Orgullosas de ser Putas
Por Redacción 0223
PARA 0223
Por Luciana Acosta
Cientos de mujeres, acompañadas por una cantidad similar de hombres, salieron este sábado a la calle a gritar a los cuatro vientos que estaban orgullosas de ser putas, como una forma de hacer visible y denunciar la culpabilización de las víctimas de abusos y de la violencia de género.
Fue durante la tercera edición de la Marcha de las Putas, que se realiza en distintas ciudades del mundo para dejar en evidencia la complicidad de una sociedad apática y encubridora.
Esta vez se juntaron un rato antes en Mitre y San Martín, frente a la catedral, para pintar con tintas roja y negra los carteles con las diferentes consignas. “No hay excusa para la violencia. No es no”, escribió una. Otra aportó: “Yo decido cuando me visto y con quien me desvisto”.
Sujetas a las rejas que rodean la iglesia pendían una docena de fotos con rostros de mujeres que habían padecido algún episodio de violencia o acoso. Hechos que sufrieron abordo de un colectivo, en la oficina o en la calle, a la vista de todos. O no. Imágenes de mujeres que se animaron a decir lo que les pasa.
Desde allí partieron cantando, a los gritos para que todos escucharan. Se va a acabar, se va acabar, esa costumbre de pegar, coreaban las que caminaban adelante. Las seguían putas y estudiantes, putas y psicólogas, putas y militantes, putas y amas de casa, putas y periodistas. Putas y punto.
Fue una marcha breve -apenas unas cuadras- pero suficiente para atraer la atención de los que volvían de la playa o habían salido a dar una vuelta al centro.
-¿Qué reclaman?- quiso saber un cuidacoches que observaba la escena con los brazos en jarra.
-Que nos respeten- dijo alguien.
El documento de la protesta fue preciso: “Hoy con la frente en alto nos atrevemos a organizarnos contra la opresión, a romper el silencio; decir 'no es no', a defender nuestros derechos sin culpas; a desnaturalizar el abuso en todas sus formas, a rebelarnos contra los estereotipos y a decir que no hay crímenes pasionales sino femicidios. Somos fuertes, somos libres”.
Karina Freire, presidenta de la Asociación Marplatense por la Diversidad y la Igualdad y una de las organizadora de la Marcha de las Putas, aseguró que este tipo de protestas permiten “sacar a la luz que el número de víctimas de acoso y de violencia de género han aumentado en nuestra ciudad y en el país”.
También reflejó que esta “es la primera vez que, entre las organizadoras, no hay sólo víctimas del abuso callejero, sino víctimas de abusos y es muy impresionante escuchar de boca de ellas situaciones de maltrato o de violaciones”.
“Decimos basta de miedo, de silencio y de justificar los acosos porque, además, es discriminatorio hacia el varón: si se justifican las cosas de esa manera, estamos diciendo que los hombres son presas de un instinto animal que nos les permite pensar ni discernir”, advirtió.
La Marcha de las Putas es un movimiento internacional y apartidario que surgió en 2008, en Canadá, en repudio a las declaraciones de un policía que pidió a las mujeres “dejar de vestirse como putas” para evitar violaciones. Ese fue el puntapié inicial para que el rechazo se replicara en diferentes ciudades del mundo.
En esta oportunidad estuvieron presentes integrantes del Colectivo x la no Violencia, la Asociación Marplatense por la Diversidad y la Igualdad, Ateos Mar del Plata y el grupo de teatro “Entreteatro Teatro De Lxs Oprimidxs”, entre otras organizaciones.
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