Trabajadores denuncian a un geriátrico por despidos arbitrarios y hostigamiento

Tras un incidente en el que una paciente de 90 años quedó en grave estado, los dueños del lugar responsabilizaron a una de las enfermeras, quién contó otra realidad de lo sucedido. Una compañera se solidarizó y también fue despedida el último viernes. 

29 de Enero de 2018 12:21

Por Redacción 0223

PARA 0223

Días complejos se viven en el geriátrico Ipanema de avenida Libertad al 3222 luego de que sus dueños despidieran en los últimas días a dos trabajadores del lugar. Indignadas por la determinación y con fuertes denuncias por graves irregularidades contra los propietarios del lugar, ambas mujeres se manifestaron este lunes cerca del mediodía en la puerta del establecimiento.

En diálogo con 0223Fernanda, la primera de las trabajadoras despedidas, contó detalles del suceso que desató públicamente el conflicto. “Días atrás se accidentó una abuela por una cama que se les rompió a ellos y le han dicho al familiar que fue culpa mía. Por eso me echaron a mí. Le mintieron hasta a la familia. Nosotras incluso nos pusimos en contacto con la familia y quedaron al descubierto todas las mentiras de este geriátrico. Ellos dijeron que la mujer se me cayó a mí y ocultaron que la cama no estaba en condiciones. Como se les venía un juicio de la familia, me despidieron. Ya venía con problemas en el trabajo, enviaban a otras empleadas a hostigarme, queriendo que renunciara y me fuera”, contó la mujer en primera instancia.

A su turno, María Angélica, la segunda de las empleadas cesantes, agregó: “Cuando Fernanda me cuenta lo que le había pasado, comencé a publicar en Facebook algunas de las cosas que pasaban en este lugar. El paciente quedó prácticamente en estado de coma y mientras se había caído, cambiaron la cama, por encima del paciente, porque obviamente se les había roto y no se le había caído a ella. Además, cuando veo el libro en donde nosotros registramos todo lo que sucede, le hicieron tachar a la compañera todo lo escrito”, relató. 

 

 

“Cuando nos comunicamos con el familiar, le contamos lo que sucedió, no sabía nada y ve la situación del paciente que estaba con un traumatismo de cráneo severo, una mujer de 90 años, que quedó internada en la 25 de mayo. Y por haber salido a solidarizarme con mi compañera y denunciar lo que pasa, me echan a mí también. Fue el viernes a la noche a trabajar, después de mi franco, no me querían dejar entrar. Trajeron a la policía, hicieron una pantomina, fea, tremendamente hostil”, detalló María Angélica. 

Consultadas por el desempeño que hay en el lugar, ambas trabajadoras no dudaron en señalar que se trabaja “en parte bien y en parte mal. Según que turno. A esta paciente la hostigaban bastante, sin darle de comer, olvidándose de ella, algo por lo que el familiar se llegó a quejar. Ellos en vez de hacerse cargo nos echan la culpa a nosotros. Y acá se paga mucho por dejar a una persona alojada. Por el cuidado integral de las personas el lugar debería tener mayor personal”, afirmaron.

En esa línea, las mujeres agregaron: “No se llega a las 30 personas, entre mucamas y enfermeras en tres turnos de ocho horas. A veces hay una sola mucama para los tres pisos y una sola enfermera por piso, con pacientes con alzheimer, o psiquiátricos que son súper demandantes”.

Luego del despido de Fernanda, María Angélica contó que llegó al geriátrico el viernes luego de su franco y se encontró sin trabajo. “Primero me habían hecho un apriete, que no siga denunciando por Facebook, luego me mostraron la liquidación final y después no me dejaron entrar”, concluyó.