Francisco Chávez, el redoblantista que llevó a sus amigos a la murga y ayudaba en un comedor

Desde la murga Los Únicos, donde el joven de 15 años asesinado tocaba el redoblante, contaron detalles de su vida que ponen en debate los discursos prejuiciosos. “No era un pibe que vivía abandonado, nunca tuvo un arma, nunca robó y era muy estudioso”.

La despedida a Francisco, este martes.
Francisco el año pasado, al recibir premios en un torneo de fútbol.
Los redoblantes de la murga Los Únicos.
La murga, sentido de pertenencia y apropiación.
10 de Mayo de 2017 15:24

Por Redacción 0223

PARA 0223

“Francisco nos vino a unir”. El dolor en los barrios El Martillo y Pueyrredon es auténticamente profundo. Distintas voces se suman con el correr de las horas para tratar de explicar el demencial suceso que terminó con la vida de tres personas, dos de ellas muy jóvenes: Francisco Chávez (15) y Braian Falcato (17), asesinados por Nelson Alderete, de 25 años, la otra víctima fatal del espeluznante caso que sacudió a buena parte de los marplatenses.

“Esto se podría haber evitado si no hubiera un transa en el barrio. Todos sabíamos que esa persona trabajaba con las drogas y para la policía. Han allanado su casa el año pasado, encontraron elementos de autos robados y al otro día estaba libre”, detallaron en diálogo con 0223 desde la murga Los Únicos, la agrupación en la que Francisco tocaba el redoblante. “La impunidad es lo que nos dejó a Francisco muerto”, sentenciaron de inmediato.

Con miedo, preocupados por ser señalados y tener posibles represalias, sin dejar de estar atravesados por múltiples emociones, desde Los Únicos aseguran sentirse parte responsable de lo acontecido. “El padre se siente culpable, toda la familia y nosotros también de algún modo nos sentimos culpables por lo que pasó”, expresaron.

“Estamos todos muy dolidos. Y decididos a transformar esta bronca en una victoria de la inclusión. Francisco significaba mucho para un montón de gente del barrio. El vivía en una casa hermosa, no le faltaba nada, el padre tenía un trabajo en Buenos Aires y siempre se aseguró de que su familia estuviera bien. La murga Los Únicos funciona desde hace cinco años y permitía que los pibes tengan identidad. Francisco era el redoblantista. Y lo que nos pasó con él, al estar en la percusión, es que sus mejores amigos se sumaron al grupo y generaron entre ellos una mística. Ellos se convirtieron en un imán para el resto. Encontrar en la música algo que se haga con amor y que encima no es fácil de hacer, les dio un mejor lugar social”, describieron.

“Él además jugaba al fútbol, en la escuelita Jesús Te Ama, una rama de la iglesia evangelista del barrio Pueyrredon en la que no tenía nada que ver con lo religioso. Se iba a ir de viaje a Brasil. También participaba cada sábado del comedor La Poderosa, ayudando, no era ajeno a conocer el abandono que hay del Estado. No era un pibe que vivía justamente abandonado, estudiaba, nunca repitió, participaba en el CIC de El Martillo, en la escuela. Era uno de los pibes de la esquina, sí, pero se dedicaba a su vida de niño, nunca tuvo un arma, nunca robó. No todos son chorros, tenemos mucho asco de leer las cosas que se dicen”, manifestaron desde la agrupación murguera.

Con la mira puesta en la organización de un inminente festival para recordarlo, con olla popular y murga incluida, desde Los Únicos planean además realizar un mural en recuerdo de Francisco. “Nos vino a unir”, reiteraron, luego de una caravana que en su entierro reunió a más de 300 personas.