Cómo sigue la búsqueda de Guillermo Reboredo, el marplatense que quiere conocer su origen

El marplatense de 34 años, se hizo viral tras la difusión en redes sociales de una publicación en la que solicita datos para conocer más sobre su familia biológica y su identidad.

13 de Octubre de 2019 19:26

Por Redacción 0223

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Por Lucía Braun

Guillermo Reboredo es un marplatense cuya historia se viralizó en las redes sociales durante las últimas semanas por un pedido muy especial: el aporte de datos que puedan ayudarlo a contactar a los miembros de su familia biológica. A través de su publicación en Facebook, compartida más de 1200 veces, e Instagram el emprendedor hizo pública su historia de vida para acompañar la búsqueda de identidad que comenzó hace meses. Aunque ya comenzaron a surgir posibles pistas para reconstruir su historia, Guillermo no se hace ilusiones y decide continuar con la búsqueda de su origen.

“Lo que tiene esta búsqueda es algo vinculado a un capítulo de mi vida que no conozco y que lo quiero saber y quiero cerrar”, explica.

El joven de 34 años solicita cualquier dato que pueda llevarlo a encontrar a su familia biológica y, en particular, a uno de sus hermanos. Se trataría de un joven de entre 25 y 35 años que también reside en Mar del Plata, presuntamente llamado Marcos o Martín. Si bien cuenta que gracias a las repercusiones generadas por la difusión de su historia recibió la pista de una persona que podría ser su hermano, eligió no esperanzarse al respecto hasta no confirmarse el parentesco mediante una prueba de ADN y continuar indagando.

Guillermo sabe desde los 4 años que es adoptado, aunque hace pocos años comenzó a sospechar y luego descubrió que su adopción se realizó de manera irregular. A pesar de la sinceridad de sus padres al respecto desde que era pequeño, la manera en que se produjo su adopción se mantiene como un misterio para el marplatense hasta el día de hoy.

El primer indicio que lo llevó a sospechar sobre su identidad fue cuando notó, siendo adulto, que la fecha de nacimiento señalada en su DNI no era la misma que la de su partida de nacimiento. Sin embargo, no sería hasta este año que decidiera finalmente investigar al respecto.

Tomó la decisión de iniciar con su búsqueda tan sólo unos meses atrás, cuando la estabilidad de este momento de su vida y haber conformado una familia lo llevaron a cuestionarse cuáles eran sus orígenes y querer esclarecer su identidad. “Yo lo sé desde que tengo 4 años y con el correr del tiempo fui atravesando distintas sensaciones. Ya más grande, con una familia formada, me dieron ganas de buscar y tengo la fortaleza, el apoyo y otras herramientas como para prepararme para lo que pueda venir, que puede ser muy amplio”, reflexiona.

Pero el principio del proceso no sería nada fácil: Guillermo expresa que comunicarle a su madre la búsqueda que pretendía realizar “fue lo primero que me costó, más que nada por culpa porque me tocó una familia hermosa”. “Era un poco ofensivo para mí buscar hasta que entendí luego que era algo que tenía pendiente y que lo tenía que hacer”, agrega.

De esta manera, su madre fue la primera persona a la que le contó sobre lo que haría, acudiendo a ella también para obtener la información a partir de la cual empezó a reconstruir la historia, aunque por tratarse de una adopción irregular “no le dieron ningún tipo de información de mi madre biológica y de mi familia biológica”.

“Me adoptaron en la Clínica de Gulminelli, acá en la ciudad de Mar del Plata, el día 29 de octubre. Fue una adopción irregular, yo tengo documentación pero fue todo ilegal”, relata. Según lo que le contó su madre, al momento de la adopción sus padres venían de perder a su hijo de 19 años de cáncer, por lo que decidieron adoptar a otro niño. Pero, tras esperar años sin poder realizar su deseo por las dificultades del sistema legal de adopción, vieron como su única solución realizarlo de forma ilegal: “Mi vieja ya era grande y no podía quedar embarazada por un problema de hipertensión. Estuvieron esperando varios años en lista de espera para la adopción y nunca llegaba, entonces terminaron en esta clínica ilegal por referencia de un amigo de la familia, y terminaron comprándome a mí en ese lugar”.

