Giselle, el Hogar Mahatma y la maternidad elegida

No trabaja sola; la acompaña un grupo de mujeres que todos los días se brindan al cuidado de bebés recién nacidos que necesitan un hogar. Conocé la tarea que llevan adelante estas poderosas marplatenses.

Giselle es madre de 4 hijos biológicos, pero de cientos de bebés que pasan por el hogar donde los cuida junto a un grupo de mujeres.

8 de Marzo de 2024 20:01

Giselle Continanzia comenzó a trabajar como voluntaria en el área de neonatología del Hospital Materno Infantil (Hiemi), sin saber que eso iba a cambiar su vida. Allí, vio más de lo que esperaba; conoció casos de bebés sin hogar, chicos que atravesaban procesos judiciales y pequeños recién nacidos a los que nadie iba a visitar. También descubrió, por otro lado, la vida de muchas madres con un contexto más que complicado.

Ese paso por el hospital la llevó a tomar una decisión que trabajó con algunas amigas hasta que le dio forma. Así, en 2020 nació el Hogar Mahatma, único espacio de abrigo en la ciudad para la primera infancia en Mar del Plata. "Se fueron sumando amigas a la idea y de a poco, surgió el grupo que, primero, fue una ONG y después derivó en el hogar, que es una casa donde viven bebés de la semana de vida al año y medio", contó Giselle a 0223.

Para la directora del hogar, la maternidad no es algo innato de las mujeres, sino que se aprende. Foto: archivo 0223.

Actualmente, hay 17 chicos que son contenidos por el personal. "Los cuidamos como si fueran nuestros hijos", sostuvo Continanzia . Pero ese abrigo no dura para siempre, sino que se extiende hasta que se resuelve la adoptabilidad o regresan con sus familias biológicas.

En el hogar se realizan los controles pediátricos, la vacunación, y los chequeos diarios, pero también el equipo trabaja en generarles identidad y en resolver las dificultades de cada uno. "Son bebés muy especiales, muchos no son los esperados y cuidados que las mamás buscan; algunos tienen madres con adicciones o que vivieron situaciones de violencia. Entonces el trabajo es acompañar a cada uno desde el lugar que necesitan, y eso lo hago gracias a la ayuda de un montón de otras mujeres", manifestó la directora y fundadora del hogar.

Es que en ese mundo, predominan las mujeres. Hay profesionales y referentes afectivas que brindan lo necesario para que cada bebé se sienta contenido y se desarrolle en un contexto favorable. Cada día, dejan de lado sus problemas, agendas y rutinas, para dedicarse a las vidas de otros que las necesitan. "El trabajo para mi es natural", describe Giselle. Y no con eso establece un preconcepto arcaico de que las mujeres están destinadas a ser madres o de que eso "se lleva en los genes". 

"Creo que la maternidad no es lo que tenemos las mujeres desde el nacimiento, sino que la persona lo va adquiriendo. Y el maternar tiene más que ver con las posibilidades que vos tuviste de niño, de recibir ese cuidado. Si no te materna tu mamá porque no puede, lo hace alguien más; entonces, de la manera que a vos te críen, es de la forma en la que vos vas a poder brindarte al otro. No hay manera de que vos sepas maternar si alguien no te enseña", confía Continanzia .

La idea de cambiar la forma de cuidado y de trato hacia los niños y sus madres, la impulsó a su trabajo. Foto: archivo 0223.

Surge allí la idea del mandato, eso para lo que la mujer "está destinada". Durante siglos, se las crió y moldeó para representar esa figura, pero hoy ya se puede hablar de un proceso netamente cultural. "A la mujer se le pone mucha carga. Maternar no es algo innato, venimos con mucho mandato", reflexiona.

¿Cuál es entonces la clave del hogar? La división en grupos de acuerdo a sus tareas y la dedicación parecen ser infalibles para tan titánica tarea. "Por un lado, están las referentes afectivas, que los bañan, alimentan, cambian, hacen el cuidado personal y casi de exclusividad. Son 14 chicas que tienen trabajo remunerado. Después está el equipo de salud, que dirige Carolina Eleseabe, nuestra médica y además co-directora desde 2024, quien pasa todos los días y controla con mucho cuidado; el equipo técnico, con psicóloga, trabajadora social, terapista ocupacional, pediatras, odontopediatra, oftalmóloga, las chicas de vacunación (que van una vez al mes). Somos entre 15 y 20 que desarrollamos personas que trabajamos ad honorem de acuerdo a la demanda", puntualiza la directora.

 

Cambiar de adentro hacia afuera

Giselle es madre también de 4 hijos biológicos, y lleva adelante un hogar que se amplió. Su origen fue humilde y su mamá tuvo que pasar por mucho junto a sus hermanos y hermanas. De chica, vio cómo el trato de las instituciones puede llegar a ser muy cruel con las mujeres que llevan adelante una crianza: "Mi idea del hogar fue cambiar la mirada del niño institucionalizado y ayudar a modificar ese trato que muchas veces reciben las madres, que sea más amigable y respetuoso, y se pueda de verdad ayudar a esas mamás que tienen un montón de dificultades y que no son malas, sino que hacen lo que pueden con la vida que les tocó".

Junto a un enorme grupo de mujeres, lleva adelante la tarea de cuidar recién nacidos sin hogar. Foto: archivo 0223.

"Todos juzgamos sin conocer la vida de los demás. Considero que nuestro país no tiene las herramientas para ayudar a la gente más humilde ni las suficientes políticas sociales que acompañen a estas personas", lamenta la directora de Mahatma, quien sostiene que es momento de cambiar la mirada.  

"Darse al otro significa sentarse y escuchar qué necesita, no brindar sólo lo que a una le sobra. Estamos abocados a lo superficial y nos falta ponerle corazón a las cosas; nos hemos vuelto muy individualistas. Es necesario modificar eso y acompañar desde el amor, que construye todo", enfatizó.