"Simeone nos cambió la carrera a todos"

El jugador de Aldosivi recordó sus inicios en Estudiantes de La Plata, el gran paso por Racing, las travesías por Sudamérica y los técnicos que lo marcaron: Diego Simeone y Carlos Bilardo. 

5 de Febrero de 2016 03:04

Pablo Lugüercio es un agradecido de cada club en el que estuvo. Aldosivi es la octava institución de su carrera. En la charla con 0223, el platense recordó sus inicios en este deporte, la experiencia en Estudiantes, el paso a la popularidad en Racing, Perú y Ecuador, y los dos entrenadores que lo marcaron: Diego Simeone ("sin dudas, el número 1") y Carlos Salvador Bilardo. 

"Arranqué a jugar en un club de barrio a los 3 años y medio. Pasé a Estudiantes a los 8, casi 9, y jugué ahí hasta que me fui en el 2005", recordó al inicio el "Payaso". 

-Toda una vida allí. Dicen que es una escuela Estudiantes. Tuviste idas y venidas, pero te marcó y catapultó al fútbol profesional...

-Sí. Sobre todo una escuela de vida es. Nosotros vivimos una etapa que no es lo mismo que ahora, con la ayuda y la contención que ahora tienen los jugadores, los materiales de trabajo... Verón, desde su llegada, ha hecho otro Estudiantes, por suerte. Pero la verdad que toda la gente que ha estado en ese momento, los técnicos, los profes, médicos, siempre conteniendote porque hacíamos un esfuerzo muy grande. El country de Estudiantes está alejado de lo que es La Plata, y llegar ahí era muy difícil. Era todo a pulmón. Más allá de eso, siempre nos dieron una mano para que cada uno pueda forjar su vida, no solamente su carrera. Siempre esa bajada de línea el club la tiene, y hoy te das cuenta con el regreso de muchos jugadores, que se van y quieren volver. Y muchos no son salidos del club, como Andújar, Sebastián Domínguez, la "Gata" Fernández, que no son de inferiores pero igualmente quieren instalarse en el club. Y muchos viven en La Plata. Es lo que te genera Estudiantes.

- En 2012 Juan Sebastián Verón quería que volvieras, pero no se dio, ¿Te hubiese gustado una revancha?

-No. Siento que mi etapa ahí ya pasó y no va a volver a revivirse. Sería necio pensar que voy a volver. Son otros compañeros, otros momentos. Si se diera, sería por circunstancias donde las prioridades de los dos se unen. Pero hoy pienso acá, estoy muy contento, mi familia está contenta, y es lo más importante para mí.

-Racing fue el estallido de la popularidad si se quiere, el afecto de la gente, ¿qué recuerdos te dejó?

-La verdad que lo de Racing me superó desde lo personal más que nada. Si bien no logré ganar ningún título, el cariño de la gente de Racing es impagable. Es algo que lo vivo hoy día a día, donde salgo hay un hincha que viene, me abraza, se saca una foto. Y siempre un cariño que hasta a veces a uno lo sorprende y desborda. Pero el hincha de Racing es así. Pasé casi cuatro años espectaculares. Sufriendo a veces porque Racing es así, un club muy sufrido, pero la verdad que tanto a mí en lo deportivo como en el afecto de la gente, no me lo voy a olvidar nunca.

-Tuviste tres experiencias en Sudamérica, de joven en Perú y luego Ecuador, con más experiencia.

-En Perú (2005), me fui en el momento justo, donde me sirvió mucho en lo personal. Más que nada darme cuenta lo que era ser un jugador profesional, era la primera vez que salía del país, y me tocó ir a un club muy bueno como San Martín de Porres, ordenado como Aldosivi. Es una Universidad y fue muy lindo. Ya la segunda etapa en Barcelona de Guayaquil fue diferente. Fui con un proyecto, y a veces uno las cosas las piensa de una manera y terminan saliendo al revés, con problemas personales también. No pude lograr lo que quería y terminé rescindiendo, llegando a préstamo a Arsenal para quedarme en Argentina, que mi familia lo necesitaba.

-¿Qué técnicos te marcaron a fuego?

-Bilardo, y el número uno que sin dudas es Simeone.

