Cerca de 800 niños y adolescentes padecen malnutrición en Mar del Plata
Un informe del instituto Isepci reveló que el 47,1% de los niños que asiste a los comedores y merenderos de Mar del Plata sufre malnutrición. En época de crisis, baja la ingesta de proteínas y vitaminas y sube la de hidratos de carbono y grasas. Reclaman políticas públicas.
Por Redacción 0223
PARA 0223
Un informe del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci) reveló que en Mar del Plata hay cerca de 800 niños, niñas y adolescentes que padecen malnutrición. Los números son alarmantes y la situación recrudece a la par de la crisis socio económica.
Según el Indicador Barrial de Situación Nutricional (Ibsn) que se elaboró durante el cuarto trimestre de 2023, el 47,1% de los 1.665 menores revelados que asisten a comedores y merenderos en los barrios populares de Mar del Plata carece de un equilibrio en su ingesta calórica.
De ese total, presentan sobrepeso un 22,5% y obesidad un 23,2%. Mientras que el indicador de déficit por bajo peso muestra un 1,3%, y en riesgo de bajo peso casi 2,3% de la población relevada.
Los resultados indican que esta condición afecta mayormente a menores de 6 a 10 años. En esa franja, el 55,5% presenta malnutrición, mientras que en los adolescentes de 10 a 18 años esa cifra cae al 50,6%.
“Los resultados del Ibsn ponen de relieve las problemáticas profundas de nuestra realidad actual, que deberían ser la prioridad de las políticas públicas. Estas cifras nos afirman la tendencia de que la malnutrición infantil y juvenil se ha consolidado en alrededor de la mitad de la niñez y adolescencia de los barrios populares, sobre todo entre los 6 y 18 años, con énfasis en el sobrepeso y la obesidad, lo cual pone en evidencia la existencia de problemas crónicos y estructurales en una buena parte de la población para acceder a alimentos nutritivos en cantidad y calidad necesarios", manifestó Rodrigo Blanco, director del Isepci en Mar del Plata.
El informe arroja también cifras preocupantes respecto de la situación nutricional de los lactantes: el 41,1% relevado entre 0 a 2 años, se ubica en algunas de las variantes de malnutrición. De acuerdo a la síntesis de resultados presentada por el instituto Isepci, las causas, en la mayoría de los casos, son factores modificables durante el embarazo (bajo o alto peso del niño/a al nacer, ganancia de peso excesiva de la madre, diabetes durante el embarazo), complementación de la lactancia materna con otras leches de manera temprana (en muchos casos por la necesidad de la madre de salir al mercado laboral precarizada sin contar con la posibilidad de amamantar al lactante) o causas prevenibles durante los primeros meses de vida (consumo de alimentos con alto contenido calórico pero bajo valor nutricional, complementación inadecuada de la lactancia materna). Esto evidencia un grave déficit en el acceso al sistema sanitario de las madres durante el embarazo y los primeros meses de vida de los lactantes.
Aunque las causas con variadas, la desnutrición crónica, es decir, la falta de nutrientes necesarios durante años, impide tener un desarrollo acorde según la edad, arrojando el informe que en el 5,2% se observa baja talla y riesgo de baja talla en el 5,6% de la población de 2 a 18 años.
"La ineficacia del sistema sanitario para detectarlos y tratarlos nos habla de que no solo las estrategias de prevención y promoción están fallando, sino también el derecho de esta población a acceder a una atención oportuna”, apuntó Lorena Quiroga, coordinadora de los relevamientos y referente del Movimiento Libres del Sur.
Quiroga sostuvo que “la vulnerabilidad nutricional en la que se encuentra la población que asiste a copas de leche, merenderos y comedores comunitarios, abre las puertas a enfermedades tanto en lo inmediato como en la edad adulta. Asimismo, estos aspectos situacionales relevados limitan su crecimiento y desarrollo integral tanto físico como psicosocial, deteriorando su calidad de vida. Todos estos niños, niñas y adolescentes integran grupos familiares afectados por múltiples vulnerabilidades. Destacándose como uno de los principales condicionantes, los límites que imponen los reducidos ingresos de que disponen para alimentarse, donde no hay elección ni posibilidad de acceder a una alimentación adecuada en cantidad ni calidad, con los requerimientos nutricionales para el periodo de crecimiento", analizó la dirigente social.
El informe del Isepci sostiene asimismo que el aumento sostenido del precio de los productos frescos (carnes, lácteos, frutas y verduras) agravó la tendencia del reemplazo de alimentos nutritivos por alimentos rendidores en las mesas de los hogares más humildes. Así, mientras baja la ingesta de proteínas, hierro, calcio y vitaminas, sube la de hidratos de carbono y grasas. Al mismo tiempo, se consolida la situación de la preocupante adaptación de la dieta de la niñez a la de los adultos, sin complementar con productos necesarios para su desarrollo durante la lactancia y primera infancia principalmente.
“De este modo, el proceso inflacionario, la caída del empleo, el cierre de comercios y pymes, la menor posibilidad de realizar changas impactaron fuertemente en los sectores populares, comprometiendo aún más las posibilidades de las familias de cubrir la canasta básica de alimentos. Profundiza esta situación el muy preocupante experimento que el gobierno está haciendo con el Ministerio de Capital Humano. Pasamos de un modelo de política social construido por años, guiado por la concepción de que la presencia del Estado junto a la comunidad organizada aporta a garantizar derechos, a una concepción en donde el individuo es un eslabón más del mercado y debe arreglárselas para sobrevivir, apuntó Blanco.
En este sentido, Quiroga señaló que "resulta urgente que el Estado asuma un rol activo en la promoción de una alimentación saludable y del acceso a la salud integral". "Instituir iniciativas que interpelen los programas alimentarios existentes, que formulen políticas preventivas de detección precoz de malnutrición, como así también acompañar el crecimiento con políticas que incidan en los factores modificables, que preserven la salud integral de niñxs y adolescentes. Ante el incumplimiento de las obligaciones del Estado, continúa siendo la comunidad organizada la que intenta dar respuesta a la extendida problemática alimentaria de la población", remarcó.
"El agravamiento de la situación social que vemos en los barrios, se ha acelerado de manera inusitada en los últimos meses. Las redes entre vecinos organizados nos permiten sobrevivir, pero no nos vamos a conformar, porque también aprendimos que la responsabilidad estatal es indelegable y la vamos a seguir exigiendo", concluyó.
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