Marzo: La-locura

Lalo Ramos protagonizó uno de los hechos más trascendentes del año.

31 de Diciembre de 2014 00:17

Por Redacción 0223

PARA 0223

La vida de los Franco cambió para siempre el sábado 29 de marzo. Ese día, después de pasar un día de familia en Gloria de la Peregrina con la abuela Coki, Enzo, Rocío y sus dos nenes de 8 y 4 años se subieron al Corsa que los llevaría de regreso a su casa. Pero eso, en realidad, no ocurriría hasta varias semanas después: al salir a la ruta 226, a la altura del kilómetro 226, el Corsa que conducía Enzo Franco fue embestido por un Mercedes Benz blanco que circulaba a alta velocidad. Ellos no lo sabían, pero arriba de ese auto de alta gama que, luego terminó varado en un zanjón, iba Eduardo “Lalo” Ramos, el expiloto de TC. Las pericias posteriores determinaron que viajaba a más de 160 kilómetros por hora e iba borracho.

Producto del violento impacto, Thiago Franco, de 4 años, sufrió una triple fractura de cráneo y debió ser trasladado de urgencia a la unidad de terapia intensiva del hospital Materno Infantil, en donde permaneció internado durante gran parte del 2014. Primero estuvo en coma farmacológico y con asistencia respiratoria mecánica, y aunque tiempo después los médicos le permitieron continuar con un tratamiento ambulatorio, el niño aún no se recupera por completo: a causa de convulsiones, el nene volvió a ser internado. El último diagnóstico arrojó que el menor tiene una cicatriz alojada en su lóbulo temporal y frontal derecho, su cerebro da pequeños golpes epilépticos y pequeñas convulsiones; sufre espasmos musculares en brazos y piernas -Rocío, su mamá, trata de mitigarlos con masajes relajantes-; los medicamentos no le hicieron el efecto que se esperaba, y aún aún tiene episodios de nervios y desconoce a su familiares. Por momentos, Thiago se pone muy agresivo y tiende a autoagredirse. Ahora, los profesionales de la Salud no descartan someterlo a una neurocirugía de alto riesgo que se haría en Hospital Garrahan, en Buenos Aires. 

“Lalo” Ramos, por su parte, tampoco la pasó mejor. Estuvo detenido y, aunque dos semanas después fue excarcelado por la Justicia de Garantías, no puede manejar ni salir del país. Pero esa no fue la única consecuencia de su accionar irresponsable en la ruta 226: el PRO, partido político del que era referente en la Quinta Sección Electoral no demoró en darle la espalda, sin siquiera pronunciar una palabra al respecto.

Ahora, el expiloto de TC deberá enfrentar un juicio, imputado por lesiones culposas agravadas, aunque la fecha del inicio del proceso todavía es incierta debido a que la Cámara de Apelaciones aún no define qué Juzgado Correccional lo llevará adelante.