-Un Simeone que venía de ser jugador, y que los sacó campeones nada menos... (diciembre de 2006, final ante el Boca de La Volpe).

-Sí. Lo tuve primero en Estudiantes, y en la segunda etapa suya en Racing. Nos cambió la cabeza a todos los que lo tuvimos en ese momento en Estudiantes. Nosotros veníamos pensando que el jugador de fútbol era así, como veníamos. Y nos dimos cuenta, o nos hizo dar cuenta él como el Profe Ortega, Nelson Vivas como AC, que ser jugador profesional era otra cosa. Por eso también teniendo a Verón como compañero, aprendimos muchas cosas. Y nos cambió la carrera a todos. Todos los jugadores de esa época de Estudiantes logramos hacer buenas carreras. Algunos muy buenas, y otros buenas. Todos los que agarraron los conceptos que él tiraba y cómo trabajaba, todos pudimos tener una carrera medianamente exitosa.

-¿En qué los cambió? ¿Lo táctico, la preparación, lo físico, el cuidado?

-En todo. No hay un detalle que te deje librado al azar. Todo es trabajo, 100 % pensando en cómo poder hacer para estar mejor. Porque primero nace de uno, en cómo estás físicamente, en las comidas, en el peso, el descanso, en lo táctico las cosas que aprendés, los trabajos. Es una lucha constante en mejorar vos. Y en base a eso, uno después le sirve al equipo. Creo que eso es lo que nos marcó a nosotros, y entendimos rápido lo que quería. Por eso fue tan rápido el cambio nuestro y lo que se logró. En seis meses salimos campeones, que con Estudiantes hacía más de 20 años que no sucedía. Desde su llegada, a los seis meses ya dio resultado y cambió la era Estudiantes. De Simeone para adelante, todos los técnicos que fueron contratados siguieron la misma línea. 

-Un obsesivo, un loco lindo...

-Sí, sí. Ganador. Todo el tiempo está pensando en cómo hacer para ganar, y eso te lo contagia.

-¿Alguna anécdota de algún trabajo con él?

-En las primeras prácticas entrenaba a la par nuestra. Y físicamente estaba mejor que nosotros. Entonces, era algo que no podía suceder. Hacíamos pasadas y corría con nosotros, Nelson (Vivas) igual. Y como que siempre la vara iba levantando, y el cuidado que te tenían encima también. Te pesaban todos los días, y para nosotros no existía eso. Comer bien. Te pedían nutricionistas, cosas nuevas para Estudiantes y nosotros. En los viajes, las viandas ya eran otras. No era el sanguche de jamón y queso. Cereales, todas cosas que te hacían bien como deportista. El cuidado que tiene que tener un profesional. Eso fue lo que nos llamó la atención.

-Entonces, ni te sorprende su presente como exitoso técnico del fútbol europeo...

-No, no. Sin dudas sabíamos que iba a ser eso, y a su vez sabemos todos los que lo han tenido, que el día que dirija a Argentina que no tengo dudas la dirigirá, será un proceso muy bueno también.

-¿Y de Bilardo qué se puede contar?

-Lo tuve en dos etapas. Vino primero en el 2002 y luego 2003. Y también. Un técnico que nos ha marcado. Nos dio un lugar en un momento que Estudiantes traía muchos jugadores grandes a préstamo, que iban y volvían, y había una camada de chicos que estaban saliendo, que nadie se la jugaba en confiar. Y cuando él llegó, nos dio esa confianza, pero a su vez nos enseñó muchas cosas. Por ahí mucho más obsesivo que el "Cholo" (Simeone), nos hacía concentrar cinco días de siete. Y vivíamos prácticamente adentro del country de City Bell, mirando videos y te despertaba a la noche a entrenar. Prácticas de 8 de la mañana a 6 de la tarde, seguido. Todas cosas que por ahí en ese momento no lo entendíamos, pero hoy a la distancia agradecemos que nos haya inculcado muchos conceptos.

-¿Vos jugaste la tarde que salió en el Monumental con el "Gatorei"?

-Sí, sí. Nos sorprendió a nosotros, como todos. Esas ocurrencias de Carlos te descolocan. No las entendés. Pero él tiene todo en su cabeza bien planificado.