La UCR y una señal de autonomía al gobierno: le facilitó a la oposición el archivo de un proyecto del Pro

El cambio de presidencia en el bloque de la UCR arrancó con una clara señal de una nueva etapa que se abre en la alianza de gobierno, con un movimiento que le facilitó a la oposición sumar los votos necesarios para archivar un proyecto del Pro y además en un tema sensible en el contexto de la llamada “batalla cultural”.

La demostración de autonomía en el marco del acercamiento del Pro hacia La Libertad Avanza estuvo a cargo de Daniel Núñez, quien la semana pasada fue oficializado como nuevo presidente del bloque. Se trató de un movimiento consensuado dentro del radicalismo para darle una nueva impronta al partido, buscando precisamente imprimir una línea propia chocando incluso con algunas perspectiva impulsadas desde el gobierno de Montenegro.

Y el debate además se dio sobre un tema por demás sensible: un proyecto del concejal Julián Bussetti para derogar la Ordenanza 18.343 que le otorga a la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo un espacio en edificios públicos municipales para la difusión de sus actividades.

“Tal disposición implica una posición de privilegio injustificada para una asociación civil específica en detrimento de otras organizaciones, ONGs y asociaciones civiles que trabajan arduamente en diversos temas de interés público y que no cuentan con un tratamiento similar por parte del Estado municipal”, había justificado el edil del Pro la iniciativa presentada en noviembre del año pasado.

Sin embargo, el expediente no tuvo demasiado vuelo y este martes fue archivado en su primer tratamiento en la Comisión de Derechos Humanos, en lo que es la primera decisión de este tenor que logra la oposición desde diciembre de 2023, cuando Juntos por el Cambio obtuvo la mayoría propia. Para eso fue clave la ausencia de Núñez, donde la composición quedó con 3 integrantes para Unión por la Patria y el Frente Renovador y 3 para el Pro y la Coalición Cívica. El desempate quedó a cargo de la presidenta de la comisión, Valeria Crespo, del kirchnerismo.

Sabiendo el escenario adverso que se le venía, en el inicio del debate Bussetti buscó evitar la votación planteando un pedido de informes al gobierno para saber cómo fue la implementación, en una postura diversa a la que le viene imprimiendo el oficialismo, que suele aprobar sus propios proyectos sin mayores consultas al Ejecutivo.

Pero fue en vano y rápidamente Crespo mocionó votar. Antes se conocieron las palabras de Ariel Ciano (Frente Renovador), en rechazo al proyecto: “no se trata de un privilegio injustificado, sino de una prioridad para colaborar y ayudar para que más de 300 personas puedan recuperar su identidad a través del trabajo de Abuelas”, dijo sobre la labor de la entidad clave para la restitución de la identidad de 139 bebés secuestrados durante la última dictadura.

El oficialismo, sin hacer referencia a la labor de Abuelas, se decidió a cuestionar a la oposición en una especie de reconocimiento de la aplicación de la mayoría automática que viene ejerciendo para archivar múltiples propuestas de dichos bloques. “Han decidido hacer lo que dicen que no hay que hacer, con vehemencia, sin fundamentación, hay un espíritu revanchista”, manifestó Guido García de la Coalición Cívica. Bussetti fue un poco más allá: “tienen cinco minutos de mayoría y la usan, después los escuchamos llorar acá. Esto pasaría si tuvieran mayoría, sería una escribanía, lo mismo que lloran”.