Marcos Siebert, campeón en Europa y un techo que no está a la vista

1 de Enero de 2017 03:47

Por Redacción 0223

PARA 0223

Joven, talentoso, profesional y soñador. Con esas cuatro características es muy difícil que a Marcos Siebert no le vaya a ir bien en su carrera. O mejor dicho, que le vaya a ir mejor, porque el 2016 le dejó ni más ni menos que la chance, con sólo 20 años, de consagrarse campeón en Europa, en la Fórmula 4 Italiana, que le permitirá saltar a la Fórmula 3 el próximo año y quedar a un paso del gran sueño del marplatense: la Fórmula 1, la meca del automovilismo mundial.

El 30 de octubre, la atención de todo el deporte marplatense y el mundo fierrero del país, se fue al mítico circuito de Monza, donde un joven de nuestra ciudad, que a los 16 años se la jugó y fue a probar suerte a Europa, estaba a punto de llegar a la gloria. Justo en esa pista, que tiene la estatua de Juan Manuel Fangio, y donde el balcarceño alcanzó su tercer título de Fórmula 1, Siebert le hizo un homenaje al "Chueco", consagrándose y con el número "18" en el auto, como el múltiple campeón hace 61 años.

f

Con mentalidad ganadora y agresiva, Siebert le ganó el campeonato a un tal Schumacher. Mick, ni más ni menos que el hijo del máximo campeón de la historia, Michael, libraron una batalla en la última fecha, pero el marplatense se apoderó del título. Dos carreras apasionantes, en una quedó segundo y la otra se la arrebató al alemán que terminó ingresando a boxes y permitiendo que el hombre del Jenzer Motorsport diera las últimas vueltas sintiéndose campeón.

Para coronar el año soñado, comenzó con las pruebas en la Fórmula 3, una de las categorías teloneras de la Fórmula 1, y a eso apuesta para 2017. Los premios del campeonato los invirtió en esa apuesta en Abu Dhabi, que dio sus frutos. Se mantuvo en gran parte de los entrenamientos en el Top 10 y finalizó 11, entre 23 pilotos jóvenes de los más talentosos del mundo. La primera experiencia en un auto diferente, con mucha más potencia, para un chico que se recibió de hombre, que no conoce de imposibles y que no se conforma con lo que consiguió. Va por más, siempre por más, con la cima en la Fórmula 1, esa para la que trabajará incansablemente para alcanzarla.