Peñarol se apoyó de nuevo en la defensa y se metió en cuartos
El "milrayitas" ya concretó una Liga Nacional muy por encima de las expectativas, pero se anima a soñar. Sacó al quinto de la fase regular con mucha autoridad y está entre los mejores ocho. Ahora, se viene el campeón Quimsa.
Por Redacción 0223
PARA 0223
Como en los buenos tiempos. Peñarol vivió una noche de playoffs en el Polideportivo "Islas Malvinas", sus hinchas entendieron que no podían faltar y fueron, alentaron, jugaron su partido, ayudaron a que el equipo no deje pasar la chance de definir la historia en casa y adentro lo hicieron a la perfección, con la defensa como bandera. El conjunto de Hernán Laginestra dio la gran sorpresa de la Reclasificación de la Liga Nacional, venció 70 a 56 a San Martín de Corrientes y cerró la serie 3 a 1 para volver a ganar un playoffs después de 9 años y meterse en los cuartos de final, donde vendrá ni más ni menos que el campeón Quimsa. Pero a este "milrayitas", no le hablen de imposible, quiere seguir soñando.
Este Peñarol tiene mística. La fue construyendo con el correr de los partidos, la consolidó con el tiempo. El cambio de entrenador le inyectó una competitividad que no tenía, lo volvió un rival incómodo para todos, se amigó con el triunfo, se empezó a acostumbrar a ganar más y comenzó a subir peldaños para olvidarse del descenso e ilusionarse con los playoffs. Y acá está. La "ligó" en la última fecha con el agónico triunfo de San Lorenzo sobre Ferro que le garantizó el último lugar en la Reclasificación y lo aprovechó al máximo. Dando la nota y sacando al mejor de los que tenían que jugar una fase más para llegar a los cuartos de final.
Después de recibir 87 puntos en el primer partido de la serie, entendieron que no había otra que defender. Que la única manera era cuidando su aro como si fuera su propia familia. Trabajaron eso y lo efectuaron a rajatabla. La figura de la clasificación, fue la defensa. De todos. A nadie se le cayeron los anillos, ninguno tuvo problemas en ponerse el overol y el rédito de ese trabajo individual y colectivo, fue para todos, fue para Peñarol.
Después de ganar el tercer juego, dejando a San Martín en 54 puntos, no se podía relajar, no podía bajar la guardia. Y lo frenó en 56, para conseguir una clasificación, a priori, impensada a cuartos de final. Algo que parecía muy lejano meses atrás y que dejó de ser una utopía cuando comenzó a enfrentar de igual a igual a los más poderosos, ganando o perdiendo, pero siempre compitiendo.
De principio a fin, se jugó como quiso Peñarol. Que en ningún momento bajó la guardia, que no dio lugar a la reacción de los correntinos, y "rompió la mátrix" de los playoffs, cambió el cuadro "lógico" que todos imaginaban y se las verá con Quimsa de Santiago del Estero, el equipo del marplatense Leandro Ramella, el mejor del país, el campeón actual, el mejor de la fase regular. Pero enfrente estará Peña, con su historia, con su "chapa", con la confianza por las nubes.
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