Emotivo rescate: una policía venció su miedo a las alturas para salvar a un nene en una cascada

Hay días que parecen comenzar como tantos otros, con la misma rutina, pero terminan dejando una marca indeleble en nuestras vidas. Ese es el caso de una policía de El Bolsón que hizo frente a sus peores miedos para salvar a un nene que había trepado a lo alto de una cascada y no podía bajar. 

El emotivo rescate fue registrado en imágenes por algunos compañeros de la oficial, que sufre de vértigo pero no dudó ni un segundo en subir a buscar al menor, de 11 años y con autismo, para ponerlo a resguardo. 

Todo comenzó el viernes pasado cuando la mamá del nene llamó al 911 para comunicar que su hijo se había escapado de su casa. Pese a buscarlo, no pudo encontrarlo, por lo que pidió ayuda a las autoridades policiales, expresando su preocupación por su estado de salud.

Tras la denuncia, se puso en marcha un operativo de búsqueda y la palabra de un vecino de la zona fue determinante para encontrar al menor, que estaba en la zona de Loma del Medio, trepando al costado de una cascada. Como no podía bajar por sus propios medios, la oficial Natalia Rauque decidió subir a buscarlo por el resbaladizo terreno. 

Luego de rescatar al nene, sano y salvo, la mujer fue entrevistada por medios locales y fue ahí cuando reveló la fobia que padece y que debió enfrentar para concretar su loable labor.

“Sufro de vértigo a las alturas y suelo desmayarme, pero en ese momento lo único que pensé fue en llegar para poder auxiliar a esta criatura, quien estaba en peligro. Tuve miedo, porque si se resbalaba y se caía o si no podía agarrarlo, qué iba a decirle a esa mamá que estaba angustiada por su hijo”, explicó a Diario Jornada.

La oficial también contó que tiene dos sobrinos mellizos con autismo, por lo que aseguró que “al momento de encontrarme con este chico de 11 años en medio de un mosquetal y al borde de una peligrosa cascada, pensé en los hijos de mi hermana y que ojalá alguien los ayude si deciden ausentarse del hogar para explorar, porque son chicos muy inteligentes y muy audaces, son personitas muy intrépidas que no miden el peligro y salen a recorrer sin medir el riesgo”.

“Me largué a llorar, quizás por toda la adrenalina contenida. Miraba hacia arriba y no podía creer, también pensé en mis hijos y en qué sería de ellos si yo me accidentaba”, agregó.

Por último, manifestó que “las cosas pasan por algo” y “quizás Dios me puso en el camino de esta criatura porque tengo algún conocimiento de cómo manejarme con chicos con autismo y por eso esta historia hoy tiene un final feliz”.