partir, a los 51 años, a causa de un tumor cerebral.

“Elena y Pedro, los hijos de Gerardo, junto con sus madres Carmela y Mariana, queremos compartir este texto hoy que se cumple un año de su muerte. Todos los días pensamos en Gerardo: su ausencia ocupa mucho lugar pero también su recuerdo es una compañía verdadera. Los aniversarios, sin embargo, tienen peso también fuera de la familia. A toda la gente que lo quería o que disfrutaba de la televisión que él hacía, además de agradecerles el apoyo y el cariño, les dedicamos estas líneas que Gerardo escribió en el momento de recibir el diagnóstico”, publicaron en sus cuentas de las redes sociales con un video de Rozín junto a su seres queridos. Y luego hicieron otro posteo con la carta que escribió el conductor un año antes de su muerte.

Paso a decir. Paso a decir que me voy contento. Que tengo una hija de diez y un hijo de veinte, y me estoy por morir sabiendo que les dejo la seguridad de que fueron amados. Muy amados. Tienen valores para abrazar y para discutir, pero no arrancan sin ideas. Es un montón. Hemos sido gente de reír mucho, disfrutamos de la ironía y no del sarcasmo. Nos quedaron muchas gracias por hacer juntos, pero se sabe que estas despedidas dejan espacios vacíos”, sostuvo en la primera parte del texto.

Rozín reconoció que desde que le descubrieron el tumor cerebral no pudo dejar de llorar al imaginarse el desenlace. “Estoy sonriendo. Lloré siempre, pero frente a lo inevitable, a lo que llegará en poco tiempo, no me siento con derecho a la queja. No es que no reconozca mis defectos, sino que errores comete todo el mundo y siento que estuve más en el equipo de los buenos que en el de los otros. Tengo algunos orgullos: en la televisión comercial pude hacer ciclos vinculados a los derechos humanos sin que nadie me lo pidiera, buscando esos espacios en la nube del entretenimiento. Y creo que produje algunos momentos emocionantes y graciosos", escribió.

"Amé de verdad a las parejas que tuve. Y tuve el don de hacer reír mucho a mis amigos. No soy creyente, no me llevo nada, pero les dejo las carcajadas que les arranqué. Soy una de las personas que más los ha hecho reír. Es otro de mis grandes orgullos. Puedo agregar algunos chistes al respecto pero ciertamente no estoy de humor. Perderlas y perderlos me duele tanto como saben. Si alguien me extraña en cualquier canción rosarina o uruguaya, en el saxo de Charles Lloyd, en Bowie o en la fe que canta Montaner me van a encontrar. Siempre. Crecí en los ochenta y me siento obligado a expresar algunos principios una conducta muy en boga por aquellos años: soy judío, socialdemócrata y de Central. Ah, en Qué bello es vivir siempre los estoy esperando para compartir una película juntos. Igual, si ven que no aparezco, arranquen a verla ustedes. Poco para agregar, más por falta de tiempo que de ideas. Digamos que hemos compartido tres temporadas muy decentes y que soy feliz por irme sabiendo que las que producirán ustedes serán aún mejores", se despidió Rozín.