Junio: el fuego se apaga con nafta

En esta vereda ocurrió la barbarie.

31 de Diciembre de 2014 00:15

Por Redacción 0223

PARA 0223

Un nene en situación de calle intentó asaltar un negocio de ropa, armado con un pedazo de vidrio roto. La vendedora logró reducirlo y lo sacó a empujones a la vereda. El nene terminó tirado junto al pie de un árbol, como un bicho bolita. Pero la vendedora consideró que no era suficiente, que necesitaba un escarmiento para que no volviera a robar. Y lo pateó, una y otra vez. De poco, la gente que pasaba por el lugar, incluso otros comerciantes de la cuadra, comenzaron a concentrarse en torno al espectáculo de brutalidad que había irrumpido en esa tarde helada de junio. Matalo ahora que es chiquito, este no va a joder más. Dos o tres espectadores decidieron intervenir, sacar al nene de entre la horda enfurecida. El nene, por fin, pudo sortear las patadas y salió disparado, en contramano.

La escena transcurrió en Belgrano y Diagonal Pueyrredon, frente al shopping Los Gallegos, en pleno centro de Mar del Plata, y fue relatada a 0223 por Silvana Coronel, una de las dos o tres personas que intentaron detener la barbarie. Y su testimonio habilitó a la Dirección de Derechos Humanos de la municipalidad a presentar una denuncia penal contra la comerciante.

También se inició un operativo para dar con el nene, a quien los asistentes sociales del municipio encontraron varios días después. El chico no tenía 5 ni 6 años como se creyó al principio, sino 10: su cuerpo minúsculo producto de una alimentación deficiente y del abuso del poxi le daban el aspecto de un niño aún menor.

Pocas horas después de conocerse el hecho, los propietarios de los comercios del sector justificaron la paliza al señalar que la delincuencia no les daba respiro. Eso provocó que se colocara una garita de policía y se prometiera presencia de los uniformados durante todo el día.  

Más allá de eso, la violenta reacción de la empleada generó el repudio de todos los bloques políticos del Concejo Deliberante. Incluso, hasta el ministro de Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, se refirió al hecho. “Ni siquiera es justicia por mano propia, es una medida salvaje”, sentenció el funcionario al ser consultado por este medio. Organizaciones sociales, por su parte, hicieron un escrache frente al negocio que mantuvo las puertas cerradas durante varios días.