Cuando el victimario se convierte en víctima

En el 2001 el padre del artista plástico marplatense Felipe Giménez fue asesinado durante un violento asalto. A pesar de su dolor, él plantea que las pésimas condiciones en las que viven las personas detenidas –incluso los asesinos de su propio padre- convierten a los victimarios en nuevas víctimas. 

En el marco de la Celda Itinerante montada en la Feria del Libro, Felipe Giménez fue invitado por las autoridades que manejan el espacio para pintar un mural que representara desde su visión artística la situación de encierro.

“Cuando me convocaron, se me despertaron las contradicciones. Al principio no me dieron muchas ganas, pero con el correr de los días me pareció una buena oportunidad para exponer las contradicciones que como sociedad tenemos sobre estos temas”, reconoció el artista y aseguró que con este desafío “pude resignificar mi historia”.

“Por eso hablo de las víctimas y de los familiares de esas víctimas de delitos y también de los victimarios que, por las condiciones en que se cumplen las penas, terminan siendo víctimas”, expuso Giménez.

“Mi hijo no murió, lo mataron”, dice una de las frases que fueron estampadas en el mural, mientras que otra dice “hasta donde tienen que llegar las rejas”. Ambas resumen la búsqueda del artista, que con valentía y asumiendo el dolor que tuvo que atravesar por la pérdida de su padre, se animó a poner en discusión un tema que resulta polémico.

“Es importante que el arte intervenga en estos temas", señaló Giménez y dijo que aceptó "hacer este mural porque confío en que hay que abrir un debate maduro sobre estas cuestiones".

Desde su lugar, el marplatense planteó que "como sociedad nos debemos una discusión" y aseguró que "nos llegó el momento”.

“En una poesía se pueden decir muchas más cosas que con varios expedientes”, expresó finalmente Giménez sobre el aporte real que el arte puede hacer en función de esta dicotomía.