Fue entonces que, tras haber superado los sentimientos encontrados con su familia adoptiva y lo que su decisión podría significar para ella, decidió emprender su camino con el apoyo ilimitado de su madre, esposa e hijos. A pesar de que la historia de la cual partía sólo planteaba que había sido adoptado en Mar del Plata el día 29 de octubre de 1984 cuando tenía sólo días u horas de vida, más datos llegarían luego para comenzar a rellenar los fragmentos desconocidos de su historia, a medida que transcurría la búsqueda.

Inicialmente Guillermo decidió ir a averiguar detalles a la clínica donde se produjo la adopción, que todavía sigue funcionando, y le negaron cualquier información. Sin embargo, aclara que vincularse con la clínica “es un partido que hoy no quiero jugar. Estoy jugando otro partido que es tratar de buscar a alguien de mi familia biológica para saber mi origen”.

Desde entonces, continuó este proceso acudiendo a distintas ONG que pudieran ayudarle con su propósito. Entre ellas, se comunicó con la página de Facebook “Estoy buscándote” y la organización Abuelas de Plaza de Mayo y luego registró su perfil genético en Nuestra Primera Página, un Family Tree que conecta posibles coincidencias a partir de los datos de un banco de ADN mundial. En este período pudo averiguar que su registro se produjo el  15 de noviembre por un trámite facilitado por el doctor Marcelo Gruce y, mediante el árbol genético, encontrar sólo parentescos lejanos. Por ello, tras escuchar las sugerencias de las personas de estas organizaciones y otras con historias similares a la suya, decidió publicar en redes sociales el mensaje que se difundió rápidamente en la ciudad y en otros puntos del país para buscar respuestas.

A partir de su publicación en Facebook fue que le llegó uno de los mensajes que constituyeron uno de los avances más importantes de su búsqueda. En el mismo un usuario le reveló que habría un joven de historia similar en la ciudad, que se encuentra buscando a su hermano. Aparentemente sería el único de sus hermanos en Mar del Plata, mientras que el resto de la familia está instalada en Buenos Aires, compuesta por su madre (que se llamaría María, Marianela o Mariana) y tres hermanos más, dos de los cuales saben de su existencia.

Por otro lado, Guillermo expresa que la repercusión de la búsqueda en redes sociales, aparte de haberle proporcionado datos, lo sorprendió y motivó a continuar: “Fue un tema que sensibilizó mucho. Fue una infinidad de casos de gente que me habló contándome también su historia, que estaba en la misma que yo. Otro tanto de gente que por ahí no sabe por dónde empezar, no se anima. Me motiva a seguir buscando por un tema personal y también para que más gente se anime a hacerlo porque, más allá de que el proceso es difícil y que a veces transitas distintas emociones, es sanador y alivia al hablarlo y exponerlo. Y me siento con mucha fuerza para seguir”.

También aclara que uno de los aspectos en los que le gustaría contribuir es la actualización de la ley de adopciones, debido a que los obstáculos impuestos a las personas que desean adoptar y el tiempo que conlleva el proceso muchas veces las llevan a acudir al sistema de adopciones ilegales.

“Existen esos lugares (clínicas ilegales) por ineficacia e inoperancia de otros y también porque la ley de adopción deja mucho que desear, no contempla muchas situaciones que se pueden dar. Yo con mi historia no busco victimizarme porque además fui un privilegiado total. Pero hay casos de chicos que me han contado donde pasan por tres o cuatro lugares antes de llegar a una familia y, tal vez, con 7, 8, 9 o 10 años de edad, con las dificultades que les trae esa crianza en hogares a lo largo de su vida. Hay que empujar para que haya una ley de adopciones mucho más amplia y que se ocupen también los políticos de eso”, afirma.

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