Terror en una reconocida zona de la ciudad: continúa el robo de medidores y la fuga de gas alertó a los vecinos

El bronce de los caños que lleva el medidor de gas está siendo cada vez más buscado por los ladrones. Si bien es un robo menor, representa un peligro y más de un dolor de cabeza: la pérdida de gas es cosa seria y el trámite para resguardar su reparación y habilitar el regreso del suministro, otro drama.

También podemos contemplar un panorama más amplio y devastador. El delito es recurrente entre los rastreros, ya que el grupo se agiganta debido a una economía que apura la búsqueda de soluciones desesperadas para los ciudadanos. No justifica, pero entiende los argumentos por los cuales en pleno centro o en cualquier barrio periférico se repite la secuencia.

Esta vez, fue en la reconocida esquina de Colón y Córdoba. Una de las avenidas más famosas de la ciudad y una intersección por demás transitada. El terror se escuchó: los vecinos advirtieron el sonido de la pérdida de gas que quedó una vez que el caco retiró el medidor.

Una cuadrilla de la empresa de gas Camuzzi se hizo presente en el lugar, solucionó la fuga, y dejó constancia de que el robo no se había concretado. Por entonces, decenas de transeúntes pasaron por el lugar y miraron dos veces por la curiosidad del caso, y la habitualidad del mismo.